El alcohol, el tabaco, el cannabis y otras drogas son malas para la salud, de eso no cabe duda a estas alturas de la historia. Sus efectos sobre el organismo están de sobra documentados y lo mejor que podemos hacer no es tomarlas con moderación, sino directamente evitar su consumo por completo.
Lamentablemente, hay personas que han caído en una adicción a estas sustancias y luchan por liberarse de su dependencia física. Romper por completo con la droga no es fácil, y da miedo pues la interrupción brusca provoca en muchas ocasiones el desagradable síndrome de abstinencia.
Hay síntomas asociados a la abstinencia más o menos intensos en función de la droga, pero algunos son tan sumamente graves que es inevitable preguntarse si se puede morir por síndrome de abstinencia. A continuación vamos a dar respuesta a esta incógnita.
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¿Es mortal el síndrome de abstinencia al dejar de tomar drogas?
En el cerebro, encontramos una zona a la que los científicos han llamado el sistema de la recompensa o gratificación. Éste se trata de un conjunto de estructuras que se ven activadas cuando llevamos a cabo ciertas actividades que contribuyen a nuestra supervivencia y reproducción, como comer, beber o tener relaciones sexuales. Sentimos placer cuando las hacemos, lo que nos predispone a repetirlas.
Casualmente, hay sustancias nocivas para nuestro organismo que también actúan sobre esas áreas: las drogas. Estas sustancias también activan el sistema de la recompensa, lo cual hace que las personas que las consumen se vuelvan adictas con el paso del tiempo al verse modificada su química cerebral. A más consumo, más dependencia desarrollan las neuronas que conforman este sistema, lo que se conoce como adicción.
Si por la razón que sea la persona adicta deja de tomar la droga de forma repentina, su organismo, que es dependeinte física y psicológicamente, empezará a manifestar malestar general, más o menos intenso en función del tipo de droga, la cantidad diaria consumida y el grado de dependencia desarrollada. Este malestar por dejar de consumir la droga de golpe es lo que se conocer como síndrome de abstinencia.
El síndrome de abstinencia es distinto en función de la droga, y los problemas asociados son unos u otros en función de a qué droga se haya sido adicto y en qué medida. En algunos casos, este síndrome es molesto, pero no supone un verdadero riesgo para la salud y simplemente es el inicio de la desintoxicación del paciente a la sustancia.
No obstante, en otros casos los síntomas asociados al síndrome de abstinencia pueden llegar a ser tan graves que no es de extrañar que uno se pregunte si ésta abstinencia puede ser mortal.
Ya adelantamos que sí se puede morir por síndrome de abstinencia, tanto asociado directamente al síndrome como por consecuencia de síntomas psicológicos del mismo. Para entenderlo mejor, vamos a hablar de las particularidades de los síndromes de abstinencia de unas cuantas drogas, destacando si son o no potencialmente mortales.
1. Alcohol
El síndrome de abstinencia al alcohol depende del tipo de bebedor. En bebedores moderados, el síndrome empieza a darse entre las primeras 12 y 24 horas después de haber dejado de beber. Los síntomas que sufren estos pacientes son debilidad generalizada, temblores, escalofríos, dolor de cabeza, deshidratación y náuseas. Si se es una persona alcohólica pero que consume unas cantidades moderadas de la sustancia, con no más de tres unidades de alcohol diarias, dejar de tomar esta droga muy difícilmente podría suponer un riesgo mortal para la salud del adicto.
En bebedores intensos, es decir, que tienen un consumo de alcohol crónico y lo toman en grandes cantidades, se dan los mismos síntomas de abstinencia que en moderados, pasando el mismo tiempo. Los síntomas en su caso son más intensos. No obstante, lo que los diferencia de los moderados y que, de hecho, es lo que hace que el síndrome de abstinencia al alcohol sea potencialmente mortal es que pasados de 2 a 10 días aparece el peligroso delirium tremens.
El delirium tremens es el nombre del cuadro confusional agudo producido por la privación alcohólica. Este, como comentábamos, es causado por la interrupción de su ingesta de alcohol en bebedores intensos y crónicos, personas que han desarrollado una gran dependencia física a esta sustancia.
