La Ketamina como tratamiento para la Depresión Resistente: avances médicos

Veamos por qué la ketamina podría ayudar ante la depresión resistente al tratamiento.

La Ketamina como tratamiento para la Depresión Resistente
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La depresión resistente al tratamiento es una condición debilitante que afecta a millones de personas en todo el mundo, representando un desafío significativo para la psiquiatría moderna. Los tratamientos convencionales, como los antidepresivos tradicionales, suelen tardar semanas en mostrar efectos y no siempre son eficaces en casos graves.

En este contexto, la ketamina ha emergido como una opción terapéutica prometedora para la depresión resistente al tratamiento, capaz de proporcionar alivio rápido incluso en pacientes con depresión resistente severa.

Originalmente utilizada como anestésico, la ketamina ha demostrado efectos antidepresivos únicos gracias a su acción sobre el sistema glutamatérgico. Este artículo explora los avances médicos relacionados con la ketamina, su eficacia clínica, los mecanismos detrás de su acción y los retos vinculados a su uso. Además, aborda las perspectivas futuras que podrían transformar el tratamiento de la depresión resistente.

¿Qué es la depresión resistente?

La depresión resistente, también conocida como depresión resistente al tratamiento (DRT), es un trastorno de salud mental que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se define como la falta de respuesta significativa a, al menos, dos tratamientos antidepresivos de diferentes clases administrados en dosis adecuadas y durante un tiempo suficiente. Este tipo de depresión representa un desafío importante para los especialistas en salud mental, ya que los pacientes que la padecen suelen experimentar síntomas persistentes y debilitantes que afectan su calidad de vida, relaciones personales y desempeño laboral.

La prevalencia de la depresión resistente varía según los estudios, pero se estima que entre el 20% y el 30% de las personas con depresión mayor no responden a los tratamientos convencionales. Esto genera una carga significativa tanto para los pacientes como para los sistemas de salud, debido a la necesidad de atención médica prolongada y a los costos asociados con las terapias alternativas.

Los tratamientos tradicionales para la depresión incluyen inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN) y otras opciones farmacológicas. Sin embargo, estos medicamentos suelen tardar semanas en mostrar efectos clínicos y no siempre son eficaces en casos graves o resistentes. Esta limitación ha impulsado la búsqueda de nuevas estrategias terapéuticas más rápidas y efectivas. En este contexto, la ketamina ha emergido como una opción prometedora, capaz de ofrecer alivio rápido incluso en pacientes con depresión resistente severa.

Ketamina como opción terapéutica para la depresión resistente al tratamiento

La ketamina es un fármaco conocido desde hace décadas, utilizado inicialmente como anestésico general en medicina y veterinaria. Su capacidad para inducir un estado de sedación profunda y analgésiva lo convirtió en una herramienta valiosa en entornos quirúrgicos. Sin embargo, en los últimos años, la ketamina ha ganado atención por un uso inesperado: su eficacia como tratamiento rápido para la depresión resistente al tratamiento (DRT).

El interés por la ketamina en el ámbito psiquiátrico comenzó a principios de los años 2000, cuando investigaciones pioneras revelaron que una sola dosis intravenosa de ketamina podía reducir significativamente los síntomas depresivos en pacientes con DRT en cuestión de horas. Este hallazgo fue revolucionario, ya que los antidepresivos tradicionales suelen tardar semanas en mostrar efectos clínicos. Además, la ketamina demostró ser especialmente eficaz en la reducción de la ideación suicida, ofreciendo una esperanza inmediata a pacientes en situaciones críticas.

A diferencia de los antidepresivos convencionales, que actúan principalmente sobre los sistemas de serotonina y noradrenalina, la ketamina tiene un mecanismo de acción único que involucra el sistema glutamatérgico. Esto le permite actuar rápidamente sobre las conexiones neuronales dañadas por el estrés crónico y la depresión, promoviendo su reparación y fortalecimiento.

En comparación con otros tratamientos para la depresión resistente, como la terapia electroconvulsiva, la ketamina ofrece una opción menos invasiva y más accesible. Además, está disponible en diferentes formas de administración, incluidas infusiones intravenosas y spray nasal, lo que facilita su uso clínico.

Mecanismos de acción de la ketamina

La ketamina ejerce sus efectos antidepresivos mediante un mecanismo único que la distingue de los tratamientos tradicionales. Su principal acción farmacológica se centra en el bloqueo de los receptores N-metil-D-aspartato (NMDA), que son fundamentales en la neurotransmisión glutamatérgica, un sistema clave en la fisiopatología de la depresión. Al inhibir estos receptores, la ketamina desinhibe las neuronas glutaminérgicas presinápticas, lo que provoca un aumento en la liberación de glutamato.

Este incremento activa los receptores AMPA postsinápticos, desencadenando una cascada de señalización intracelular que incluye la activación del complejo mTOR y el aumento de los niveles de factor neurotrófico derivado del cerebro. Estos procesos promueven la sinaptogénesis y la plasticidad sináptica, esenciales para revertir los efectos negativos del estrés y la depresión crónica.

