El trastorno por atracón es un tipo de adicción en el cual la persona afectada realiza periodos de sobreingesta compulsiva de comida (sin la conducta purgativa posterior característica de la bulimia nerviosa) ingiriendo una gran cantidad de alimentos calóricos en un corto periodo de tiempo.
Se basa, fundamentalmente, en la aparición y mantenimiento de una adicción a la comida que suele comenzar en la adolescencia, y como todos los trastornos de alimentación es más frecuente en mujeres que en hombres.
Episodios de sobreingesta: ¿por qué constituyen una adicción?
Entendemos adicción por aquel proceso en el cual la persona se siente totalmente dominada y esclavizada por el deseo de consumir.
Se vivencia como algo incontrolable; por mucho que la persona eche mano de su fuerza de voluntad, acaba entrando en un estado similar al de la despersonalización, un adormecimiento de sus facultades racionales y una escisión de las mismas, generando en el individuo un estado de sonambulismo con un único destino: la nevera, el lugar en el que saciará los impulsos producidos por la adicción a la comida.
¿Qué causa el trastorno por atracón?
La neurociencia atribuye este trastorno a un desequilibrio en los centros de recompensa del cerebro. Al comer compulsivamente, la persona libera de manera anormal ciertos neurotransmisores relacionados con la sensación de bienestar (dopamina yserotonina) lo que hace que se acabe “enganchando” a ciertos alimentos, sobre todo alimentos calóricos con alto contenido en azúcar, harinas y sal.
Esto explicaría el mantenimiento de la conducta pero… ¿cuál es el desencadenante? ¿Se trata de un trastorno en sí mismo... o es un síntoma, una pista, una corrección patológica de un proceso más oculto y desconocido? ¿Qué tipo de vacíos intenta llenar la persona atiborrándose hasta el extremo? ¿Se está "tragando" sus propias emociones ante la imposibilidad de exteriorizarlas de forma asertiva?
Se pueden generar muchas hipótesis al respecto, pero como sucede siempre en psicoterapia, hay que considerar caso por caso y persona por persona para conocer las causas concretas que desembocan en la sobreingesta complusiva.
¿Qué consecuencias tiene la alimentación compulsiva?
Una vez llevado a cabo el ritual del atracón impulsado por la adicción a la comida, es probable que la persona genere sentimientos de culpa y vergüenza, así como arrepentimiento al no haber podido hacerse cargo de la situación.
A la larga, la persona desarrollará lo que se conoce en psicología como expectativas de incontrolabilidad; a raíz de una serie de fracasos, aparecerá en la persona de manera consciente o inconsciente la creencia de que no existe contingencia entre los esfuerzos que realice y los resultados que obtiene. A pesar de las diferentes estrategias utilizadas, termina una y otra vez realizando la acción que tanto intenta evitar.
La expectativa de incontrolabilidad
La expectativa de incontrolabilidad lleva a la persona a pasar de un estado de frustración y rabia a un estado de desesperanza, de pasividad, al creer que nada puede hacer para cambiar la situación (véase teoría de la indefensión aprendida de Seligman). Esto puede generar estados distímicos o depresivos, o cristalizar trastornos ya existentes, ya que el trastorno por atracón presenta una alta comorbilidad con otros trastornos psicológicos como la depresión, los trastornos del estado de ánimo o la desrealización.
Además de las consecuencias psicológicas, la persona, al no estar bien alimentada, desarrollará otros síntomas relacionados con varias zonas del cuerpo, tales como sobrepeso, obesidad, diabetes, fatiga crónica o trastornos del sueño.
La autoestima también se verá claramente afectada, ya que los sentimientos de autoeficacia disminuirán tras cada atracón no controlado. A causa de la adicción a la comida, la persona puede sentirse débil, impotente y no válida, y generar toda una serie de pensamientos negativos hacia sí misma que solo harán que cronificar el problema.
¿Cómo combatir la adicción a la comida?
El principal reto para superar éste y cualquier otro tipo de trastorno es que la persona vuelva a creer en sí misma y aprenda dinámicas de comportamiento diferentes a las que la atan a un estilo de vida poco saludable.
Es imprescindible que se dé cuenta de que la incontrolabilidad que siente es solo una ilusión, que está en plenas facultades de tomar decisiones, aunque carece de las herramientas adecuadas para ello.
Por lo tanto, es muy recomendable el acompañamiento de un profesional bien capacitado que actúe en dos vertientes. Por un lado, se debe trabajar sobre los síntomas compulsivos para corregirlos y erradicarlos, y por el otro ha de investigar las causas de dicho comportamiento para cortar de raíz con la patología inicial.
Acudir a un especialista es indispensable
Aquella persona que se sienta identificada con los síntomas que se describen, no deben olvidar que la vulnerabilidad es un estado temporal, nunca una característica descriptiva de la personalidad.
Por eso hay que enfatizar el hecho de que cualquier persona tiene la capacidad de atajar el problema acudiendo inmediatamente a un especialista cualificado con el que poder afrontar la lucha contra la adicción a la comida. De este modo se podrá empezar a tomar las decisiones adecuadas que lleven hacia la mejora del propio bienestar.