Fototerapia: qué es, para qué sirve y cómo se usa

La terapia de luz es utilizada para tratar algunos trastornos psicológicos.

Fototerapia

Aunque pueda parecer algo como muy místico, la luz puede curar, o, al menos, reducir la sintomatología de ciertos problemas médicos y trastornos psicológicos.

La fototerapia es un conjunto de tratamientos en los que se utiliza la luz para ayudar a aumentar el estado de ánimo en pacientes psiquiátricos y también reducir inflamaciones y otros problemas dermatológicos. A continuación veremos más a fondo en qué consiste esta técnica, especialmente en el ámbito de la psiquiatría.

¿Qué es la fototerapia?

La fototerapia, también llamada luminoterapia o terapia con luz, es una herramienta terapéutica en la que se usan radiaciones electromagnéticas, esto es, luz, para el tratamiento de enfermedades médicas y trastornos psicopatológicos. El tipo de luz aplicada puede ser radiación visible, infrarrojos o ultravioleta.

En el campo de la medicina, la fototerapia se utiliza, sobre todo, en el tratamiento de enfermedades de la piel, como el vitíligo o la psoriasis. En el caso de la psicología y la psiquiatría, ésta se ha visto útil para tratar los trastornos del estado anímico, especialmente el trastorno afectivo estacional.

¿En qué consiste?

Básicamente, la fototerapia implica exponer al paciente a un dispositivo, como lo es la lámpara de fototerapia, o a baños solares, para que la luz incida en su piel y active procesos bioquímicos. La luz de la lámpara de fototerapia es muy similar a la luz natural.

Se cree que la fototerapia afecta a las sustancias químicas del cerebro asociadas al estado del ánimo y al sueño. Por este motivo es utilizado en el tratamiento del trastorno afectivo estacional, un trastorno del estado del ánimo que se produce en un momento determinado del año, especialmente asociado a la falta de luz natural. Por este motivo, la mayoría de las personas quienes lo presentan lo manifiestan en otoño o en invierno.

¿Qué beneficios tiene?

En su uso en psicopatología, al no ser un tratamiento farmacológico, la fototerapia se asocia a un tratamiento que implica pocos efectos secundarios. En caso de que ya se estén consumiendo fármacos, especialmente antidepresivos, o se esté acudiendo a terapia psicológica, el uso de esta técnica puede contribuir a aumentar la efectividad de estos tratamientos, permitiendo consumir una menor dosis de los fármacos.

También es usada en mujeres embarazadas o que están amamantando que no pueden consumir psicofármacos debido a que, aunque no todos, se corre el riesgo de que vayan a parar en el bebé.

¿Para qué enfermedades y trastornos se utiliza?

Como ya íbamos comentando, la fototerapia es usada especialmente para enfermedades dermatológicas y trastornos del estado de ánimo, sin embargo, hay muchas más condiciones en donde la técnica ha mostrado alta efectividad.

Entre los trastornos mentales para los que se utiliza podemos encontrar trastornos del estado del ánimo como:

Pero, además, se utilizan para tratar trastornos en los que la persona presenta algún tipo de desajuste de su ciclo del sueño, ya sea por motivos laborales, viajes largos (jet-lag) o por dificultades para conciliar el sueño.

  • Desfase horario
  • Trastornos del sueño
  • Horario laboral nocturno
  • Demencia

En cuanto a las enfermedades de la piel, encontramos la psoriasis. En la fototerapia aplicada a este tipo de problemas, es necesario filtrar la luz ultravioleta dado que ésta puede dañar tanto los ojos como la piel.

