Cómo discutir de forma sana en Pareja

“Una pareja sana no debe discutir”. Si has escuchado alguna vez algo así, te han mentido. No hay ninguna pareja que se libre de tener diferencias y conflictos, lo importante es qué se hace con ellos: ¿evitarlos o confrontarlos? Eso ya queda de parte de cada quien.

Aunque la idea no consiste en validar la creencia de que “los que pelean se aman”, sí es cierto que las discusiones pueden ser una fuente de crecimiento para la pareja. Sin embargo, es importante aprender a hacerlo desde la empatía y el respeto por el otro. Hablemos sobre cómo discutir de forma sana en pareja.

Mitos y creencias sobre las discusiones en pareja

Desde hace muchísimo tiempo nos han hecho creer que discutir es sinónimo de problemas graves en la relación. Desde pequeños, hemos visto en películas y series cómo las peleas llevan al rompimiento y cómo las parejas "perfectas" parecen no tener desacuerdos. Pero, no, esto no es cierto.

También existe la idea de que si una pareja se ama de verdad no debería tener diferencias. Sin embargo, cada persona tiene su historia y su forma de ver la vida, por lo que es completamente normal que en algún momento haya desacuerdos. No se trata de evitarlos, sino de aprender a manejarlos de forma que sumen en lugar de restar.

Otra creencia errónea es que hay que ganar la discusión. Muchas personas se enfocan en demostrar que tienen razón en lugar de encontrar soluciones. Pero, en una pareja, ganar no sirve de nada si el otro se siente mal o si la relación se deteriora. Lo realmente importante es comprenderse y llegar a acuerdos.

Entonces, es importante tener en cuenta que, cuando se unen dos personas, es normal que se tengan que hacer esfuerzos para entender el mundo emocional del otro, por lo que las discusiones realmente abren un espacio para la comprensión mutua. No hablarlo, al contrario, puede traer problemas mucho más grandes.

¿Por qué son importantes las discusiones?

Lejos de ser un problema, las discusiones pueden fortalecer una relación si se manejan bien. Aquí algunos motivos por los que discutir, cuando se hace de manera sana, es beneficioso:

• Permite expresar emociones y necesidades: Si no se habla de lo que molesta, se acumula frustración y esto puede explotar en el peor momento. Discutir ayuda a liberar tensiones antes de que se conviertan en resentimiento.
• Ayuda a conocer mejor a la pareja: Cada discusión es una oportunidad para entender mejor cómo piensa, qué le preocupa y qué espera del otro.
• Refuerza la confianza: Saber que se puede hablar sin miedo a ser juzgados o atacados genera seguridad en la relación.
• Evita problemas mayores: Pequeñas diferencias no resueltas pueden convertirse en conflictos más grandes con el tiempo. Hablar de ellas a tiempo previene crisis innecesarias.
• Fomenta la solución de problemas: Cuando se aprende a discutir bien, se desarrollan habilidades para resolver desacuerdos de manera efectiva.

7 claves para discutir sanamente con tu pareja

Saber discutir no es algo que nos enseñen, pero claro que se puede aprender. Aquí tienes herramientas prácticas para que una discusión no termine en una pelea destructiva:

1. Identifica el problema real

Antes de empezar a discutir, pregúntate de qué se trata realmente este problema. Muchas veces una discusión comienza por algo pequeño, pero en el fondo hay emociones más profundas, por lo que es mejor abordar la causa real y no quedarse en la superficie.

2. Evita sacar temas del pasado

Nada destruye más una discusión que traer errores o problemas antiguos. Si el tema se resolvió en su momento, no tiene sentido volver a mencionarlo una y otra vez. Y si no se resolvió, es mejor tratarlo en otra conversación, para así evitar mezclarlo con el tema actual.

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3. Escucha con atención

A veces estamos tan enfocados en lo que queremos responder que dejamos de escuchar al otro; entonces, es una buena idea que prestes atención a lo que tu pareja dice, sin interrumpir ni pensar en cómo refutar. Una buena técnica es repetir con tus palabras lo que entendiste, para asegurarte de que lo interpretaste bien.

4. Habla con claridad y sin ataques

Una cosa es decirle a tu pareja que has sentido que necesitas tener mayor conexión con él o ella y que sientes que no se comunican tanto como antes a decir algo como “tú nunca me prestas atención". Expresar lo que sientes sin acusar al otro genera una conversación más abierta y menos defensiva, así que en este sentido es clave evitar generalizaciones como "siempre" o "nunca", porque suelen exagerar la situación.

5. Controla las emociones

Es normal sentir rabia o frustración, pero si la conversación se vuelve demasiado tensa, es mejor hacer una pausa. No se trata de evadir el problema, sino de retomarlo cuando ambos estén más tranquilos. Una buena estrategia es acordar un tiempo para hablar más tarde.

6. Sé empático/a

Antes de responder, intenta ponerte en el lugar de tu pareja. Por ejemplo, pregúntate por qué siente lo que siente y qué puedes hacer para que se sienta mejor. Esto no significa que debas ceder en todo, sino que puedas comprender su punto de vista.

7. Encuentra soluciones en equipo

El objetivo de una discusión no es determinar quién tiene razón, sino encontrar una solución que funcione para ambos. Entonces, en lugar de culparse mutuamente, pregúntense cómo pueden llegar a un punto medio. Llegar a acuerdos es más importante que ganar la discusión.