El mindfulness ha cobrado un gran reconocimiento en los últimos años. De hecho, es cada vez más frecuente relacionarlo con el ámbito de la salud, tanto física como emocional y mental. Y no se habla solo de sus maravillas para los pacientes, sino que cada vez es más la importancia que también cobra su aplicación para los profesionales de la salud.
Actualmente es mucha la evidencia que demuestra los múltiples beneficios del mindfulness, especialmente cuando es aplicado en el ámbito de la salud. A lo largo de este artículo nos centraremos en el impacto que puede generar el mindfulness en el personal sanitario, tanto en su atención a pacientes como en su propia calidad de vida y rendimiento profesional. Así, hablaremos sobre qué es el mindfulness y los diversos aspectos que pueden aportar a estos profesionales.
¿Qué es el mindfulness?
Pese a que el término mindfulness ha cobrado una gran popularidad en los últimos tiempos, esta es una práctica milenaria que tiene sus orígenes en la meditación budista. Gracias al trabajo principalmente del Dr. Jon Kabat-Zinn se ha producido la adaptación de dicha práctica a nuestra sociedad.
El mindfulness, también conocido como “atención plena”, tiene por objetivo principal mantenernos centrados en el momento presente. Tomando consciencia de lo que sucede tanto en nuestro mundo interno como en el entorno que nos rodea. Se nos invita a contemplar y observar con una actitud de aceptación y, sobre todo, libre de juicio.
El impacto emocional que viven los profesionales de la salud
El personal sanitario juega un papel clave en el bienestar social puesto que se encargan de asegurar, en la medida de lo posible, el mismo. Esto les lleva a estar en contacto constantemente con el sufrimiento humano, la enfermedad y el dolor. Nada de todo esto es fácil de sostener sin los cuidados adecuados.
Lamentablemente, la mayor parte del mismo refiere un elevado malestar debido a las condiciones en las que se ven obligados a llevar a cabo sus trabajos. Aspectos como la excesiva carga asistencial, largas jornadas, falta de personal, escasez de recursos y otros problemas llevan a la mayoría de ellos a padecer el síndrome del quemado o burnout. De ahí la importancia de implementar medidas de cuidado hacia estos profesionales.
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Los beneficios del mindfulness para los profesionales de la salud
Es cierto que cualquier persona puede disfrutar de los múltiples beneficios asociados a la práctica de la atención plena. Vivir más presentes en nuestro día a día nos permite reducir el estrés, los niveles de cortisol, la sintomatología ansiosa y depresiva entre otros.
En los últimos años se han implementado programas de mindfulness como forma de prevención para el personal sanitario puesto que, además de todo lo mencionado, también se suele relacionar con una mayor satisfacción laboral. A continuación detallamos algunos de los beneficios que el mindfulness puede aportar a los y las profesionales de la salud y a sus pacientes.
Reducción del estrés y la ansiedad y prevención del burnout
La práctica de la atención plena permite a los profesionales tener más herramientas de afrontamiento y manejo del estrés laboral. De hecho, hay estudios que demuestran que la resiliencia aumenta con la práctica de la atención plena. Asimismo, los profesionales se perciben con más capacidades de afrontamiento y más herramientas para hacer frente a las situaciones estresantes.
Con frecuencia, el personal sanitario se ve sometido a situaciones de mucha presión y estrés, por ello, la práctica de mindfulness puede ayudarles a reducir la activación de su sistema nervioso y reducir el agotamiento físico y mental.
Mejora de la toma de decisiones
A lo largo de una jornada, los profesionales de la salud deben tomar muchas decisiones. En algunos casos, se ven obligados a decidir bajo mucha presión determinados aspectos que pueden llegar a ser realmente complejos. La práctica de mindfulness contribuye a tener una mayor capacidad de concentración.
Estar más conectado al momento presente permite procesar la información de forma óptima. Así pues, se considera que la práctica de mindfulness permite a los profesionales estar más seguros de las decisiones que toman y esto lleva a la disminución de los errores.
Mejora la relación con los pacientes
Ya se ha hecho referencia en repetidas ocasiones a lo difíciles que pueden llegar a ser las jornadas laborales para los profesionales sanitarios. La elevadísima presión asistencial, la falta de personal y de recursos junto con las largas horas de trabajo pueden llevar a que los profesionales se desgasten y acaben desarrollando el síndrome del quemado o burnout.
Gracias a la práctica del mindfulness, el personal sanitario puede estar más presente en las interacciones con los pacientes. Esto se traduce en una mayor escucha activa y una mayor empatía hacia ellos. Consecuentemente, la satisfacción por parte de las personas atendidas también es mayor puesto que la relación se percibe como más cercana y esto puede influir en el pronóstico de la situación.
Beneficios para la salud física
Quizá este punto puede sorprender inicialmente puesto que el mindfulness es una práctica mental principalmente. Sin embargo, no podemos olvidar que somos un todo y que cuerpo y mente están íntimamente relacionados, así como en constante comunicación.
La práctica de la atención plena potencia la regulación del sistema nervioso, ayuda a disminuir la presión arterial, potencia el óptimo funcionamiento de nuestro sistema inmunológico (hecho que reduce la contracción de otras patologías) y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Además, también se relaciona con una mayor calidad del sueño.
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