Posibles efectos secundarios

En el caso de la fototerapia aplicada para los trastornos del estado anímico, pese a ser una técnica segura, sí que implica ciertos riesgos, los cuales son leves y de corta duración. Entre estos podemos encontrar:

  • Dolor de cabeza
  • Mareos
  • Fatiga ocular
  • Irritabilidad
  • Nerviosismo (asociado al trastorno bipolar)
  • Manía y euforia
  • Hiperactividad

Los efectos secundarios se pueden controlar reduciendo el tiempo de tratamiento, alejándose un poco de la lámpara, se toman descansos durante las sesiones largas o si se cambia el momento del día en la que se usa. También puede ser que aparezcan inmediatamente después de empezar la terapia, pero que estos se vayan reduciendo a medida que la misma progresa.

Precauciones

Aunque el uso de la fototerapia pueda parecer inofensivo, no debemos olvidar de que se trata de un tratamiento médico, y que por lo tanto deben tomarse precauciones al usarlo, además de confiar en el criterio profesional del médico, psicólogo o psiquiatra que lo haya recomendado.

Algunas de las consideraciones a tener en cuenta antes de iniciar el tratamiento con luz son el conocer si se tiene una enfermedad en la piel, que la haga especialmente sensible a la luz y que pueda empeorar en caso de que se aplique esta técnica, como sería el caso del lupus eritematoso sistémico. Es de especial consideración el caso de que se tenga una enfermedad ocular, que vuelva a los ojos más vulnerables a lesiones lumínicas.

En caso de estar consumiendo un fármaco, se debe preguntar al profesional que lo haya recetado y mirar el prospecto para conocer si aumenta la sensibilidad a la luz solar. Algunos de los medicamentos que pueden tener este efecto secundario son ciertos antibióticos, antiinflamatorios o tratamientos fitoterapéuticos, como es el caso de la hierba de San Juan.

En las personas quienes sufran trastorno bipolar, es de especial importancia el vigilar que esté aplicándose fototerapia, dado que uno de sus efectos secundarios es desencadenar manía.

Luz ultravioleta

Las lámparas de fototerapia deben estar diseñadas para filtrar la luz ultravioleta, la cual es nociva para la piel y los ojos. Pese a que en la mayoría de los casos y, en especial, para su uso con la piel, están ya diseñadas para filtrarla, no siempre lo consiguen por completo.

Es por este motivo que se debe ir con especial cuidado con este tipo de dispositivos porque, y como ya íbamos diciendo, aunque puedan parecer muy inofensivos, en caso de que no haya un buen control, se corre el riesgo de padecer problemas en la piel, como manchas, melanoma y quemaduras. Acudir a un dermatólogo antes y durante la aplicación de la técnica, aunque se esté usando para un trastorno del estado del ánimo, siempre es recomendable.

¿Cuándo es mejor empezarla?

La fototerapia prescrita para personas quienes padecen trastorno afectivo estacional suele iniciarse a principios de otoño, cuando empieza a nublarse el cielo en muchas regiones del mundo y empiezan las lluvias. Debido a la falta de sol, el trastorno aparece. Es por ello que la fototerapia se aplica para suplir la falta de estimulación lumínica en las personas más sensibles a ella. Generalmente, el tratamiento continúa hasta primavera, cuando ya empieza a haber más luz exterior y esta es suficiente para mantener un buen estado de ánimo y unos niveles de energía más altos.

Durante la fototerapia, la persona se sienta o trabaja cerca de una lámpara especializada. Para que sea eficaz, la luz de la lámpara debe ingresar en los ojos indirectamente, además de incidir sobre la piel. Una de las bases biológicas de la depresión está relacionada con la falta de luz y alteraciones en los ciclos del sueño, por ese motivo, al ingresar por el ojo esta luz permite regular los ciclos del sueño, dado que sirve para que el cerebro se regule y, cuando haya luz, tenga claro que no es momento de dormir, que es de día.

Pero, ¡ojo!, no se debe mirar la lámpara de forma directa, dado que se pueden dañar los ojos. Se deben seguir las recomendaciones del profesional de la salud que la ha recomendado, además de mirar las instrucciones del fabricante.

No es una terapia que induzca a mejora de forma automática. Se necesita tiempo y constancia, como cualquier otro tratamiento. No debemos esperar que con una sola sesión vayamos a tener una mejora significativa de nuestro estado anímico.

