El tabaco es la adicción más popular del mundo, superando con creces a todas las demás drogas juntas. Claro, cuando algo es legal, baja muchísimo la percepción de peligrosidad entre los consumidores.
Más allá de esto, existen algunas verdades incómodas sobre el consumo de tabaco, como por ejemplo:
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El tabaco llega a matar a aproximadamente la mitad de las personas que lo consumen.
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Anualmente, más de 8 millones de personas mueren debido al consumo de tabaco. De estas, algo más de 7 millones de las muertes tienen como causa el consumo directo, y más o menos 1,2 millones son muertes indirectas consecuencia de la exposición involuntaria al humo que emiten los cigarros.
Estos son datos de la Organización Mundial de la Salud. Además de estas verdades, hay una serie de mentiras que los que se lucran del tabaco utilizan para mantener a la gente enganchada y seguir ganando dinero a su costa. En este artículo te comento algunas de las creencias erróneas sobre el tabaco más populares.
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Las 4 mentiras del tabaco que te mantienen en la adicción
Si fumas, probablemente creas estos mitos sobre la adicción al tabaco.
1. Te gusta fumar
Esta es sin duda la mentira más extendida de todas. Millones de personas a lo largo y ancho del mundo creen a ciencia cierta que disfrutan con la acción de fumar. Sin embargo, si alguien les pregunta si le comprarían a sus hijos su primer paquete de tabaco, todos contestan que no.
La industria del cine de Hollywood también ha promovido y perpetuado la creencia de que fumar se disfruta. Mientras lees esto, seguro que te vienen a la cabeza multitud de personajes míticos que utilizaban el tabaco durante sus aventuras, asociando al tabaco ideas como el éxito, la fuerza, la sensualidad…
Sin embargo, si apartamos toda esa decoración y publicidad engañosa, nos encontramos con que el cigarrillo en sí no aporta absolutamente nada a la persona que lo usa (excepto vaciarle el bolsillo y llenar sus pulmones de veneno). Es un proceso adictivo disfrazado de placer.
2. Te relaja
Los cigarrillos están llenos de multitud de sustancias estimulantes que favorecen la adicción. Desde el punto de vista químico, el fumar tabaco solamente estresa más.
Es cierto que muchas personas experimentan una sensación subjetiva de relajación. Pero esto no ocurre porque el tabaco les relaje, sino porque se calma el síndrome de abstinencia de la nicotina.
La nicotina es la sustancia adictiva que mantiene a las personas fumando sin parar. A los 30 minutos de encender el cigarro y administrarnos la dosis de droga, los niveles de nicotina en sangre empiezan a disminuir, porque el cuerpo empieza a eliminar esta sustancia del organismo.
Nuestro cerebro, al detectar que los niveles de nicotina en sangre disminuyen, activa el síndrome de abstinencia o “mono”. Son unas sensaciones corporales desagradables (parecidas al hambre) para motivar a la persona a buscar más nicotina que administrarse (de la misma manera que el cerebro nos mueve a buscar más comida cuando detecta bajos niveles de glucosa en sangre).
Al administrarnos nicotina, no sentimos relajación del estrés diario o de un mal día en el trabajo. Solo sentimos el alivio del síndrome de abstinencia o mono que nos ha producido el cigarrillo anterior. Y con cada cigarrillo, empieza de nuevo el proceso. Esto se explica por la adicción que provoca la nicotina.
Por eso la mayoría de fumadores no pueden aguantar mucho más de una o dos horas sin administrarse su droga. Buscan el alivio del malestar físico que ellos mismos se provocan contínuamente.
3. Vas a engordar si lo dejas
El dejar de fumar no hace ningún daño a tu metabolismo. Al contrario, lo sana. La razón por la que algunas personas engordan al dejar de fumar es simple: sienten el malestar del síndrome de abstinencia los primeros días, esto les hace sentir estresados, y comen más comida (o con más grasa) para calmar esa sensación subjetiva de estrés.
Las personas engordan porque utilizan la comida para calmar el estrés: no es el dejar de fumar lo que les hace ganar kilos.
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4. Puedo dejar de fumar cuando quiera
Si esto fuese cierto, los fumadores no existirían ya.
Los fumadores utilizan esta excusa para mantener una sensación y una imagen de control. La realidad es que no se sienten con recursos como para conseguir dejar de fumar, y suelen sentir miedo y vergüenza ante la posibilidad de intentar dejar de fumar y fracasar.
Por eso prefieren decir que en realidad no desean dejar de fumar. La triste realidad es que se suelen sentir indefensos.
Dejar de fumar es simple, si sabes cómo
La fuerza de voluntad no es suficiente, de lo contrario ya no quedarían fumadores en el mundo. Lo mejor que puedes hacer es contactar con un profesional para que te guíe en el proceso y te ayude a dar los pasos más adecuados en tu caso.
Soy psicólogo especialista en adicciones, y trabajo todos los días con personas que quieren volver a sentirse libres de la adicción al tabaco. También ofrezco un curso online para dejar de fumar, al que solo tienen acceso mis suscriptores. Para saber más de mis servicios, visita mi página web luismiguelreal.es