Los trastornos del espectro autista (TEA) podrían llegar a detectarse a edades tempranas y para ello es necesario que sea un profesional especializado y con amplia experiencia quien se encargue de llevarlo a cabo, ya que se han podido observar casos de niños que no reciben un diagnóstico hasta alcanzar una cierta edad.
A la hora de llevar a cabo la evaluación de los trastornos del espectro autista (TEA) se suele comenzar con una entrevista con los padres y el niño por superado, llegando a realizarse también otra en conjunto. Una vez llevadas a cabo las entrevistas iniciales es cuando se procedería a realizar diferentes pruebas para hacer una evaluación más precisa (p. ej., pruebas sobre el desarrollo cognitivo, evaluación del desarrollo atencional, pruebas estandarizadas del TEA como el ADI-R o el ADOS-2, etc.).
En el presente artículo explicaremos con más detalle cómo suele desarrollarse todo el proceso de evaluación de los trastornos del espectro autista por parte de los profesionales.
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Características de la evaluación de los Trastornos del Espectro Autista
Es importante destacar que la evaluación de los trastornos del espectro autista puede llegar a ser bastante compleja y es por ellos que los profesionales que se encarguen de ello previamente deberían estar ampliamente formados y entrenados para ello, siendo común que se comience con la ayuda de un experto hasta lograr tener la suficiente experiencia como para poder hacer una evaluación correcta.
El proceso de diagnóstico, junto con la previa evaluación de los trastornos del espectro autista, suele durar varias horas, pudiendo incluso ser necesario que se prolongue a lo largo de varias sesiones si fuese necesario en aquellos casos en los que la detección genere dudas a los profesionales; por lo tanto, sería necesario que se realicen más pruebas diagnósticas y así podrían proporcionar una evaluación y diagnóstico más precisos.
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La entrevista inicial
Antes de realizar las correspondientes pruebas de la evaluación de los trastornos del espectro autista debe llevarse a cabo una entrevista inicial. Por lo tanto, se suele comenzar con una entrevista a los padres y otra al hijo de forma separada.
La entrevista con los padres normalmente suele iniciarse con preguntas relacionadas con los motivos por los que han llegado acudido en busca de ayuda profesional, además de analizar los posibles informes previos que podría haber llegado a realizar previamente otro profesional (p. ej., el psicólogo de la escuela a la que acude el niño y/o el testimonio de algún profesor).
Acto seguido, se procedería a realizar una anamnesis preguntando a los padres acerca de su hijo con el fin de que el profesional que evalúa se pudiera hacer una idea general acerca de los posibles problemas que podría tener el niño y cómo estos interfieren con su entorno en diferentes ámbitos y para ello habría que hacerles una serie de preguntas acerca de aspectos relevantes sobre la vida del niño (p. ej., comportamiento en casa y en el colegio, relación con otros niños de su edad, aficiones, gustos, flexibilidad rutinaria o dificultades en el día a día, etc.).
Con respecto al tema de las aficiones y los gustos, es importante recabar información especialmente con el fin de saber si el niño tiene unos gustos muy concretos o intereses muy restringidos, ya que es frecuente que las personas con autismo tengan unos intereses muy restringidos y pasen largas horas enfocadas en ellos.
Posteriormente, se realizará otra anamnesis al niño directamente recabando una información similar a la que se consultó a sus padres con el fin de poder contrastar después y así obtener la información más precisa posible. Además, mientras esta entrevista se lleva a cabo es importante poner atención a ciertos detalles no verbales del niño, como el contacto visual mientras se está comunicando con el profesional que está llevando a cabo la evaluación con él y otros detalles como si hay estereotipias motoras (p. ej., retorcer constantemente los dedos, sacudidas de manos, etc.), o ecolalias, entre otros.
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Evaluación de los trastornos del espectro autista
Una vez realizada la entrevista inicial con los padres y con el niño se pasaría a realizar una serie de pruebas y test específicos para la evaluación de los trastornos del espectro autista (p. ej., pruebas del desarrollo cognitivo, el test D2 u otras que suelen utilizarse con el fin de realizar una evaluación acerca de su capacidad lógico-matemática, lingüística, etc.).
1. Desarrollo cognitivo
En el proceso de evaluación de los trastornos del espectro autista es importante que se lleven a cabo pruebas que permitan evaluar el desarrollo cognitivo del niño ya que estas sirven para profundizar en ciertos aspectos que se habrían podido tratar en la entrevista inicial y además podrían ayudar a detectar otras psicopatologías, en caso de que las hubiera, además del TEA o cualquier posible problema o dificultad relacionados con led desarrollo evolutivo.
