Buscar ayuda profesional para mejorar el propio estilo parental es siempre algo útil y necesario, incluso si se es buen padre. Sin embargo, a veces no es posible ser del todo consciente de qué cosas se están haciendo mal al criar a los hijos.
Una de las técnicas que ayudan ser consciente de errores a la hora de interactuar con los niños es la técnica de video-feedback, que consiste, básicamente, en grabar una situación cotidiana entre el adulto y el niño y analizar qué puede estar yendo mal.
Gracias al desarrollo de los dispositivos móviles y de cámaras de vídeo, esta técnica ha ido ganando cada vez más uso en el ámbito terapéutico. Si deseas saber más y, en especial, su utilidad con niños con problemas, sigue leyendo.
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¿Qué es la técnica de video-feedback?
La técnica de video-feedback es un tipo de intervención, usada tanto en el ámbito clínico como en el social de la psicología, que se utiliza para grabar las conductas de una persona, detectar aquellas que puedan ser un problema y hacerle ver, mediante el visionado del vídeo grabado, qué se debe cambiar.
Yendo al ámbito de la psicología infantil y, especialmente, en relación con los servicios sociales, la técnica de video-feedback tiene destacado uso a la hora de detectar situaciones en las que se esté llevando a cabo un estilo parental negligente. Así, mediante esta herramienta es posible captar situaciones que puedan suponer algún impedimento para el correcto desarrollo del niño o, incluso, supongan un riesgo para su propia vida.
El visionado del vídeo permite elaborar un espacio compartido entre el niño y sus cuidadores, fomentando la empatía y sensibilidad por ambas partes. Así pues, los padres, una vez son conscientes de cómo se siente el niño o cuáles eran los problemas que le impedían desarrollarse adecuadamente, son capaces de cambiar su estilo parental en pro de un mejor crecimiento de sus retoños. Todo esto se hace mientras el terapeuta enfatiza lo positivo de la relación adulto-niño.
¿Cómo se desarrolla la aplicación de esta técnica?
Hoy en día, grabar videos de calidad en terapia es algo bastante fácil para los profesionales, gracias al abaratamiento de cámaras de gran calidad. Además, los vídeos pueden ser fácilmente manejados, mostrando las secuencias en las que se hace la conducta problema. Cabe entender, sin embargo, que no es válida cualquier tipo de grabación. La grabación en sí debe estructurarse de forma apropiada, de acuerdo a cómo se espera que se vaya desarrollando la terapia y aquellas conductas que se consideren pertinentes a destacar.
Durante las primeras dos sesiones se pone en el punto de mira el comportamiento de los niños y, en las siguientes sesiones, se analiza la relación entre el cuidador y el infante. Gracias a que empieza por la conducta del niño y no por la del adulto, es posible establecer de forma más sólida una adecuada alianza entre el cuidador y el terapeuta. Esto se debe a que el padre o tutor legal no se siente atacado al comenzar la terapia, y por lo tanto no le da la sensación de que se le responsabilice a él únicamente de lo que le está pasando al niño.
Así pues, llegadas la tercera sesión y las que la siguen, la alianza entre el profesional y los padres es lo suficientemente cómoda y segura como para poder hacer que los padres se comporten con total naturalidad, mostrando sin maquillaje su propio estilo parental y permitiendo al terapeuta cambiar lo que sea necesario.
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Teorías que respaldan esta técnica
La aplicación de esta técnica se fundamenta en dos teorías que han sido fundamentales a la hora de explicar el desarrollo emocional de los niños, además de ayudar a entender mejor cómo los infantes van perfeccionando sus interacciones sociales. Así pues, se puede destacar como base las siguientes dos teorías psicológicas.
1. Teoría del apego
La técnica de video-feedback ha sido elaborada teniendo en cuenta la teoría del apego, desarrollada por John Bowlby y Mary Ainsworth.
Uno de los pilares de la teoría es el de que los infantes buscan la seguridad y el cuidado de los adultos, buscando a aquellos cuidadores quienes les ofrecen estos aspectos.
El comportamiento de estos niños dependerá de su relación con sus cuidadores. Lo ideal es que sus padres sean fuente de seguridad, cuidados y amor. De esta forma se establecerá una relación íntima y cálida, que supondrá un correcto desarrollo emocional para el bebé.
