Muchas personas asumen que la timidez y el miedo al "lo que piensen de uno mismo" son cualidades esencialmente juveniles o incluso infantiles, ya que los adultos ya han ganado la confianza en sí mismos necesaria para navegar a través del mundo social sin tantos complejos. Y en parte, es cierto que con la edad las personas suelen ganar en ese tipo de independencia. Sin embargo, siempre hay casos excepcionales, e incluso situaciones en las que en un principio podría parecer timidez deja de serlo y se convierte en una verdadera psicopatología. Estamos hablando de la fobia social, un trastorno de ansiedad que puede afectar a personas de absolutamente todas las edades. Aquí hablaremos de ello con una experta en la materia: Elizabeth Diaz.
Entrevista a Elizabeth Diaz Alarcón: la fobia social en los adultos
Elizabeth Diaz Alarcón es psicóloga experta en Terapia Cognitivo-Conductual para adultos, y dirige el Centro De Bienestar Emocional Esencia, ubicado en Lima. En esta ocasión nos habla sobre las características de la fobia social en los adultos y las maneras en las que puede ser abordada en psicoterapia.

Centro De Bienestar Emocional Esencia
Centro De Bienestar Emocional Esencia
Maestría en Psicología Clínica
¿Qué es la fobia social, y qué la distingue de otros tipos de fobias?
Primero una breve definición de Fobia. Es un miedo sobre dimensionado frente a un objeto. Este miedo suele resultar muy limitante y causar una experiencia de terror que viene acompañada - muchas veces - de sensaciones corporales intensas y cambios en los procesos cognitivos, que pueden ser similares, cuando esta es muy elevada, a las que se producen durante un ataque de pánico.
Además, este “miedo” suele ser persistente y causar malestar hasta el punto de interferir con la vida cotidiana de la persona, ya que estaría alerta e (hiper)enfocada en evitar ese estimulo temido mientras descuida otras áreas. El problema es que esta evitación alivia temporalmente esta experiencia de intensa ansiedad, pero termina reforzando la conducta de evitación.
Finalmente, podría entenderse el cómo, una persona, ante la potencial presencia de un estímulo fóbico, trataría de “acomodar” su vida a estrategias que intenten anticipar cualquier contacto con dicho objeto, con la finalidad de eliminar, evitar o controlar los eventos internos que le produce este contacto, sea directo o potencial.
Ahora en el contexto de la Fobia Social. Podría tratarse de una persona que tenga un miedo muy grande a interactuar o incluso a anticipar el contacto con otras personas. Es posible que presente cambios simultáneos en la forma de procesar el momento, interpretándolo como “peligroso” y sintiéndose “vulnerable” para manejar la situación; así como de sensaciones en el cuerpo que producen notoria incomodad, al punto de ser muy distractores.
Uno de los elementos cognitivos más típicos es la tendencia a anticipar la evaluación negativa de los demás y resultar humillado, devaluado o rechazado, pero también con el miedo a un mal desempeño de uno mismo al momento de interactuar dentro de los diferentes contextos sociales que se presenten.
Así mismo se producen evaluaciones de uno mismo respecto de su imagen, soy torpe para hablar con los demás, yo no tengo nada interesante que decir, seguro los demás se dan cuenta que hablo como sonso, notarán mi tartamudez, se van a aburrir y no querrán hablar conmigo; lo que no solo distrae sino que también dificulta el poder conectar y estar atento a una conversación.
En cuanto a las respuestas fisiológicas, resultan frecuentes, la taquicardia, la sudoración, los temblores, las sensaciones de necesidad de evacuar, la ruborización y más, que incrementan la sensación de ser observado y que otros noten esos cambios en uno.
Esta ansiedad extrema y desproporcionada, fobia social, hace que toda esta manifestación fisiológica y cognitiva que se presentan en simultaneo, terminen produciendo una experiencia muy vivida que causa malestar y genere que la persona entre en un modo de actuar de huida, y que evite contacto real o anticipatorio, ante un contexto social que crea que no podrá manejar.