Entre los síntomas del delirium tremens encontramos la casi total desintegración de la conciencia, con alucinaciones visuales, delirios, labilidad emocional y estupor. No faltan los temblores, convulsiones y agitación psicomotriz. La desorientación, las pesadillas, la sudoración excesiva y la profunda depresión también son síntomas comunes en estos pacientes.
A pesar de su corta duración, el delirium tremens es sumamente peligroso: el 20% de los casos resultan mortales si no se recibe la adecuada atención médica, apareciendo fiebre, taquicardias y convulsiones.
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2. Nicotina
El síndrome de abstinencia del tabaco no es mortal. Su intensidad dependerá de cuánto tiempo se lleve fumando y la cantidad de cigarrillos que la persona suela fumar cada día. Los síntomas más comunes de la abstinencia a la nicotina son dolor de cabeza, irritabilidad, somnolencia o insomnio, aumento del apetito y del peso y, como no, unas irrefrenables ganas de volver a fumar.
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3. Cannabis
La marihuana es una de las drogas ilícitas más consumidas del mundo, puede que la que más. Muy popular entre adolescentes y gente joven, sus efectos incluyen la alteración de la percepción sensorial y del tiempo, cambios en el estado de ánimo, problemas de memoria y, si se consume en grandes dosis, delirios, alucinaciones y psicosis.
Al igual que con el tabaco, su síndrome de abstinencia no es mortal. Interrumpir su consumo puede producir síntomas tales como ansiedad, irritabilidad, somnolencia, pérdida del apetito y grandes ganas de volver a consumir.
4. Narcóticos
Entre los narcóticos encontramos la heroína, la codeína, la oxicodona, el opio y la morfina. Son sustancias que actúan deprimiendo al sistema nervioso central, como también lo hace el alcohol. A pequeñas dosis producen euforia mientras que a grandes generan aturdimiento y letargo.
Entre los primeros síntomas de la abstinencia a narcóticos están la respiración agitada, lagrimeo, flujo nasal y sudoración. Más tarde, aparece la hiperactividad e hipervigilancia, aceleración del ritmo cardíaco, fiebre y piel de gallina. También se pueden dilatar las pupilas, escalofríos, dolor muscular, dolor abdominal, temblores y diarrea.
5. Ansiolíticos
En el grupo de los ansiolíticos encontraríamos los barbitúricos y las benzodiacepinas. Son medicamentos prescritos para controlar la ansiedad o poder dormir, pero si se toman a dosis altas y de forma descontrolada pueden generar adicción.
La abstinencia a los barbitúricos y a las benzodiacepinas es grave y potencialmente mortal, generando un síndrome similar al delirium tremens propio del alcohol. Entre los principales síntomas del síndrome de abstinencia a los barbitúricos encontramos la depresión, debilidad generalizada, temblores, delirios, alucinaciones, insomnio y deshidratación.
6. Anfetaminas
Las anfetaminas son fármacos que, bajo control médico, son usados para adelgazar, estar despierto durante más horas y, también, para el tratamiento del TDAH. Son fármacos que ayudan a personas que tienen problemas de concentración y atención, siéndoles útiles para estudiar y estudiar.
En este grupo encontramos sustancias ilícitas como la metanfetamina, el MDMA y el éxtasis. Si se es adicto a ellas, al interrumpir su consumo se presenta un síndrome de abstinencia caracterizado por el cansancio y somnolencia extremos, aunque también hay casos de personas que se vuelven extremadamente ansiosas.
Si tenían depresión antes de tomarlas, volverse adictos y dejar de consumirlas hace que la depresión vuelva con más fuerza. Este dato es importante porque, si bien el síndrome de abstinencia a las anfetaminas no es en sí mismo mortal, si que lo son las conductas suicidas que aparecen tras abandonar su consumo y presentar síntomas depresivos.
7. Cocaína
La cocaína es una droga estimulante del sistema nervioso. Es una droga sumamente adictiva, generándose una rápida tolerancia que facilita el enganche y la necesidad de tener que aumentar la dosis. Su síndrome de abstinencia es potencialmente mortal porque, además del cansancio extremo y las alucinaciones que aparecen tras interrumpir su toma, el adicto puede sentir una profunda depresión con ideación suicida que le puede motivar a acabar con su vida.