Ponerse a elegir al psicólogo que nos va a ofrecer sus sesiones puede parecer tarea sencilla en una época en la que internet permite localizar rápidamente la consulta más cercana.
Si vivimos en una población pequeña, posiblemente sólo tengamos que informarnos sobre qué profesionales de la salud mental ejercen en nuestra localidad, y si nos encontramos en un gran núcleo urbano seguiremos teniendo muchas herramientas para informarnos sobre todas las consultas cercanas. Sin embargo, la cosa se complica cuando introducimos la variable "calidad" en la ecuación.
Elegir un buen psicólogo no siempre es tarea sencilla, ya que hay muchos factores a tener en cuenta y algunos de ellos dependen del tipo de servicio concreto que estamos buscando.
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Consejos para elegir a un buen psicólogo
Desde luego, cada caso merece ser estudiado y resulta imposible dar claves específicas para seleccionar al mejor de todos los profesionales sin conocer las características del paciente y de los psicólogos disponibles en la zona. Sin embargo, sí puedes seguir algunas indicaciones generales que te ayudarán a elegir a un buen psicólogo.
Aquí tienes diez de estas claves.
1. Asegúrate de que sea psicólogo o psicóloga
El primer punto para elegir un buen psicólogo es... asegurarse de que sea psicólogo o psicóloga. Parece un punto muy evidente, pero merece la pena tenerlo en cuenta. En el mercado laboral abundan las etiquetas y las denominaciones que nos hacen pensar que, quien las utiliza para definirse a sí mismo, es psicólogo. Sin embargo, no es cierto: hoy en día es posible presentarse como "psicoterapeuta" o "terapeuta" sin haber cursado la carrera universitaria de psicología. Se han reportado casos de intrusismo laboral.
Alguien que dice ser psicoterapeuta no tiene por qué ser psicólogo, aunque un psicólogo sí puede ser psicoterapeuta. Para tener la certeza que la persona que te ofrece las sesiones tiene formación universitaria en psicología, puedes comprobar si tiene número de colegiado y titulación universitaria oficial.
2. Comprueba que tiene una especialización en lo que buscas
Hay muchos tipos de psicólogos, y no todos ellos tienen por qué ser adecuados para lo que buscas. Para empezar, deberías averiguar si el profesional que te va atender está formado específicamente en Psicología clínica, ya que también existen psicólogos cuya especialización está enfocada al marketing, la investigación en laboratorios o los Recursos Humanos. Ten en cuenta que, dependiendo del país en el que vivas, para ser psicólogo clínico puede ser suficiente con una mención universitaria o puede tener que cursarse además al menos una maestría post-universitaria.
Una vez te hayas asegurado de que estás eligiendo entre personas cualificadas en Psicología clínica o de la salud, averigua cuáles de estas están especializadas en los problemas que quieres tratar.
3. Infórmate sobre el tipo de abordaje psicoterapéutico que ofrece
Un psicólogo puede ofrecer abordajes psicoterapéuticos que por el momento no cuentan con evidencia sólida acerca de su eficacia, como por ejemplo la terapia de vidas pasadas y demás terapias alternativas. Este no es motivo para descartar sus servicios, pero sí merece la pena tener en cuenta que ciertas prácticas no cuentan con el aval de la ciencia.
Las terapias alternativas pueden resultar más o menos útiles dependiendo de cada caso, ya que la utilidad o no la determina el paciente a través de su propia subjetividad, pero un buen psicólogo no hará pasar una de estas prácticas por maneras de intervenir con eficacia comprobada empíricamente.
Antes de elegir psicólogo, debes tener en cuenta que la forma de tratamiento psicológico que cuenta con un mayor aval científico es la Terapia Cognitivo-Conductual, si bien hay tratamientos que se han mostrado eficaces para abordar trastornos específicos. Es por eso que lo mejor que puedes hacer es pedir información sobre el grado de eficacia científicamente demostrada con el que cuentan los tratamientos que se ofrecen y, a partir de ese punto, decidir en una u otra dirección.
