Al adentrarnos en las vacaciones de verano, nuestra mentalidad cambia; tenemos más tiempo que nunca para disfrutar en familia y decidir cómo llenar esas horas libres con actividades de ocio que difícilmente podríamos llevar a cabo en un día de trabajo. Sin embargo, esta mayor libertad se aplica a todos los miembros de la familia, y en el caso de que tengamos hijos adolescentes, dicha situación puede traer consigo algunos retos de crianza.
Aunque parezca algo idílico dejar de lado las obligaciones del día a día y aprovechar el tiempo con los hijos, la cosa suele torcerse al haber adolescentes en casa. En definitiva, la convivencia con adolescentes durante las vacaciones suele ser sumamente complicada. Por tanto... ¿Qué se puede hacer al respecto?
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Claves de la crianza de los hijos adolescentes en verano: fijando límites sanos
Como bien sabemos, la adolescencia es el periodo de transición entre la niñez y la adultez, llena de intensos cambios a nivel físico, psíquico y social. Aunque los adolescentes necesitan referentes, espacios en los que sentirse seguros y acompañados, en esta etapa también buscan sus propios espacios y su libertad, en un afán por explorar el mundo, reafirmarse y conocerse a sí mismos. Por consiguiente, se acostumbra a identificar la adolescencia como un periodo de crisis y de conflictos familiares, donde los roces y desacuerdos entre los padres e hijos son el pan de cada día.
Por supuesto, estos desencuentros ocurren durante todo el año, no obstante, gracias a la rutina, pasan más desapercibidos. ¿Qué ocurre cuando llega el verano? Las clases finalizan, las extraescolares se dan por terminadas y como resultado, el adolescente, pasa mucho más tiempo en casa.
Si te interesa conocer algunas pautas para poder disfrutar de las vacaciones de verano con un adolescente, has llegado al sitio adecuado. En el artículo de hoy, analizaremos 6 claves de crianza de los hijos adolescentes en vacaciones de verano para que puedas aprovechar al máximo esta época, en vez de llenarla con situaciones incómodas que te lleven a querer "sobrevivir" el verano.
1. Pon en marcha la empatía
En primer lugar, es de suma importancia que los padres realmente comprendan el momento de vida en la que se encuentra su hijo. Deben entender que está creciendo, ya no le interesan ni le gustan las cosas que quizás hace unos pocos años sí, y sobre todo, está comenzando a buscar su independencia. Por tanto, hasta cierto punto, es normal que pase más tiempo en su habitación, que no le guste algún plan que le propongas o que anteponga salir con sus amigos que con la familia.
Ojo, no queremos decir que se le deba permitir que se aísle por completo, ya que esto no es bueno para el adolescente. Todo lo contrario, los progenitores deben buscar ese equilibrio entre darle su independencia, pero también demostrarle que están presentes para ayudarle en cualquier momento, acerca de cualquier cosa. En definitiva, es vital que los padres practiquen la empatía, recuerden cómo se sentían ellos en la adolescencia, y sean más permisivos con ciertas conductas. Poniéndose en los zapatos del adolescente es la única forma en la que conseguirás comprender sus conductas y por consiguiente, reforzar el vínculo con el joven.
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2. Fomenta la escucha activa
La importancia de la escucha activa es enorme. A la hora de fortalecer el vínculo con los adolescentes, es crucial que estemos dispuestos a escucharlos realmente. Siéntate con tu hijo, practica la escucha activa y la empatía, y estate preparado para comenzar un diálogo respetuoso pero sincero. Deja de lado las preocupaciones del día a día, aparta el móvil, y simplemente, céntrate en lo que el adolescente tenga que comentarte. Emplea tanto la comunicación verbal como no verbal para que él sienta que está siendo escuchado, atendido y comprendido.
3. Comunicación abierta
Ligado con lo comentado en los puntos anteriores, el establecer un ambiente de comunicación donde ambos os sintáis escuchados y respetados es de suma importancia. Para ello, se debe propiciar un clima de confianza y respeto, y evitar los gritos, sermones, etiquetas, comparaciones, interrupciones, imposiciones, etc. En la misma línea, como progenitor, intenta fomentar diariamente momentos para el diálogo, no solo para hablar de temas cotidianos, sino también para interesarte por sus gustos y poner en común vuestras preocupaciones y sentimientos.
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4. Establece límites claros
Aunque se deba establecer un clima positivo y comprensivo, esto no es sinónimo de permitir todo lo que el adolescente quiera para que no se enfade. Todo lo contrario. No nos olvidemos que los padres son los líderes, y se deben establecer límites claros y firmes, valorar situaciones, tomar ciertas decisiones, saber decir que 'no' cuando realmente corresponda y acompañar la frustración. No caigas en el gran error de pensar que por no ponerle límites vuestra relación mejorará o tendréis más confianza. Los límites son absolutamente necesarios en cualquier relación, y por supuesto, en la de padres e hijos también.
5. Llega a acuerdos
Es posible que este verano sea la primera vez que tu hijo adolescente se va de vacaciones con sus amigos, comienza a asistir a fiestas, experimente enamoramientos o desengaños, e incluso se plantee probar una bebida alcohólica. Estas nuevas situaciones sin duda suponen un desafío para los padres, por lo que es crucial abordarlas de manera positiva y establecer de antemano acuerdos con los que ambos se sientan cómodos. Para lograr este paso, es fundamental mantener un ambiente de confianza con el adolescente, fomentando una comunicación abierta y sincera, de manera que podamos asegurarnos de que no nos oculta información.
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6. No permitas que tus miedos te coman
Es común que los padres sientan cierta desconfianza hacia sus hijos adolescentes, en gran medida debido a sus propios temores. Es probable que durante este verano se presenten situaciones con tu hijo adolescente en las que debas evaluar si está listo para ir de vacaciones con sus amigos, si es apropiado permitirle asistir a una fiesta donde habrá alcohol, o considerar el horario adecuado para su regreso a casa. En estos casos, es importante no dejar que tus propios miedos nublen tu perspectiva y tomar decisiones con coherencia y objetividad. Recuerda que los adolescentes necesitan sentir que sus padres confían en ellos y en su capacidad para tomar decisiones.