Este modo de evitar, huida, escape; aunque le funciona en el corto plazo para no “quedar en ridículo” o “ser juzgado o devaluado”, etc. Y así reducir su hiperactivación mental y física, aunque le regula emocionalmente y le hace sentirse mejor; termina siendo una trampa de corto plazo que da como resultado que la vida de quien padezca de fobia social, se vuelva muy limitada debido al daño y descuido en otras áreas de su vida, que estén relacionadas con su modo de escape.
Otro daño que se causa en el mediano y largo plazo es que, al insistir con la evitación, se crea un patrón rígido y automático donde la persona no ve otras alternativas de actuar, quitando oportunidad a otras experiencias más gratificantes o incluso de aprendizaje para manejar contextos sociales; o para verse a si mismo diferente, en cuanto a sus habilidades para manejar entornos sociales.
¿Es fácil confundir la fobia social con la simple timidez?
Aunque en el sentido coloquial puede ser confuso, la primera diferencia es que fobia social es un diagnóstico que incluye algo más que el miedo a hablar en público o relacionarse con desconocidos.
Normalmente, una persona tímida, aunque intente no ser el centro de atención, maneja habilidades para relacionarse y no esta evitando todos o gran parte de los contextos sociales a los que tiene que enfrentarse.
Por otro lado, una persona tímida no experimenta todos los cambios, en un nivel extremo, que una persona con fobia social.
¿Resulta común que alguien que nunca ha tenido problemas para relacionarse con los demás desarrolle fobia social siendo ya un adulto?
Es posible, quizá una persona puede haber tenido una predisposición a la ansiedad y luego puede haberle ocurrido un desencadenante importante que le genere una fobia social. Por ejemplo, una persona que por naturaleza es tímida, retraída o sensible que luego experimente por ejemplo, alguna situación social donde existan exigencias sociales altas, como un nuevo trabajo o que tenga que ejercer un rol demandante socialmente que rebase la confianza que tenga en si mismo para adecuarse a esas exigencias.
¿Cuáles son los síntomas más comunes que presentan los adultos con fobia social?
Además de la experiencia emocional de estar alerta y con ansiedad, los síntomas pueden separarse en cuatro tipos:
- Cognitivos: Sobredimensionar el problema respecto de cuánto lo van a evaluar o juzgar, predecir que va a fallar o no saber como continuar una conversación, subestimar sus capacidades para relacionarse con los demás, anticipar rechazo, etc.
- Cambios Físicos: Tensión, incremento ritmo cardiaco, ganas de evacuar, temblores en el cuerpo, tartamudeo, dificultad para prestar atención al momento presente, etc.
- Conductas: Conductas de evitación en primer lugar de las oportunidades de relacionarse con otros, con la finalidad de extinguir, controlar o reducir la incomodidad que supone relacionarse con otras personas; pero generalizadas, repetitivas y persistentes.
- Consecuencias: Diferentes áreas de la vida, relacionadas con el relacionarse con los demás están resultando afectadas y en consecuencia generando limitaciones importantes en la vida de la persona.
¿Es frecuente que una persona llegue a la adultez sin haber sido diagnosticada previamente, aunque haya desarrollado esta fobia en la infancia o adolescencia?
Es posible; no todas las personas asisten a terapia, muchas creen que pueden arreglar sus temores a relacionarse con los demás sin intervención terapéutica, otros no asisten por que han priorizado otras alternativas para resolver su ansiedad social, incluso otros quizá no de han dado cuenta que lo que tienen es ya una fobia social y piensan que es solo timidez.
¿En tu experiencia trabajando como psicóloga, las personas adultas con fobia social están predispuestas a iniciar un proceso de psicoterapia para solucionar su problema? ¿O este miedo hace que muchas de estas personas ni se planteen buscar ayuda profesional?
