Enfoque dialógico-relacional para construir vínculos de pareja con respeto, conexión y comunicación asertiva

Claves para dialogar con respeto, expresar el deseo y construir una intimidad auténtica en pareja.

Claves para dialogar con respeto, expresar el deseo y construir una intimidad auténtica en pareja.

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Todo lo que hemos aprendido lo podemos desaprender. Si han sido cosas crueles e injustas podemos aprender cosas nuevas, dignas de lo que nosotros deseamos, merecemos. Verbalizar, decir lo que queremos, libera.

¿Qué queremos, cómo queremos vivir y qué cosecha esperamos de esa siembra? ¿Hay alegría en nuestra vida? ¿hay alegría en mi pareja, en la vida compartida? ¿Hay placer y gozo auténticos, sin herir al otro? ¿Qué pasaría si comenzáramos a decir SÍ, cuando de verdad quisiéramos decir SÍ, y a decir NO, cuando de verdad quisiéramos decir NO, independientemente de que guste o no a los otros, por importantes y queridos que sean?

La conciencia ética

Lo fundamental, en toda relación humana, es la gentileza, que significa hablar con gentileza; escuchar con gentileza; preguntar con gentileza; responder con gentileza; y tratar con gentileza. La consciencia ética, significa preguntarse, y elegir: ¿desde qué sentimiento decido proponerme en cada relación?: ¿desde la queja, desde la ira, desde la alegría? La ética significa tener consciencia en cada uno de nosotros que las consecuencias de mis actos y palabras afectan a otros. Para que exista un desarrollo emocional, relacional y mental saludable necesitamos comunicarnos y sentirnos conectados, necesitamos dialogar el uno con el otro, con autenticidad.

Las parejas más comprometidas y conectadas, tienen ciertas condiciones, o crean conscientemente estos contextos relacionales: Que cada uno pueda empezar a hablar de sus sentimientos en la relación de pareja. Que cada uno, en lugar de dedicarse a perseguir a su pareja, pueda hablar diciendo "YO", y tomar la responsabilidad, por sí mismo, de su propia vida. Que cada uno participe activamente y permanentemente en el trabajo de la casa -democracia en la casa-.

Que la pareja disfrute de una relación de intimidad placentera, también sexual. Todo lo que es consensuado en complicidad erótica, entre dos adultos, si no hiere al otro, es legítimo. Que se autoricen a construir y escribir otra historia, propia. Que se diferencien asertivamente de las respectivas familias de origen. Que logren consensos transparentes sobre el manejo del dinero. Que hagan acuerdos sobre el tipo de educación (principios fundamentales) para los hijos -en la casa, y en sus estudios-.

Lo más importante es lo que pasa entre los padres; si la relación de los padres es amorosa, respetuosa y sana, los límites para los hijos, están claros. Por su salud integral, los hijos no deben estar en el centro de la vida de la pareja; deben permanecer en la periferia de la relación de pareja. Se debe dejar muy claro a los hijos, que la pareja emocional y sexual es el adulto elegido.

Que se diga con claridad a la pareja, las expectativas propias (y se las actualice): lo que se quiere y lo que no se quiere, lo que se espera y necesita del otro y de la relación; de la vida juntos. Que se le comparta los sueños propios, y se le pregunte sobre los suyos; además de dialogar sobre los sueños compartidos para un futuro positivo.

Elementos para fortalecer el vínculo/conexión de pareja

A continuación, proponemos algunas ideas que aportan, son útiles y sirven para la construcción de vínculos de paraje sostenibles y plenos. Mantener la conexión, es decir: ser claros simples y directos en la comunicación mutua. Sostener la conexión para hablar, explicar, decir, escuchar, comprender, reflexionar. Permitirse expresar libre y abiertamente lo que se siente y lo que se piensa.

