¿Dónde está el límite que separa los problemas psicológicos de los problemas debidos a un mal funcionamiento del cerebro? Establecer esto no es fácil, y de hecho, incluso puede entenderse como una dicotomía falaz: los problemas psicológicos están ligados a los cambios en el cerebro (aunque solo sea por el simple hecho de que nos hemos acostumbrado a comportarnos de determinada manera) y viceversa.
Es por eso que en la actualidad hay algunas formas de tratamiento psicológico que ponen énfasis en la necesidad de generar cambios a nivel cerebral. La terapia EMDR, desarrollada a finales del siglo XX como una herramienta con la que dar tratamiento a personas con traumas, es un ejemplo de esto. Para comprender cómo funciona, en esta entrevista hablamos con la psicóloga Marisa Parcerisa, del centro Psicotools.
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Entrevista a Marisa Parcerisa: así es la terapia con EMDR
Marisa Parcerisa es psicóloga experta en terapia con EMDR y Directora del centro de psicología Psicotools, situado en Barcelona. En esta entrevista nos habla acerca de las características de la terapia EMDR, diseñada originalmente para intervenir en pacientes con traumas psicológicos, si bien hoy en día se utiliza ante una mayor diversidad de psicopatologías.
¿Cómo te planteaste trabajar con terapia EMDR?
La terapia con EMDR me resultó fascinante y enormemente operativa desde el momento en que la descubrí, para tratar cualquier trastorno psicológico que tiene su origen en el trauma. Las experiencias traumáticas pueden llegar a adoptar muchas formas y niveles de intensidad en función de las personas y con independencia de la edad de quienes las sufran.
Además, como generan alteraciones basadas en las emociones y los recuerdos, es muy complicado darles solución solamente a través del razonamiento o de las conversaciones con quienes nos quieren ayudar: esas sensaciones van más allá de las palabras.
Aquí es donde la terapia con EMDR muestra todo su potencial y efectividad, pudiendo conseguir la resolución o reprocesamiento de los traumas sin depender únicamente del diálogo con el paciente, sino que se sirve de situaciones para alterar físicamente el modo en el que los pacientes rememoran esas imágenes traumáticas.
¿En qué consiste la terapia con EMDR?
La terapia con EMDR se fundamenta en las investigaciones de la psicóloga forense Francine Shapiro en el Instituto de Investigación Mental en Palo Alto, y se apoya en la estimulación voluntaria ocular y en general en la estimulación bilateral (generación de estímulos que afectan a los dos hemisferios del cerebro de manera diferenciada). Todo esto sin cirugía ni procedimientos invasivos.
La terapia con EMDR parte de que los traumas son recuerdos almacenados en el encéfalo de manera disfuncional. Esta disfuncionalidad hace que surjan ideas recurrentes, fogonazos de imágenes desagradables que irrumpen en la consciencia súbitamente y de manera involuntaria, y que producen mucho malestar o incluso crisis de ansiedad.
Normalmente, estas imágenes tienen contenidos desagradables o aversivos o bien hacen referencia a un suceso que en el pasado nos dañó considerablemente y que, al captar nuestro foco atencional en el presente, nos hace experimentar de nuevo parte de esas sensaciones dolorosas.
Por tanto, los traumas son marcas emocionales que los sucesos traumáticos dejan impresos físicamente en nuestro cerebro, de manera que muchas de las cosas que vayamos a experimentar de ahí en adelante harán que se activen tanto las imágenes que constituyen el contenido de ese recuerdo (por ejemplo, salir a hablar frente a la clase) como las emociones vinculadas a ese recuerdo (por ejemplo, la vergüenza, angustia y sentimiento de culpa que vivimos cuando varias personas del público empezaron a insultarnos).
La terapia con EMDR ayuda a disolver ese vínculo disfuncional entre las células nerviosas cuya manera de conectarse entre ellas mantiene viva esa “marca emocional traumática” en nuestro cerebro. De ese modo, mediante la terapia con EMDR se rompe el círculo vicioso por el cual el cerebro se bloquea cada vez que intenta procesar recuerdos o conocimientos relacionados directa o indirectamente con esos recuerdos dolorosos.
¿Para qué tipos de trastorno o sintomatología está indicado el EMDR?
El abordaje psicoterapéutico con EMDR es muy versátil, puesto que permite tratar a los pacientes con depresión, trastorno obsesivo compulsivo, fobias, ansiedad, ataques de pánico, trastorno límite de personalidad, trastorno bipolar, adicciones, trastornos de la conducta alimentaria, etc. También está indicado para el tratamiento de las dificultades emocionales debidas a experiencias difíciles tales como incidentes traumáticos en la infancia o accidentes y desastres naturales.