Resulta común que sí vengan a terapia, normalmente entienden que la terapia, con un psicoterapeuta, es un entorno seguro y diferente de uno contexto social posiblemente impredecible y abierto a muchas posibilidades.
Eso no quiere decir que vengan calmados, hay ocasiones que, para llegar al consultorio, tienen que interactuar socialmente con otras personas con las cuales les de algún grado de ansiedad, y experimentar alguna dosis de fobia social antes de llegar a consulta.
¿Cuáles suelen ser las causas o factores que influyen en el desarrollo de la fobia social en esta etapa de la vida?
Las causas pueden ser variadas, puede haber una vulnerabilidad o predisposición a la ansiedad, pero también, puede que ocurra un detonante que la gatille. Es posible que incluso la respuesta que uno tiene frente a ese evento desencadenante, se generalice y caiga en la trampa de repetir patrones de huida de contextos sociales, que hagan que uno pueda perder seguridad y confianza en si mismo para relacionarse con otra personas.
¿Qué impacto puede tener la fobia social en la vida personal y profesional de una persona que ya tiene todas las responsabilidades profesionales y familiares típicas de un adulto?
Si la fobia social lleva mucho tiempo y no es solo un brote temporal, puede empezar a diseminarse el problema en otras áreas de la persona que implique tener que relacionarse con los demás, por ejemplo en el trabajo, hay momentos que uno tiene que dar su opinión, sugerencia o perspectiva de algo y el no decirla por el temor a ser juzgado, aunque de tranquilidad en el corto plazo, a la largo eso le va a generar muchos problemas, como para ascender en el trabajo o ser considerado para un aumento salarial o poner algunos limites; peor aun si la estrategia de reducir al máximo el contacto social, se lleva a cada vez más áreas, puede llevar al aislamiento y generar depresión.
¿Qué estrategias o ejercicios puede empezar a poner en práctica una persona que sospecha que tiene fobia social?
Aunque en terapia se pueden desarrollar más y mejor:
- Acepta el malestar: No hacer nada con el malestar, dejarlo allí y no intentar reducirlo, el lugar de eso, prestar atención a la interacción con la persona que se tiene delante, muchas veces la falta de habilidades en una conversación, es debido que uno a veces no esta muy atento a lo que se esta hablando en ese momento.
- Se amable contigo mismo: No intentes ser perfecto ni tampoco sobresalir como un gran conversador, reduce esas expectativas y no te autoexijas tanto.
- Identifica con quienes te sientes más cómodo: por lo general hay una o dos personas que pueden trasmitir un poco más de seguridad, inicia contacto breve, saluda y haz un comentario breve sobre algo común.
- Exponte gradualmente: Según veas que tan receptor es el grupo donde estés, puedes dar un paso más, anda de a pocos, de manera que lo percibas como algo natural que se va dando.
- Practica conversaciones: Busca pequeñas oportunidades, aunque sean breves, para interactuar.
- Experimenta: pon a prueba tus creencias o ideas que tienes sobre ti y los demás, para esto tendrás que iniciar conversaciones o interacciones, hazlo de menos a más según el nivel de ansiedad que te genere.
- Incluye descansos: Si has notado que luego de interactuar, te cansas, has una pausa y aprovéchala en realizar algunos ejercicios de respiración y relajación.
¿Qué mensaje le darías a un adulto que vive con fobia social pero no se ha atrevido a buscar ayuda todavía?
Les diría que eso que experimentan, que puede ser muy limitante y frustrante, tiene también un tratamiento que permitirá mejorar la calidad de vida. Que por lo general, se puede hacer algo para que la Fobia Social no genere mayores problemas otras áreas de la vida de uno. Finalmente, les preguntaría ¿Cómo imaginas un día en tu vida, donde la fobia social, pierde poder sobre ti? ¿Qué estarías haciendo?


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