Coaching: aliado de los emprendedores

Cuando una persona decide emprender no escatima en invertir en distintos aspectos que saben que serán un trampolín para que su proyecto sea un éxito.

Así, cuidará tener todos los conocimientos necesarios sobre el área en la que desea emprender, adquirirá todos los recursos necesarios ya sean técnicos, humanos como materiales para desarrollar su proyecto e, incluso, recurrirá a un mentor que le guíe en el proceso para poder ir sobre seguro.

Pero el aspecto que descuidan en general los emprendedores, al que no suelen dedicar apenas atención, es a su desarrollo personal. Emprender es un proceso extremadamente retador y estar preparado a nivel mental, a nivel profundo, es tan importante como lo es cuidar todos los demás detalles que hemos mencionado.

Lo que el Coaching puede hacer por los emprendedores

Invertir en un proceso de Coaching por parte del emprendedor puede suponer un cambio significativo no sólo en la manera de afrontar la puesta en marcha y escalada de su proyecto, sino también en los resultados que obtiene con el mismo.

Algunas de las áreas en las que el Coaching puede ayudar a un emprendedor son:

1. Liderazgo personal

El coaching puede ayudarle a definir sus fortalezas y debilidades y usar esa información a su favor en el desarrollo de su negocio. Además, mediante el coaching se pueden adquirir herramientas de fortalecimiento de la autoestima y la confianza, dos valores que seguramente se verán amenazados continuamente por las vicisitudes del proceso de emprendimiento.

• Artículo relacionado: "Tipos de Liderazgo: Las 5 clases de líder más habituales"

2. Planificación y logro de objetivos

El Coaching es la metodología clave para poner metas realistas y alcanzables y desarrollar un plan de acción que permita alcanzarlas. En ese sentido, el coaching puede ayudar a un emprendedor a poner claridad en la definición y consecución de las distintas metas que tendrá que ir alcanzando en su plan de negocio.

3. Identificación y superación de creencias limitantes

Si hay algo a lo que se enfrenta más de una vez un emprendedor es al llamado síndrome del impostor. A ese ‘yo no valgo para esto’ que está aferrado a una serie de creencias limitantes que con un proceso de Coaching pueden superarse y convertirse en creencias potenciadoras.

• Quizás te interese: "¿Qué son los pensamientos trampa y cómo prevenirlos?"

4. Toma de decisiones

Cada paso dentro de un emprendimiento lleva implícita una decisión. El Coaching puede ayudar al emprendedor a saber delimitar e identificar opciones, entender las consecuencias de las mismas y, con toda la información en la mano, tener mayor facilidad para saber qué decisiones tomar.

5. Gestión del tiempo y Productividad

Uno de los peligros del emprendimiento es verse absorbido completamente por el mismo. Ante las ganas de que todo salga adelante, se puede hacer una mala gestión del tiempo que, a su vez, lleva a ser menos productivo. El Coaching ayuda a poner foco, a centrarse en lo importante y a poner fechas y espacios concretos para que las metas se alcancen sin despilfarrar esfuerzos y energías.

6. Gestión del estrés y la incertidumbre

Aunque cuando una persona se lanza a emprender lo hace con toda la ilusión del mundo, no es común que todo sea, como se dice, ‘un camino de rosas’. Los obstáculos son inevitables y saber gestionar el estrés y la incertidumbre que conllevan es crucial para que en determinados momentos no se tire la toalla. El Coaching puede proporcionar herramientas de manejo emocional e, incluso, de Mindfulness, que permitan atravesar esos momentos desde una perspectiva más amable y menos dañina con uno mismo.

En definitiva, si el Coaching aporta herramientas y recursos a cualquier persona para conocerse mejor y desarrollar todo su potencial, un emprendedor debe tenerla como una aliada para que le acompañe en su proceso de emprendimiento.

• Artículo relacionado: "Miedo a la incertidumbre: 8 claves para superarlo"

Coaches y emprendedores

Las formaciones en Coaching que ofrecen en la escuela D’Arte Human Business School preparan a sus alumnos para ser profesionales capacitados para ayudar con todos estos retos a los que se puede enfrentar un emprendedor.

Pero, incluso, con el profundo trabajo de autoconocimiento que estas formaciones aportan, permiten que los propios alumnos, que en ocasiones se convierten en emprendedores de su propio proyecto de desarrollo personal, puedan utilizar todo lo interiorizado para afrontar su camino de emprendimiento desde una perspectiva diferente.