Una de las recomendaciones es tener encendida esta lámpara cerca de un lugar que habitemos con frecuencia en el hogar, como pueden ser el escritorio, la sala de estar o algún otro lugar en el que pasemos mucho tiempo.

¿Cómo se debe aplicar para que sea efectiva?

Son tres los elementos clave para asegurarse de que esta terapia sea efectiva.

1. Intensidad

La intensidad de la lámpara se registra en lux (“luz” en latín), que es la medida de la cantidad de luz que se recibe. Para el trastorno afectivo estacional, su recomendación habitual consiste en utilizar una lámpara de 10.000 lux de intensidad, colocada a una distancia de medio metro de la cara.

2. Duración

Con una intensidad de 10.000 lux, la fototerapia habitualmente requiere sesiones de entre 20 y 30 minutos. En caso de que la intensidad de la lámpara sea menor, pongamos 2.500 lux, se podrían necesitar sesiones más prolongadas.

3. Momento del día

Para la mayoría de la gente, la fototerapia es más efectiva cuando se realiza por la mañana temprano, recién levantado. Si bien, hay personas quienes pueden serles más útil recibir las sesiones a otras horas del día. Para ello se debe consultar al médico para que establezca un cronograma que se adapte lo mejor posible al caso particular.

Otros tipo de lámparas

Otros productos similares son estos.

1. Lámpara de radiación infrarroja

Se utiliza como terapia térmica, mediante la cámara de infrarrojos. No es luz visible, simplemente da calor y no es aplicada para los trastornos del estado del ánimo, sino para problemas de la piel.

2. Láser

Es una luz especial artificial, que consiste en la amplificación de la luz mediante un proceso de emisión estimulada de radiación. Se considera una técnica de fototerapia, aunque no es aplicada en el campo de los trastornos psicológicos y su aplicación en las enfermedades de la piel es muy específica.

Se requiere una luz y un compuesto químico, que puede ser líquido, sólido o gaseoso. La luz estimula a la sustancia química, aumentando su energía. Cuando la energía incide sobre el compuesto es cuando aparece el láser propiamente dicho, viéndose de un solo color y, a veces, con capacidad para cortar tejidos.

Hay dos tipos de láseres con finalidades médicas: el blando y el duro.

El blando, con una radiación de 10 - 20 mW (milivatios), se usa barriendo la piel y tiene efectos analgésicos, antiinflamatorios y de regeneración de tejidos.

El duro tiene una radiación mayor a 10 W (vatios), siendo su uso bastante potente. Puede provocar vaporizaciones celulares, foto coagulaciones o, incluso, explosiones celulares. Puede usarse para cortar tejidos (bisturí láser), fotocoagular en el caso del desprendimiento de retina o eliminar tatuajes y manchas. Puede tener efectos patógenos, está contraindicada en mujeres embarazadas y en personas con enfermedades oncológicas.

Sobre las camas solares

Al hablar de lámparas de fototerapia uno puede pensar que se asemejan a las camas solares, es decir, estas usadas para ponerse moreno. Dado que en la cultura popular ya se conocen los beneficios de la luz solar, no son pocos quienes pueden caer en el error de pensar que las camas solares sirven como una buena alternativa a las lámparas solares, además de otorgarnos un morenito para el verano. Esto no es así.

No se ha comprobado que ayuden a aliviar los síntomas del trastorno afectivo estacional, además, estas liberan luz ultravioleta que, como ya íbamos comentando antes, pueden dañar la piel y aumentar el riesgo de sufrir cáncer de piel.

Referencias bibliográficas:

  • Golden, R. N., Gaynes, B. N., Ekstrom, B.D. (2015). Eficacia de la fototerapia en los trastornos del estado de ánimo: revisión y metaanálisis de las pruebas. Am J Psychiatry.

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Postgrado de Actualización de Psicopatología Clínica en la UB.

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