Autorizarse a manifestar lo que se quiere, lo que se desea; y, lo que no se quiere y no se desea. Invitar al diálogo y la conversación que no significa atacar, descalificar, deslegitimar, juzgar, maltratar. Dialogar no significa pensar, sentir o creer lo mismo, ni comprender y significar de la misma manera. Decir las necesidades a tiempo para prevenir vivirlas como decepciones.

Estar presente íntegramente y con integridad en cada encuentro y conversación, sin distracciones ni evasiones; sin ansiedad. Superar y soltar la idealización de la pareja, de la relación. Humanizar la relación, al otro. Comunicarse sin el “pero”, sin buscar el déficit, el “error, la imperfección”, lo que no funciona. Hablar con un lenguaje responsable, que pone el foco en lo positivo para hacerlo crecer.

No ejercer ni legitimar ninguna forma de irrespeto, maltrato, abuso, violencia. No encubrir ni ser cómplice de ninguna crueldad o injusticia en la relación de pareja o con la pareja. Asumir la responsabilidad de decir “yo quiero, yo siento, yo pienso, yo deseo”, en lugar de “tú” para acusar y culpabilizar, descalificar y maltratar. Expresarse no significa usar al otro como un depósito de basura, en el que se vomita el propio malestar. Se dice en el momento oportuno, con un tono respetuoso y en el lugar adecuado.

Dialogar con curiosidad para reflexionar distinto y comprender juntos, desde el amor, para entender y escuchar profundo lo que el otro necesita, no para defenderse y atacar. Evitar las generalizaciones, los absolutismos, las conclusiones dogmáticas para tener “la razón”, salirse con la suya y “ganar” humillando al otro. Enfrentar (manifestar) las heridas actuales para resolverlas y que no queden como resentimientos no dichos. Se conversa y discute para resolver lo importante, para solucionar lo que no cuida la relación y a los protagonistas de la relación, para ser y construir una sensación real de ser equipo.

La conexión se construye desde el amor y el respeto, con curiosidad y apertura para comprenderse, reflexionar diferente y generar preguntas para construir un futuro con realizaciones y bienestar común. Comprometerse a favor de la común responsabilidad de aportar para construir alegría compartida. Reconocer que cada persona tiene el derecho de sentir, pensar y decir distinto; no significa un ataque personal al otro; significa ejercer un derecho, que potencialmente enriquece la relación.

Compartir las propias perspectivas diferentes en la relación de pareja es la manera en que esa relación se profundiza, evoluciona y se transforma positivamente. Al compartir los pensamientos y sensaciones internos, al expresar y compartir la propia vulnerabilidad, la pareja puede abrirse a la comprensión de lo que el otro necesita y así se construye intimidad relacional/emocional genuina y auténtica. En toda relación de pareja hay infinidad de temas para dialogar, los principales: la sexualidad, el placer, el gozo compartido; el manejo del dinero; la educación -principios- de los hijos; las familias de origen -límites, red de apoyo-; ¿es la relación de pareja un lugar para la realizar de los sueños propios? ¿y, es un espacio para la realización de los sueños conjuntos, de un nosotros presente y futuro?

El camino a los vínculos más fuertes

Como dijimos en un artículo nuestro en este mismo espacio (2023, septiembre 20): “La construcción comprometida del nosotros, un sentido del nosotros, es lo que significa construir conjuntamente un proyecto de futuro; desarrollando un sentido de pertenencia, alegría, responsabilidad, libertad, placer, bienestar común”. Silenciarse, invisibilizarse no aporta ni construye. Silenciar e invisibilizar al otro no aporta ni construye. Si la relación importa es necesario arriesgarse a poner palabras al malestar, la insatisfacción, el conflicto dentro de la pareja. El silencio, la ley del hielo, la invisibilización, la descalificación destruye la relación. Decidir asumir riesgos emocionales, abrirse y aceptar los conflictos es una manera de honrar la relación.

