Los trastornos del espectro autista (TEA) conforman un conjunto de alteraciones del neurodesarrollo que llevan siendo una de las grandes incógnitas científicas de las últimas décadas, ya que no se sabe con exactitud qué produce la patología. Sin embargo, más allá del desafío que el autismo supone para los investigadores, no debemos perder de vista que lo importante es el bienestar de las personas que han desarrollado TEA y de sus familias.
Por ello, en este artículo hablaremos acerca de las necesidades particulares de los niños y las niñas con autismo, teniendo en cuenta que ellos experimentan el día a día de un modo distinto al de la mayoría de las personas.
¿Cuáles son las necesidades de los niños con autismo?
Estas son las principales ideas generales que debes tener en cuenta para cubrir las necesidades de un menor que haya desarrollado un TEA.
1. Comprender las particularidades de su tipo de autismo
Tal y como indica su nombre, los Trastornos del Espectro Autista abarcan una amplia variedad de alteraciones, y aunque el autismo como concepto general presenta ciertas características generales en común, no hay que infravalorar las diferencias en el modo en el que estas personas experimentan la vida.
Por eso, la atención a un niño o a una niña autista empieza siempre a partir de un proceso de evaluación médica y psicológica inicial. En este se realizan observaciones de, por ejemplo, el desarrollo intelectual del menor, así como su ritmo de adquisición del lenguaje.
Mientras que algunas personas con autismo llegan a presentar un Cociente Iintelectual estadísticamente normal o incluso significativamente mayor a la media de la población, hay muchos casos en los que es muy bajo, hasta un punto en el que nunca llegan a ser capaces de hablar o entender el lenguaje. Y también puede ocurrir que a pesar de que el nivel de inteligencia no sea bajo, existan problemas del lenguaje. En los casos de autismo no verbal, las necesidades son muy distintas a los del resto de personas con TEA. Por eso, las recomendaciones dadas por el equipo de profesionales de la salud que hayan examinado al niño o a la niña deben ser las que prevalezcan por encima de las recomendaciones generales que encontrarás aquí.
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2. Deja que socialice a su ritmo
La función de los padres y madres debe ser la de ofrecerle al menor un entrono que le ofrezca todos los elementos y estímulos necesarios para que el niño con autismo se desarrolle del mejor modo posible; esto pasa por ponérselo fácil para hacer amigos, pero no por intentar “forzar” amistades.
Esto resulta especialmente importante teniendo en cuenta que las personas con autismo tienen mayores dificultades para conectar con los demás, tanto para entender como para hacerse entender, y estas interacciones suelen resultarles agotadoras o incluso carentes de sentido si no pueden identificar un motivo concreto para establecer esos diálogos. Por ello, su necesidad consiste en poder tener acceso a niños y niñas lo más afines a él o ella, pero no en verse empujados a hablar con ellos obligatoriamente o a alargar conversaciones sin más.
3. Evitar los lugares con mucho ruido
En la mayoría de los casos en los que una persona ha desarrollado autismo, existe una alta sensibilidad a los ruidos, sobre todo si son variados y con un cierto grado de imprevisibilidad (los ruidos monótonos no les afectan tanto). Por eso, lo mejor es tratar de evitar los lugares muy ruidosos y asegurarse de que la casa no está expuesta a esa clase de estímulos.
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4. Enseñarles técnicas para calmarse mediante los estímulos
Como muchas de las personas con autismo suele sufrir problemas de estrés al sentirse desbordadas por lo que ocurre a su alrededor, es recomendable enseñarles maneras de calmarse que se basen en centrar su atención en algo concreto. Por ejemplo, pellizcar una pelota o un muñeco de pequeño tamaño que puedan llevar en el bolsillo, o repetir una serie de palabras.
5. Usar palabras clave para que entienda lo que dices
Ante los niños con autismo con al menos una cierta capacidad para entender el lenguaje, es recomendable usar palabras clave, es decir, palabras de uso común y con un significado claro, para expresarse de un modo muy directo y sin rodeos o metáforas muy abstractas.
6. Expresar lo que sientes con claridad
No asumas que con las sutilezas de los gestos de tu cara entenderá cómo te sientes. Si siente que no conecta contigo a un nivel emocional, se frustrará, pero puedes ponerle las cosas fáciles expresando en palabras y gestos claros tus estados psicológicos internos más relevantes.
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7. Ofrecer lo que necesita para aprender por su cuenta
Muchos niños autistas tienen una curiosidad voraz que les lleva a estar investigando siempre para aprender a su manera, eso sí, sobre los temas concretos que ellos elijan. Por eso, presta atención a sus intereses y ofrécele todo el material de aprendizaje que necesite y esté relacionado con esas temáticas.
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