Es habitual encontrarse con personas que tienen una gran confusión entre su comportamiento y su identidad. A este respecto, te lanzamos la siguiente pregunta: ¿quién soy?
A simple vista, parece sencillo de contestar, pero enseguida te darás cuenta que no es así. Es fácil que alguien desde fuera conteste por ti, sin embargo, podríamos poner la mano en el fuego que la respuesta sería incorrecta. Definitivamente, la contestación se encuentra dentro de ti, en tu cuerpo, en tu mente, en tus emociones, pero has estado dormido tanto tiempo que no eres capaz de reconocerlo.
Esta confusión ha sido parte del ser humano durante toda la vida, y fueron los psicólogos de la corriente psicoanalista quienes comenzaron a profundizar en todo esto. Más concretamente, Donald Woods Winnicott fue quien introdujo por primera vez el término del falso Yo para hacer referencia a las distintas máscaras de comportamiento que todos utilizamos para acceder a las expectativas de nuestro alrededor.
Tal y como explicaba Winnicott, somos capaces de exhibir una actitud social y educada hacia el mundo gracias al falso Yo. Es como si la persona cambiase de máscara según el contexto y las personas que se encuentran en ese momento. Aunque consiguen de forma exitosa cumplir con las expectativas de su entorno, estas personas siempre se encuentran vacías, muertas o falsas por dentro. De hecho, solo el verdadero Yo puede sentir libremente.
Queda retratado que el conocer quienes somos realmente o desenmascarar el falso Yo es una cuestión que lleva atormentando al ser humano desde siempre. Ha sido estudiado por muchos profesionales y se llega a la conclusión que lleva un ejercicio de reflexión enorme con un trabajo personal por detrás que nos permita estar en concordancia con nosotros mismos y con los demás. En el artículo de hoy, hablaremos sobre qué significan los conceptos de falso y verdadero self, como se construyen, y por supuesto, daremos un repaso a varios consejos para deshacernos del falso Yo.
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¿Cómo se desarrollan el verdadero y falso Yo?
Todo comienza desde nuestros primeros días de vida. Desde el primer instante que llegamos al mundo, necesitamos cubrir ciertas necesidades que, por supuesto, un bebé por sí solo no puede satisfacer. Aquí entra en juego la madre, cuya labor es ofrecer el calor, la protección y la aceptación incondicional a todas las reacciones y sentimientos de su bebé. Referente a esto, Winnicott habla sobre el concepto “madre suficientemente buena” al describir aquella que abastece los cuidados al recién nacido de una forma espontánea, y sincera. Por supuesto, esto último no significa que no se deba de poner límites, de hecho, se consideran necesarios.
En un ambiente como el descrito anteriormente, el bebé y el posterior niño desarrolla un verdadero Yo saludable, es decir, llega a sentirse capaz de escucharse a sí mismo sin la necesidad de cumplir con las expectativas de terceros para sentirse aceptado, querido y bien consigo mismo.
Por otra parte, cambiando por completo la escena de la “madre suficientemente buena” se hallan aquellos niños que no se sienten aceptados o comprendidos por la madre y por tanto, el ajustar sus comportamientos y sentimientos de acuerdo a las preferencias de la madre es la única forma que encuentran de sentirse queridos y respetados. Dicho de otra forma, aprenden que ocultar su verdadero Yo y sacar el falso Yo es la única forma de ser aceptados por parte de la madre.
Esto no se queda aquí. El niño que en un principio había desarrollado el aprendizaje de esconder su verdadero Yo para sentirse querido por su madre, en un futuro lo extrapola a todas las relaciones de su vida y es aquí donde se sientan las bases del falso Yo. Además, resulta interesante destacar que el falso Yo esconde muchas conductas patológicas en un adulto como puede ser el trastorno narcisista entre otros muchos.
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¿Cómo desenmascarar al falso Yo?
Te retamos a imaginarte tu vida sin que el falso Yo predomine. Es interesante parar por completo y pensar quien eres realmente y cuál es tu propósito como un ser libre e independiente con el extraordinario valor de poder tomar y decidir el rumbo de tu destino. Para llegar a esa imagen que estás proyectando, debes adentrarte en un viaje al autoconocimiento y deshacerte del falso Yo.
Para ello, el trabajo de autoconocimiento es importante para conocer en profundidad las emociones, cualidades, defectos, limitaciones y prioridades de cada uno. Además, el primer paso siempre es aceptarte tal cual eres para poder empezar a trabajar y pulir aquellas partes del Yo que quieras modificar.
A continuación, enlistamos algunos consejos de expertos en el tema para poder desenmascarar el falso Yo:
1. No te sientas ofendido constantemente
No todo lo que las personas de tu alrededor hacen o dicen tiene que ver contigo. Tenemos la tendencia a tomarnos todo a pecho cuando alguien nos hace una crítica o no cumple con nuestras expectativas. Por tanto, intenta no sentirte atacado por las palabras o hechos de las personas y practica la comunicación asertiva.
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2. No centres la vida en los éxitos
Alcanzar un objetivo es algo que produce mucha satisfacción. No obstante, no podemos permitir que nuestra vida gire constantemente en torno a esto. Debemos meternos en la cabeza que no solo somos la suma de todos nuestros logros en la vida. De hecho, pesa más la motivación y las ganas que hemos sacado cuando las cosas no iban tan bien como nos imaginamos.
3. No siempre tienes la razón y eso está bien
El falso Yo muchas veces lleva a la necesidad de tener siempre la razón ya que consideramos que todas nuestras acciones y conductas son lo correcto. Por tanto, te invitamos a dar el brazo a torcer en algunas situaciones para tomar en consideración otros puntos de vista y opiniones.
4. No necesitas ser el número uno siempre
Tal y como comentamos anteriormente, necesitamos darnos cuenta de los aspectos de nuestro Yo que necesitamos mejorar. Sentirse importante y el mejor en algunas ocasiones es necesario, pero debemos mantener los pies en la tierra y darnos cuenta que el objetivo no es ser el mejor, sino mejorar día a día para tratar de ser mejor persona tanto con uno mismo como con los demás.
Conclusión
En definitiva, el mejor camino para encontrar el verdadero Yo, dejando de lado el falso Yo es abrirse a los demás y dejar de centrarse de forma excesiva en uno mismo. Si te has sentido identificado con el artículo y te gustaría un acompañamiento en el largo viaje hacia el autoconocimiento y el verdadero Yo, te recomendamos acudir a un profesional de la psicología.