Vivir el presente es una forma de estar saludable. La mayoría de las personas viven ancladas en el pasado, en un acontecimiento que no les deja avanzar. ¿A quién no le hubiera gustado retroceder en el tiempo en algún momento de su vida para borrar algo que no le gustó? El pasado forma parte de la historia y es lo que te ha traído al presente para que escribas otra nueva. Tan malo es estancarse en el pasado como querer viajar hacia el futuro.
No es una cuestión de tiempo, sino de mente. El problema de las personas es que ven el tener la felicidad como una meta y no como un camino. Entonces se centran en llegar a esa meta. ¿Cuántas veces has dicho o escuchado: "Yo quiero ser feliz"? Y ¿Cuántas has dicho: "Yo soy feliz"? Se trata de soltar lastre y convertir aquella mala experiencia en un aprendizaje y en algo positivo.
Frena los pensamientos que te hacen volver una y otra vez al pasado, verás que deja de tener importancia y empiezas a ser feliz. Céntrate en vivir el presente practicando el aquí y el ahora (mindfullness) y verás las ventajas que te aporta. Algunas vas a verlas a continuación.
Ventajas de vivir en el presente
Cuando dejas atrás el pasado, no piensas, ni hablas de él y focalizas toda tu atención en cada instante del presente, tu vida empieza a transformarse.
1. Disfrutarás más de cada instante
Cuando te centras en el presente, disfrutas más de las pequeñas cosas. Por ejemplo, las comidas te saben mejor, la ducha te sienta muy bien, el aire de la calle al pasear es una caricia para tus sentidos.
2. Menos estrés
La preocupación por el pasado y el futuro produce estrés. La meditación es una disciplina que te ayudará a centrarte en el momento presente, si te cuesta empezar a ponerlo en práctica tú solo. Las preocupaciones se reducen; más bien es como si dejaran de existir porque solo tienes que vivir el momento. Estáis solo tu respiración y tú en el presente.
3. Mejorarán tus relaciones personales
Cuando trabajas el estar en el momento presente, esto se lleva a todos los ámbitos de tu vida. También al de las relaciones personales, de tal manera que cuando estás con una persona querida estás a plena atención y te conviertes en la mejor versión que hay de amigo, padre, madre, hermana, etc. Y esto crea grandes lazos de unión entre vosotros.
4. Conseguirás terminar bien cada tarea
Cuando trabajas el momento presente, estás educando también la atención plena en todo lo que haces y tus pensamientos dejan de repertirte las tareas que tienes pendientes de hacer para hacerlas directamente. Evitas que tus pensamientos te distraigan de lo verdaderamente importante que es hacerlas y hacerlas bien, por lo que al final adelantas el trabajo.
Pautas para vivir el presente
¿Quieres saber qué cosas puedes hacer para vivir el presente y empezar a disfrutar de una vida plena? Vayamos a la parte práctica.
1. Descarga tu mente
Si das vueltas sobre lo mismo una y otra vez, te impedirá seguir adelante, o lo harás más lentamente. Coge papel y boli y escribe todo lo que sientas, todo lo que tu mente quiera hablar, sin tapujos. Lo importante es que los pensamientos bajen al papel y salgan de tu cabeza. Hazlo también con las obligaciones. Apunta todo lo que tienes que hacer en una hoja, organízalas y ordénalas por prioridades.
2. Haz tareas cotidianas despacio
Ponte un café o lo que tomes por la mañana, siéntate a beberlo tranquilamente, sin teléfono, ni televisión ni nada. Verás cómo te sabe diferente y disfrutas más de su sabor y de su compañía.
Dra. Iratxe López Psicología
Dra. Iratxe López Psicología
Psicóloga Clínica
3. Rompe el patrón de los pensamientos negativos
¿Y esto cómo se hace? Ríe. Sí. Ríe a carcajadas, levántate, salta, da un grito. Todo esto hará que salgas del patrón negativo que hay en tu cabeza. Cuando esos pensamientos vengan a ti, obsérvalos, pero no te involucres. No formes parte de ellos y te darás cuenta de que tú no eres tus pensamientos. Solo eres un observador y no tienes nada que ver con ellos. Déjalos que se vayan.
4. Deja atrás la necesidad de controlar
La vida es mucho más bonita cuando te abres a la sorpresa. No pasa nada si las cosas no salieron como esperabas. Acepta y aprende de los errores. No quiere decir que seas pasivo ante lo que sucede, sino que es bueno para tu salud mental aprender a identificar lo que puedes controlar y lo que no.