Para llevar a cabo la evaluación del desarrollo cognitivo se llevarían a cabo pruebas como la Escala Merril Palmer que sirve con los más pequeños con el fin de evaluar su desarrollo de manera global, siendo importante poner especial interés para analizar algunos aspectos como el juego simbólico o la teoría de la mente.
Por otro lado, también es frecuente que se utilice la Escala Manipulativa Internacional de Leiter que permite realizar una evaluación de la atención no verbal, así como también de ciertas habilidades cognitivas y neuropsicológicas, entre otras. Además, es común que se utilicen las Escalas de Wechsler (p. ej., WPPSI, WISC) que permiten hacer una evaluación de la inteligencia y ciertas aptitudes cognitivas.
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2. La evaluación del TEA
La evaluación mediante pruebas estandarizadas será de las más importantes dentro del proceso de evaluación de los trastornos del espectro autista. Dichas pruebas serían fundamentalmente dos: la prueba ADI-R, que se lleva a cabo con los padres, y la prueba ADOS-2, que sería la que se realizaría con el niño o el adolescente.
Con la prueba ADI-R, se lleva a cabo una entrevista con el objetivo de analizar exhaustivamente ciertos aspectos que podría servir para evaluar el TEA como pudieran ser ciertas señales o indicios observados por los padres o incluso por los profesores y el psicólogo del centro escolar al que acude su hijo. En dicha prueba se evalúan principalmente algunas áreas relevantes: interacciones sociales, comportamiento, lenguaje, comunicación, posibles intereses restringidos y repetitivos, etc.
Por otro lado, con la prueba ADOS-2, se evaluarían las mismas áreas que con la prueba ADI-R, solo que en este caso se llevaría a cabo el procedimiento con el niño o adolescente. Esta prueba estaría enfocada en el objetivo de buscar diversas características relacionadas con los casos de TEA (p. ej., intereses restringidos y repetitivos).
3. La evaluación del desarrollo social y las habilidades adaptativas
A la hora de llevar a cabo la evaluación de los trastornos del espectro autista es importante que se recurra al uso de pruebas que evalúen el desarrollo social y también las habilidades adaptativas del niño. Para ello, cabe destacar la Escala Vineland, que se usa para realizar una evaluación detallada de las habilidades personales y sociales que son importantes y de gran utilidad en la vida cotidiana de las personas.
Por otra parte, dentro de esta área de evaluación, no debemos olvidar la Escala Australiana, un test de 24 preguntas que los profesionales utilizan con el fin de evaluar ciertos comportamientos que son bastante frecuentes en personas con TEA. Esta sería una prueba que se podría llevar a cabo tanto con los padres como con los profesores del niño.
4. La evaluación del desarrollo comunicativo y del lenguaje
Resulta fundamental llevar a cabo pruebas específicas para analizar el desarrollo comunicativo y del lenguaje a la hora de llevar a cabo todo el proceso de evaluación de los trastornos del espectro autista. Para ello, se utiliza la Escala CSBS (Escala de Comunicación y Conducta Simbólica) que consiste en un cuestionario formado por 24 preguntas que deberían contestar los padres con el objetivo de detectar algunas señales de alarma importantes del niño; siendo una prueba que se lleva a cabo con los padres de los niños más pequeños (de 6 a 24 meses de edad).
En el caso de que el niño tuviera entre 18 meses y 7 años de edad, sería más recomendable recurrir a otras pruebas como las Escalas del Desarrollo del Lenguaje de Reynell III. Dichas escalas suelen usarse para detectar posibles problemas relacionados con el lenguaje y la comunicación.
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5. La evaluación del desarrollo atencional
Por último, en el proceso de evaluación de los trastornos del espectro autista también es importante que se lleven a cabo pruebas específicas que puedan servir para evaluar el desarrollo atencional. Para ello, es bastante frecuente que se utilice el Test atencional D2, un test que está compuesto por una prueba a contrarreloj que sirve para hacer una medición de la velocidad de procesamiento del niño, del seguimiento de instrucciones y también de la ejecución de la tarea que le ha sido ordenada.
Ahora que ya hemos visto en qué consiste el proceso de evaluación de los trastornos del espectro autista habremos podido observar que es un proceso bastante complejo y de ahí la importancia de que sea llevado a cabo por profesionales cualificados y con experiencia.
Cabe destacar que también se puede completar esta evaluación con otras pruebas que permitan obtener un diagnóstico más detallado, como el test SCL-90-R, comúnmente conocido como el “test de los 90 síntomas”, que sirve para hacer una evaluación de síntomas que pudieran estar presentes en cada caso ya que este test permite evaluar varias dimensiones (p. ej., antiedad, sensibilidad interpersonal, fobias, etc.).