En la época moderna y sobre todo en la cultura occidental, se ha forjado un modelo de afectividad llamado amor romántico, el cual se enraiza en la idea de los vínculos monogámicos y las relaciones estables y resistentes a toda dificultad. Este ha dado lugar a innumerables mitos que invaden la mentalidad de la sociedad, haciendo del amor y las relaciones algo engañoso.
A pesar de que es relativamente fácil enamorar, aprender a amar no lo es tanto. Y en el amor, tanto la comunicación, como la capacidad de resolver problemas, son aspectos que se deben trabajar dentro de la relación, y que no se solucionan dejando que cupido haga de las suyas.
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¿Qué es un mito?
Un mito es una creencia, un componente más dentro de toda una estructura de credos compartidos por una cultura o sociedad, la cual los acepta como verdaderos. En general, lo mitos suelen constituir una simplificación sobre algún aspecto de la realidad y tienen la capacidad de influir, en mayor o menor grado, en nuestro comportamiento.
Estas creencias dan la impresión de estar basadas en la objetividad que nos rodea, pero aunque algunas veces cuesta distinguirlos, no lo están; lo cual lleva a la persona a cometer una serie de errores evitables.
Los mitos, tanto los relacionados con el amor romántico como con cualquier otro ámbito, suelen actuar de forma inconsciente sobre las personas; y aunque al leer las siguientes creencias muchas de ellas puedan parecer evidentemente erróneas, ejercen una fuerte influencia sobre la idea que las personas tienen del amor.
Cada persona posee su propia mitología del amor, basada en sus experiencias personales, familiares o culturales. Sin embargo, es gracias a los medios de comunicación, cine, literatura, etc. que estas creencias han invadido intensamente la el marco mental de la sociedad, introduciendo en él ideas como que el amor verdadero dura para siempre, que solamente existe una persona en el mundo perfecta para nosotros, o que lo celos son garantía de amor.
Tipos de mitos sobre el amor romántico
Debido a la larga duración que el impacto de la idea de amor romántico ha tenido en la cultura actual, son muchos los mitos que deambulan por el imaginario de las personas.
Con el objetivo de desarmar estas creencias, o al menos de que el lector sea un poco más consciente de ellas, este artículo incluye una pequeña recopilación de los mitos más populares, y posiblemente dañinos, del panorama romántico.
1. El amor todo lo puede
A pesar de la tentación que supone creerlo al verlo escrito, la idea de que si hay amor en relación este es garantía suficiente para superar cualquier problema, es absurda. Este mito funciona también en sentido contrario, llevando a pensar que si hay problemas no hay amor.
Esta creencia lleva a pensar que en las relaciones consideradas como perfectas, las personas no tienen ningún tipo de conflicto entre ellas, y que el respeto, la confianza y la comunicación vienen de serie junto con el amor.
Las posibles consecuencias de este mito son en primer término, rupturas precoces o innecesarias al no buscar soluciones a problemas concretos, y una consecuencia todavía más dañina para la persona y es que esta soporte cualquier tipo de situación perjudicial o de vejación en aras del amor, porque este todo lo cura y todo lo puede.
2. El amor a primera vista
Esta superstición abarca desde la creencia en el flechazo hasta la idea de que el azar interfiere de alguna manera para propiciar un encuentro entre dos personas destinadas a estar juntas.
De todas formas, aunque la existencia de una poderosa afinidad o atracción facilite el inicio de cualquier relación, la creencia en esta atracción tan potente lleva a la persona a no poder percibir la realidad claramente, o incluso ver aquello que verdaderamente no existe.
Finalmente, este mito lleva a las personas a ignorar relaciones con un potencial enriquecedor muy alto porque no se han iniciado con una coincidencia apasionada, o por otra parte, interpretar esta “pasionalidad” ardiente como una prueba de amor.
3. La media naranja
La ansiada y perseguida media naranja. El paradigma que engloba este mito es el de que solamente existe una persona a lo largo y ancho del mundo que es ideal para cada uno.
El principal conflicto con esta creencia es la frustración que puede llegar a generar cuando es interiorizada como un patrón rígido. Llevando a la persona a aferrarse a un vínculo solamente por pensar que nunca jamás va a encontrar a otro ser tan perfecto para ella y, además, a pensar que tras una ruptura se terminaron las posibilidades.
Asimismo, si se tiene en consideración que el concepto de perfección es un ideal puro, es prácticamente imposible que nadie encaje en aquellos esquemas que imagine la persona. La búsqueda puede resultar, si cabe, aún más desalentadora.
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4. La persona correcta llena todos los aspectos de la vida
En este mito caben frases como “debemos compartir todos nuestros gustos y aficiones”, “somos los responsables de la felicidad del otro”, “somos una sola persona”, etc.
Seguramente, el lector reconocerá todas estas frases escuchadas en boca de otros o incluso de uno mismo; pero al leerlas fuera de contexto, estas expresiones caen por su propio peso.
Los efectos de estas afirmación son innumerables, y en la gran mayoría de los casos negativos; siendo la más importante la de originar una obsesión por hallar a otra a persona para comenzar a vivir, a realizar los sueños o incluso para empezar a ser feliz.
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5. La plena compenetración sexual es prueba irrefutable de amor
Este mito camina un poco de la mano con el del amor a primera vista. En él la persona cree firmemente que si su amor es verdadero las relaciones sexuales siempre serán asombrosamente buenas.
Es cierto que una vida sexual sana y plena es importante en el desarrollo de una relación, pero ni el amor es garantía de esto, ni el buen sexo es garantía de amor. Es absolutamente necesario conocer, tanto el propio cuerpo como el de la otra persona, y trabajar la sexualidad igual que se trabaja cualquier otro aspecto de la relación.
6. Cuando se está enamorado no es posible sentir atracción por otra persona
Sin embargo, en este punto la realidad es muy diferente. Partiendo de la idea de que el amor no paraliza la disposición a sentirse atraído por otros y de que la fidelidad es un constructo social, en el cual es la propia pareja la que decide qué tipo de compromiso quiere adquirir; es muy común experimentar algún tipo de afinidad con otras personas sin que esto signifique que ya no se quiera a la pareja, quedando en manos de la propia persona establecer los límites de esta atracción.
7. Los celos son una prueba de amor
El mito del amor por antonomasia; siendo justificado y combatido casi a partes iguales.
En realidad la experimentación de los celos solamente constituye un indicador del umbral de la angustia ante la idea de otra persona se lleve aquello considerado como propio por derecho. Aquello que la persona cree que le corresponde recibir en exclusiva.
Los celos simplemente son una demostración del temor a perder aquello que se percibe como una posesión, es decir la otra persona.
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