La etoperidona es un antidepresivo atípico, o tricíclico de segunda generación, empleado para tratar trastornos depresivos y que fue desarrollado hace décadas, aunque actualmente se encuentra descatalogado. En la actualidad, se hace uso de otros antidepresivos de nueva generación que presentan menos efectos secundarios que los que tenían los fármacos de la familia de este medicamento.
En este artículo te explicamos qué es y qué efectos produce la etoperidona, cuál es su mecanismo de acción y el de los antidepresivos tricíclicos, qué efectos secundarios provoca y cuáles son las principales contraindicaciones si se va a usar este fármaco.
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¿Qué es la etoperidona y qué efectos produce?
La etoperidona es un fármaco del grupo de los antidepresivos atípicos (tricíclico de segunda generación) que fue desarrollado en la década de 1970 por la empresa farmacéutica italiana Angelini y que actualmente ya no se comercializa.
Pertenece al grupo de las fenilpiperazinas, y tiene una estructura química similar a otros medicamentos como la trazodona y la nefazodona, ambos también antidepresivos de segunda generación que actúan como antagonistas e inhibidores de la recaptación de la serotonina, con efectos ansiolíticos e hipnóticos.
Aunque la etoperidona tiene ciertos efectos sedativos, se diferencia del resto de tranquilizantes menores en algunos aspectos fundamentales: en su interacción con las principales aminas cerebrales; por la ausencia de efectos anticonvulsivos; y en su diferente espectro de efectos a nivel conductual cuando se consume en dosis altas.
La etoperidona, no obstante, es similar en algunos aspectos a los fármacos neurolépticos (medicamentos que se usan para tratar las psicosis y los estados de extrema agitación), como la clorpromazina, ya que produce efectos analgésicos y sedantes a dosis bajas; aunque a diferencia de éstos, no bloquea los receptores dopaminérgicos a nivel central.
¿Cómo actúa este fármaco?
La etoperidona actúa como un fármaco antagonista de varios receptores, incluyendo los de la serotonina y los adrenérgicos. También parece tener una leve afinidad por el bloqueo de receptores de dopamina, histamina y acetilcolina (de tipo muscarínico).
Además de bloquear estos receptores, este medicamento también tiene una débil afinidad por los transportadores de monoaminas: serotonina, noradrenalina y dopamina. La administración de este tipo de antidepresivos en la fase aguda aumenta, principalmente, la disponibilidad de noradrenalina y, hasta cierto punto, la de 5-HT, al bloquear su recaptación en la hendidura sináptica.
Un uso prolongado regula negativamente los receptores alfa-adrenérgicos de la membrana postsináptica, una posible vía final común de la actividad antidepresiva de estos fármacos.
Por otra parte, la etoperidona, en su metabolización, produce una sustancia o metabolito activo denominado mCPP, probablemente el responsable de los efectos serotoninérgicos; una sustancia que puede provocar efectos indeseados y desagradables en los sujetos que consumen o consumieron este antidepresivo.
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Los antidepresivos atípicos o tricíclicos de segunda generación
La etoperidona pertenece al grupo de los antidepresivos atípicos o tricíclicos, empleados con frecuencia en pacientes aquejados de depresión mayor y que responden de forma inadecuada o soportando efectos secundarios intolerables durante el tratamiento de primera línea con antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina.
Los antidepresivos tricíclicos se han empleado durante décadas y tienen cierta semejanza química y, en menor medida, farmacológica con las fenotiazinas, usadas para tratar trastornos mentales y emocionales graves. Aunque inicialmente se pensó que este tipo de antidepresivos eran útiles como antihistamínicos, con el tiempo su uso se limitó al tratamiento de la depresión y otras patologías similares.
Este tipo de antidepresivos presentan una gran eficacia, aunque debido a la cantidad de efectos secundarios que producen, se suele recomendar iniciar el tratamiento con una dosis baja e ir aumentándola en función de la tolerancia que cada paciente tenga y del efecto antidepresivo que se consiga, hasta encontrar un equilibrio entre la mayor eficacia posible y la menor cantidad de efectos secundarios.
Dado su perfil sedativo, este tipo de fármacos también se pueden emplear para tratar a pacientes con depresiones que concurran con un elevado nivel de ansiedad, ayudándoles a calmar el cuadro de nerviosismo y agitación que suelen presentar en determinadas circunstancias.
En la actualidad, este tipo de antidepresivos han ido siendo sustituidos por otros de nueva generación, con menos efectos secundarios y un mecanismo de acción más específico y selectivo, como la venlafaxina o la mirtazapina, dos inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina.
Efectos secundarios
Los efectos secundarios más habituales cuando se consumen fármacos del grupo de los antidepresivos atípicos o heterocíclicos, como la etoperidona, incluyen toda una serie de efectos a nivel somático, como los siguientes:
- Náuseas
- Fatiga
- Nerviosismo
- Sequedad de boca
- Mareos
- Diarrea
- Dolores de cabeza
- Insomnio
Contraindicaciones
Aunque en su día y cuando fueron desarrollados este tipo de fármacos antidepresivos fueron eficaces, en la actualidad se utilizan cada vez menos, ya que su sobredosis es tóxica y tienen más efectos adversos que los antidepresivos más modernos. Estos efectos secundarios se deben, principalmente, a los bloqueos muscarínico e histamínico, y a las acciones alfa-adrenérgicas.
Muchos de los antidepresivos atípicos tienen propiedades anticolinérgicas potentes y, por lo tanto, no son adecuados para las personas de la tercera edad ni para los pacientes que sufren de hipertrofia benigna prostática, glaucoma o estreñimiento crónico. Además, la gran mayoría de fármacos de este tipo disminuyen el umbral convulsivo, con el consiguiente peligro para las personas propensas a convulsionar.
Las contraindicaciones específicas para el uso de la etoperidona incluyen las siguientes:
- Alergia a la etoperidona, trazodona u otras fenilpiperazinas.
- Alteraciones bipolares y estados maníacos: este fármaco puede acelerar la transición hacia la fase hipomaníaca o maníaca e inducir un ciclo rápido y reversible entre la manía y la depresión.
- Alteraciones cardiovasculares: aumenta el riesgo de arritmias, insuficiencia cardiaca congestiva, infarto de miocardio o accidente cardiovascular.
- Esquizofrenia y psicosis: puede aumentar el riesgo de alteraciones psicóticas.
- Hipertiroidismo: debido al riesgo de toxicidad cardiovascular.
- Insuficiencia hepática: debido a que se metaboliza mayoritariamente en el hígado, debe ajustarse la posología al grado funcional hepático de cada paciente.
- Insuficiencia renal: dado que el fármaco se elimina mayoritariamente por vía renal, se debe ajustar la posología de acuerdo al nivel funcional renal.
Referencias bibliográficas:
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