Aunque muchos no lo sepan, no siempre comemos lo que pensamos que estamos comiendo. La industria de la alimentación es un negocio muy lucrativo, y cuando nuestra dieta se convierte en un negocio, entonces aparecen una serie de consecuencias como la que vamos a tratar en este artículo.
Nuestra alimentación es un tema serio, porque de ello depende nuestra salud y nuestro bienestar no solos físico, sino también mental. Por desgracia, a veces podemos pensar que estamos comiendo patatas fritas cuando en realidad este producto tiene de todo menos patatas.
También podemos alimentarnos de lo que pensamos que es un alimento sano y es todo menos eso. El márketing y la publicidad juegan un rol importante en este sentido. Y bueno...también la permisividad de los gobiernos y los órganos reguladores.
Alimentos que no son lo que siempre habías pensado
Resulta que algunos alimentos no son lo que siempre habías pensado que eran, ni son lo que dicen ser, y lo peor de todo es que contienen aditivos y otros productos que abaratan el coste de producción y que convierten estos alimentos en poco nutritivos y, en algunos casos, poco saludables.
Si quieres saber qué alimentos no son lo que crees que son, solo tienes que leer la lista que te presentamos a continuación.
1. Néctar de zumo de naranja
Muchos de nosotros hemos comprado alguna vez un tetrabrick de néctar de zumo de naranja pensado que estábamos consumiendo un producto que contenía, al menos en gran parte, zumo de naranja. Lo primero que se nos suele venir a la cabeza cuando vemos su sugerente etiqueta, es que está enriquecido con vitamina C y, por tanto, es prácticamente como estar consumiendo una pieza de de fruta y una bebida sana.
¡Pues nada de eso! Pues este producto no solo contiene menos de la mitad del contenido en zumo de naranja, sino que es una bebida con alto contenido en azúcar, lo que provoca hiperglucemia. Nada bueno si lo que queremos es llevar a cabo una dieta saludable y de pérdida de peso.
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2. Manteca de cacahuete
La manteca de cacahuete es un producto saludable que contiene una gran cantidad de cacahuete. Sin embargo, hay versiones industriales que no solo contienen una menor cantidad de este fruto seco, sino que además están hechos a base de azúcar y aceites hidrogenados, que tienen un alto contenido en grasas trans, que son las grasas menos saludables y deberían eliminarse de la dieta de todos nosotros.
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3. Miel
La miel es un producto natural que, a pesar de tener un Índice glucémico alto, es muy saludable. Un artículo publicado en el diario El País alertaba hace unos meses de que los productores nacionales denuncian los bajos costes y las sospechas de adulteración la miel que llega del país asiático. Son muchos los organismos que se advierten el incremento de la miel falsa.
De hecho, la Food Safety News realizó un estudio en el que encontró que el 76% de todas las mieles presentes en los supermercados habían sido tratadas con un proceso denominado ultra filtración para no poder rastrear su procedencia. Lo que debería levantar las sospechas de los consumidores.
4. Patatas fritas de bolsa
Las patatas fritas de bolsa son un alimento muy poco saludables que, de no ser consumido con moderación, pueden provocar efectos nocivos para la salud. Este producto, pese a llamarse patatas fritas, contiene más bien poca patata, menos de la mitad. En realidad, contienen otras sustancias como: harina de arroz, maíz y patata mezclada con almidón de trigo, aceites vegetales sal y especias.
5. Palitos de cangrejo
El cangrejo es un alimento muy sabroso y nutritivo, pero no ocurre lo mismo con los palitos de cangrejo, que solamente imitan su sabor. Y es que estos sabrosos palitos están hechos de surimi, una sustancia inventada en Japón hace siglos.
El surimi se consigue gracias al lavado repetido de diversos pescados o aves de corral hasta conseguir una masa gelatinosa que luego se mezcla con aditivos para garantizar conservación del producto. Asimismo, se añaden otros productos como el pimentón para darle ese “look” de cangrejo.
6. Chocolate blanco
Por muy bueno que esté, el chocolate blanco no es chocolate. Para que sea chocolate debería llevar cacao, y lo que más se le aproxima a esta sustancia de su composición es la manteca con aroma de cacao. Además, el cacao es sustituido por la leche, lo que le da ese color blanco. Así que la próxima vez que agarres una barrita de “Milkibar”, que sepas que, aunque sea un dulce delicioso, no es precisamente chocolate.
7. Trozos de bacon
Los trocitos de bacon que puedes añadirle a las patatas al horno o a las ensaladas en realidad no son bacon. De hecho, son trozos de harina de soja con sabor a bacon. Ahora bien, algunas marcas si que emplean bacon, pero en pequeñas cantidades. Puede ser un producto muy sabroso, pero de bacon no tiene nada.
8. Aceite de trufa
El aceite de trufa por lo general no se hace con trufas, sino con otros aceites a los que se les añade el aroma de trufa. La trufa es un producto caro y, de hecho, el fuerte olor y sabor del aceite de trufa se debe a un compuesto químico y no a las trufas reales. Aunque existe el aceite de trufas auténticas, su precio es muy caro el consumidor medio.
9. Wasabi
El condimento verdoso que te traen con el sushi en los restaurantes japoneses es el wasabi, que es una mezcla de rábano picante, mostaza y colorante de alimento. En realidad, este producto debería estar hecho de la plata que da nombre a este producto, que crece únicamente en la isla de Sajalín, en Japón.
Se estima que sólo el 5% del wasabi servido en restaurantes japoneses alrededor del mundo contiene esta raíz. Por lo que no debes dejar de ir a los restaurantes de comida nipona si te gusta la comida exótica.
10. Caviar
El caviar son huevas de esturión de los ríos que desembocan en el Mar Caspio y Mar Negro. Debido a que en esta zona se ha pescado en exceso, es raro encontrar este producto, que tiene un precio muy alto. El caviar que no es auténtico sigue comercializándose en la actualidad. Sin embargo, ni su tamaño, su aroma, su color o su sabor se asemejan al original.
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