4. Asegúrate de que la confidencialidad está garantizada
Nunca está de más recordar que durante las sesiones la confidencialidad de todo lo que digas o hagas debe estar garantizada. Como norma general, tus datos personales no pueden ser difundidos por ningún profesional de la psicología ni por ninguna empresa constituida por psicólogos. Si se viola esta confidencialidad de alguna manera, ese hecho puede ser motivo de denuncia.
5. Debes firmar un documento de consentimiento informado
Antes de iniciar la terapia, se te debe dar un dossier con la información acerca de los servicios disponibles y, específicamente, el tipo de terapia a la que optas. Adjunto en este tipo de dossiers debe ir el documento de consentimiento informado, en el que firmas conforme estás al tanto de lo que se hará durante las sesiones.
6. ¿Ofrece evaluación y diagnóstico?
Al inicio de las visitas, un psicólogo debe explorar el problema del paciente a través de una etapa de evaluación que no debería ir más allá de las 4 o 5 primeras sesiones. Eso le permitirá establecer un diagnóstico sobre tus problemas, y este diagnóstico te lo debe explicar con palabras llanas, de manera que lo entiendas.
Si notas que la persona que te da terapia alarga indefinidamente la etapa de evaluación, mezcla esta fase con la de tratamiento, o notas que su explicación sobre el diagnóstico es deliberadamente confuso y esotérico, plantéate interrumpir las sesiones.
7. ¿Su propuesta de intervención es clara?
Elegir a un buen psicólogo es también optar por un profesional que sepa comunicarse bien con sus pacientes y que no se reserve información acerca de su plan para intervenir a través de la terapia. Es por eso que debería ser capaz de explicarte claramente el número de sesiones previstas y lo que ocurrirá durante esas sesiones.
Del mismo modo, también tiene que poder ofrecer respuestas claras a todas las dudas acerca de la terapia que te vayan surgiendo.
8. El psicólogo no debe juzgarte
Los profesionales de la psicología nunca deberían juzgar a sus pacientes, ya que su rol está orientado a ofrecer soluciones y dirigir esfuerzos hacia objetivos claros. No se ocupan de ser guardianes de la moral. Es obligado que un psicólogo sepa promover un buen rapport, es decir, un ambiente de confianza que te permita expresarte sin ataduras.
En parte, este es el motivo que posibilita que los pacientes puedan comportarse de manera sincera durante las sesiones.
9. ¿Cómo transcurre la relación terapéutica?
Los psicólogos clínicos trabajan para ayudar a encontrar soluciones, no para ofrecer amistad a sus pacientes ni para involucrarse sentimentalmente con ellos. Entablar relaciones personales con los pacientes va en contra del código deontológico de los psicólogos.
Si notas que la persona que te ofrece tratamiento se comporta como un amigo o amiga o te hace saber que busca la continuidad de vuestra relación en las horas en las que no te atiende como profesional, deberías abandonar la terapia inmediatamente.
10. ¿Notas que te es útil ir a su consulta?
En última instancia, tú debes ser la persona que evalúe la utilidad del hecho de ir al psicólogo. Así pues, los psicólogos no pueden presionarte para que continúes con los tratamientos ni deberían decirte que no te das cuenta de lo útiles que están siendo tus servicios.
Los progresos que puedas estar haciendo no sirven de nada si en las etapas finales de la terapia no eres tú la persona que los nota.
Resumiendo...
Con estas claves en mente, ya deberías capaz de tomar una decisión bien informada a la hora de elegir un buen psicólogo. Ten en cuenta, sin embargo, que el listado que acabas de leer podría ser interminable y que hay infinitas cuestiones a considerar cuando se opta a seleccionar un profesional u otro, así que merece la pena que seas tú quien juzgue lo que buscas y en qué medida te lo pueden ofrecer.
Si tienes cualquier duda sobre el rol del psicólogo y la relación terapeuta-paciente, no tienes más que dejar tu pregunta en los comentarios (debajo del post) y te responderemos con mucho gusto.