De acuerdo con esta misma teoría, para poder desarrollar un apego seguro, es necesario que los cuidadores del niño dispongan de la capacidad para percibir de forma adecuada y precisa las señales que emite el niño y saber cómo responder ante ellas.
El objetivo de la técnica de video-feedback es conseguir que el niño establezca un apego seguro con sus cuidadores, detectando en primera instancia posibles conductas negligentes que lleven a cabo sus padres o tutores legales.
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2. Teoría del aprendizaje social
La teoría del aprendizaje social, de Albert Bandura, también ha sido relacionada con este tipo de técnica. De acuerdo con la teoría, los individuos aprenden tras observar como los demás son recompensados al comportarse de una manera determinada.
Muchos padres, ya se apor ignorancia o por negligencia, no saben cómo hacer frente a las conductas negativas de sus hijos, y solo les aplican castigos para ver si las llegan a extinguir. Las intervenciones usando el video-feedback permiten mostrar a los padres qué aspectos de su estilo parental no funcionaban y, fomentando lo positivo, cambiar la conducta de sus hijos de la forma más apropiada.
También, mediante el visionado de ejemplos de lo que sí se debería hacer, los padres quienes acuden a terapia puede aprender mediante la observación cómo deben comportarse adecuadamente con sus retoños.
Aspectos clave a la hora de aplicar este tipo de técnica
La aplicación de intervenciones que hagan uso de técnicas de video-feedback no es algo tan sencillo como pudiera parecer. Para ello, es necesario que se tengan en cuenta una serie de aspectos clave para poder extraerle el máximo jugo a la técnica.
Uno de los factores principales a tener en cuenta es la relación entre los cuidadores y el terapeuta. Esto es crucial para poder asegurar la duración necesaria de la terapia, fomentando la implicación de los padres o tutores legales en cambiar su estilo parental y modificar conductas indeseadas en el niño. Es muy importante hacer ver a los cuidadores que el terapeuta busca lo mismo que ellos, el bienestar del niño y promover su adecuado desarrollo emocional.
Para ello, es necesario que el terapeuta muestre su apoyo a la familia, sin juzgarla en caso de que se haya cometido algún error antes de venir a la terapia. Los miembros de la familia deben sentirse escuchados, por eso es de gran ayuda dedicarles un poco de tiempo a cada uno de ellos para que hablen sobre posibles problemas que hayan padecido, los cuales podrían explicar ciertos fallos a la hora de criar a los niños.
La aplicación de esta técnica debe hacerse de forma amena y divertida, siempre y cuando no se esté ante un caso de verdadero maltrato infantil. Los padres no deben sentirse culpables y ver la terapia como una especie de castigo por no haber sabido brindar a sus hijos de un apego seguro.
Si bien la intención de este tipo de técnica es la de mejorar el aspecto conductual y hacer ver tanto a padres como a hijos qué es lo que no había estado funcionando hasta el momento, es muy importante destacar los puntos positivos, como por ejemplo que les hayan brindado de un techo en donde vivir, ropa, alimentación, regalos de Navidad...
Técnica de apoyo para niños adoptados
El desarrollo social y emocional de los niños adoptados está influido por las vivencias experimentadas antes de la adopción. Durante ese tiempo, pueden haber sufrido maltrato de todo tipo. Pero no únicamente el período anterior a la adopción puede haberles influido. También están las vivencias durante los primeros meses con sus nuevos padres que, dependiendo de cómo hayan sabido manejar estos nuevos cuidadores y la forma de comportarse del infante, pueden haber sido fuente de dificultades o no.
Es amplia la investigación en el campo de la psicología que sostiene que los niños adoptados pueden sufrir retrasos en el desarrollo, incluyendo aspectos de psicomotricidad, cognitivos, emocionales, de apego y dificultades en las relaciones sociales. Sin embargo, si son adoptados por familias que saben brindar de la apropiada estimulación, estos niños muestran un destacado desarrollo.
Pese a ello, es muy común entre niños adoptados el no desarrollar el apego seguro y, como consecuencia de ello, sufrir algunos problemas de conducta. Las intervenciones centradas en mejorar el estilo parental como es la técnica de video-feedback sirven de gran ayuda en las familias con niños adoptados, fomentando una mejorar del desarrollo emocional y social en este tipo de niños.