Honrar la relación también significa ser vulnerable con quien elegimos y aceptar la vulnerabilidad del otro, que permite construir intimidad genuina. Es necesario validar y comprender al otro. Dejar de estar a la defensiva y juzgando. Disfrutar y dejar disfrutar. Construir en lo cotidiano la conexión. No posponerse. Si importa el vínculo y la conexión hay que hacer sentir al interlocutor que se le escucha y se le toma en serio, que se le comprende y respeta, que su voz es legitimada, se la toma en cuenta y que incide realmente en las decisiones. No pedir, demandar ni exigir perfección, reconocer el error, pedir perdón, reparar.

Hay que preguntase (y responder con transformaciones consistentes): ¿Para qué elegimos ser pareja de alguien?; y, ¿para qué traemos hijos al mundo? ¿Qué me aporta con sentido esta relación, y que sea significativo para mi vida? ¿Hay alegría en nuestra vida? ¿Hay alegría con mi pareja, en la vida compartida? ¿Me conviene esta relación en el presente y en futuro? ¿Qué puedo aportar (con acciones y palabras) de distinto para construir la relación de pareja que a mí me gustaría tener?

Un proyecto de vida en pareja, necesita una base de confianza y seguridad (que crean intimidad, conexión), que se logran tratando con respeto al otro, lo que significa hablar con palabras verdaderas, auténticas; sin manipular y estafar los derechos de la otra persona. Es un proceso, en el que dos adultos responsables eligen jugar limpio. Es la ética de la relación: mereces respeto, amor, aceptación, buen trato, sinceridad, placer, justicia, seguridad, confianza, dignidad, libertad, alegría; y, yo, lo mismo.

Es un proceso en que se elige estar abierto a la posibilidad de que la “verdad” del otro me cambie, me transforme. Dialogar, conversar, discutir para generar nuevos y significativos contextos de conexión, paz, confianza; no para instalar la culpa, el miedo, la deslegitimación de los derechos del otro. Abrirse a la experiencia de aprender, crecer, transformarse cuando se acepta el encuentro con el otro, porque es un fuego que moviliza recursos, fortalezas, posibilidades.

Recuerda: no aceptes nada menos que respeto auténtico, genuino amor, deseo recíproco, confianza y consistencia. Alegría compartida y libertad plena. De las formas de relación que experimentamos solo puede ser considerado buen trato el diálogo como primera opción. Todas las otras formas de relación, son maltrato y significan exclusión. Comprometerse en aportar cotidianamente un buen humor auténtico y respetuoso; alegría y esperanza; deseo de construir un futuro conjunto para ser libres, creativos; encarnando un amor recíproco que hace posible que la relación sea el lugar en el mundo que la pareja elige cada día con el que hacer conjuntamente un futuro posible.

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  • Diego Tapia Figueroa. (2023, septiembre 20). La terapia de pareja desde el construccionismo social/relacional: ¿cómo se trabaja con esta perspectiva?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/terapia-pareja-construccionismo-social-relacional
  • IRYSE (2018-2025) Blog del Consorcio Relacional y Socioconstruccionista del Ecuador (IRYSE)

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Diego Tapia Figueroa. (2025, diciembre 31). Enfoque dialógico-relacional para construir vínculos de pareja con respeto, conexión y comunicación asertiva. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/pareja/enfoque-dialogico-relacional-para-construir-vinculos-pareja

Psicólogo y psicoterapeuta dialógico relacional

Quito
Terapia online

Diego Tapia Figueroa es psicoterapeuta con amplia experiencia en procesos individuales, de pareja, familiares y comunitarios, que desarrolla desde una perspectiva socioconstruccionista y relacional. Trabaja en coterapia con Maritza Crespo Balderrama, integrando el diálogo reflexivo como eje transformador. Es miembro del Taos Institute y del consejo directivo de TILAC. Cofundador de IRYSE, combina clínica, docencia, supervisión e investigación, con especial énfasis en el cuidado del vínculo, la ética relacional y la gentileza como base del cambio terapéutico.

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