Asimismo, hay pacientes que trabajan aspectos más relacionados con su actividad personal, para mejorar su rendimiento laboral, profesional o deportivo, superar el miedo a hablar o a realizar una interpretación artística en público.
Por último, es importante resaltar que la terapia con EMDR puede ser aplicada tanto con adultos como con niños, con protocolos especializados para estos últimos y con unos resultados también muy satisfactorios.
La capacidad de adaptarse a muchos tipos de pacientes, su orientación práctica y su manera de intervenir directamente en la huella emocional del trauma la convierten en una opción muy valiosa para dar tratamiento. En PSICOTOOLS, es la técnica terapéutica por excelencia, aunque no es exclusiva, pues a menudo la integramos y complementamos con otras técnicas como el Mindfulness, en función de las necesidades de cada paciente, para potenciar su proceso terapéutico.
¿Cuáles son los beneficios del EMDR en terapia?
En primer lugar, que puede ser aplicado en casi todas las edades. El hecho de que la terapia con EMDR se base en crear situaciones y en realizar movimientos, y no tanto en la introspección y la reflexión, hace que se pueda usar tanto en adultos como en niños, con protocolos especializados para estos últimos y con unos resultados igualmente satisfactorios.
En segundo lugar, va a la raíz del problema. El objetivo de la terapia con EMDR está en fenómenos de tipo neurológicos. Si bien las experiencias traumáticas no generan lesiones visibles en el cerebro, sí afectan a su microestructura, al modo en el que las neuronas se conectan entre sí y ajustan su funcionamiento para representar ese recuerdo en el futuro. Es en este hecho en el que EMDR pone su diana para mejorar la calidad de vida de los pacientes: en influir directamente en las partes del encéfalo asociadas al recuerdo traumático. Por ello, los pacientes no tienen que esforzarse en asimilar esas experiencias desde la aplicación consciente de nuevas maneras de interpretar esos recuerdos desde la racionalidad.
Por otro lado, une dos ámbitos científicos. La terapia con EMDR une el mundo de las neurociencias con el ámbito de la psicología, ya que tiene muchas características en común con la desensibilización sistemática, un recurso creado por psicólogos y basado en la modificación de la conducta. De este modo, tiene dos canales diferentes desde los cuales pueden llegar mejoras y nuevas aplicaciones gracias a las investigaciones que tienen lugar en cada uno de estos campos científicos.
Otra de las ventajas es que la terapia con EMDR no pretende simplemente manipular el pasado, sino que se centra en la manera de experimentar en el presente lo que ocurrió en el pasado, asumiendo que todos los recuerdos cambian con el paso del tiempo, lo queramos o no.
Por ello, su objetivo no es “llegar a la verdad absoluta de lo que pasó”, lo cual sería algo imposible y eclipsaría el verdadero propósito de la terapia, sino permitir que la persona pueda integrar esos recuerdos en su vida sin que eso dañe su bienestar psicológico.
Además, cuenta con el aval de la OMS. Desde 2013, la Organización Mundial de la Salud y las Guías Clínicas Internacionales han avalado la terapia EMDR para un tratamiento eficaz y adecuado del trauma y de una serie de patologías clínicas.
Hay que tener en cuenta que los terapeutas EMDR debemos seguir un largo proceso de formación, de acuerdo con los estándares homologados por el EMDR Institute de Estados Unidos, creado por Francine Shapiro, con una rigurosa metodología que se va revisando en función de los diferentes estudios de investigación que se van realizando.
Además, el éxito del EMDR viene avalado por un gran número de estudios científicos, que han permitido comprobar su eficacia en el abordaje y por organizaciones sanitarias del máximo nivel como por ejemplo la APA (Asociación Americana de Psicología), los departamentos de Salud de Reino Unido, Irlanda del Norte, Holanda y Francia, el NICE (Instituto Nacional para la Excelencia Clínica) del Reino Unido o el SAMHSA (organización sobre el uso de sustancias y salud mental del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos).
Precisamente por su destacada eficacia y la evidencia científica, han surgido algunas imitaciones de la terapia EMDR que utilizan algunos elementos de la técnica, si bien no cumplen con las exigencias de rigor y de calidad del método, por lo que conviene informarse adecuadamente antes de iniciar un tratamiento con esta terapia y buscar profesionales con la debida formación reglada.