Además del sistema glutamatérgico, investigaciones recientes han sumergido que los efectos antidepresivos de la ketamina también involucran el sistema opioide. Se ha observado que su acción sobre los receptores opioides mu y delta puede liberar péptidos opioides endógenos, contribuyendo indirectamente a su eficacia terapéutica. Sin embargo, el papel exacto de este mecanismo sigue siendo objeto de estudio.

Otro aspecto relevante es su capacidad para modular procesos inflamatorios. La ketamina reduce la producción de citocinas proinflamatorias como el factor de necrosis tumoral alfa y la interleucina-6, factores asociados con la depresión. Además, disminuye la activación de células gliales como astrocitos y microglía, lo que puede contribuir a sus efectos neuroprotectores.

En conjunto, estos mecanismos permiten que la ketamina actúe rápidamente, aliviando los síntomas depresivos en cuestión de horas y ofreciendo beneficios sostenidos durante días o semanas. Su capacidad para abordar múltiples vías biológicas posiciona a este fármaco como una herramienta prometedora en el tratamiento de la depresión resistente.

La eficacia clínica sobre este fármaco

La ketamina ha demostrado ser una opción terapéutica eficaz para la depresión resistente al tratamiento (DRT), especialmente en casos graves donde otros enfoques han fallado. Diversos estudios clínicos han corroborado su capacidad para reducir rápidamente los síntomas depresivos y la ideación suicida, con efectos visibles en cuestión de horas tras su administración. Por ejemplo, un ensayo clínico encontró que una sola infusión intravenosa de ketamina logró una mejora significativa en los síntomas depresivos en pacientes con DRT en tan solo 80 minutos, con efectos sostenidos hasta tres días posteriores a la dosis inicial.

En términos de eficacia, los estudios sugieren que aproximadamente el 45% de los pacientes con DRT responden al tratamiento con ketamina, mientras que alrededor del 30% alcanzan la remisión completa de los síntomas. Aunque estos porcentajes son prometedores, la respuesta varía entre individuos, dependiendo de factores como la gravedad de la enfermedad o el historial clínico. Además, investigaciones han mostrado que los efectos antidepresivos no disminuyen significativamente con tratamientos repetidos, lo que refuerza su potencial como terapia a mediano y largo plazo.

La ketamina también destaca por su capacidad para reducir el riesgo de ideación suicida. En un estudio a gran escala, se observó una disminución del 37% en el riesgo de pensamientos suicidas durante la primera semana de tratamiento, con efectos sostenidos hasta 270 días después. Este impacto es particularmente relevante para pacientes en situaciones críticas.

Aunque los resultados son alentadores, todavía se necesita más investigación para optimizar las dosis y regímenes terapéuticos, así como para identificar subgrupos de pacientes que puedan beneficiarse más del tratamiento. La ketamina sigue siendo una herramienta valiosa en el manejo de la depresión resistente, ofreciendo esperanza a quienes enfrentan esta condición debilitante.

Retos y limitaciones del tratamiento con ketamina

Aunque la ketamina ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento de la depresión resistente, su uso clínico enfrenta varios retos y limitaciones que deben ser considerados. Uno de los principales desafíos es la aparición de efectos secundarios, como disociación, mareos, náuseas, hipertensión transitoria y alteraciones perceptuales. Estos efectos suelen ser temporales y desaparecen poco después de la administración, pero pueden resultar incómodos para algunos pacientes y limitar su aceptación.

Otro problema es el riesgo de tolerancia y dependencia. La ketamina tiene un potencial adictivo debido a sus propiedades psicoactivas, lo que exige un control estricto en su administración. Por esta razón, su uso está limitado a entornos médicos supervisados y no se recomienda como tratamiento de uso prolongado o fuera de contextos clínicos.

Además, existen preocupaciones éticas y prácticas relacionadas con su accesibilidad. Las infusiones intravenosas de ketamina pueden ser costosas y requieren instalaciones especializadas, lo que dificulta su disponibilidad para ciertos pacientes. Aunque la aprobación del spray nasal de ketamina ha mejorado la situación, sigue siendo necesario garantizar que el tratamiento sea accesible y asequible.

Por último, aún hay incertidumbre sobre los efectos a largo plazo del uso repetido de ketamina. Si bien los estudios han mostrado beneficios sostenidos, se necesita más investigación para comprender completamente su impacto en la salud cerebral y emocional a largo plazo. Estos retos subrayan la importancia de seguir investigando para maximizar los beneficios terapéuticos mientras se minimizan los riesgos asociados.

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  • Jiang, C., DiLeone, R.J., Pittenger, C. et al. (2024). The endogenous opioid system in the medial prefrontal cortex mediates ketamine’s antidepressant-like actions. Transl Psychiatry 14, 90.
  • Pan, Y., Gorenflo, M.P., Davis, P.B. et al. (2024). Suicidal ideation following ketamine prescription in patients with recurrent major depressive disorder: a nation-wide cohort study. Transl Psychiatry 14, 327.

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Javi Soriano. (2025, abril 16). La Ketamina como tratamiento para la Depresión Resistente: avances médicos. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicofarmacologia/ketamina-como-tratamiento-para-la-depresion-resistente-avances-medicos

Psicólogo

Javi Soriano es graduado en Psicología por la Universidad de Valencia y está acabando un Máster en Investigación Psicosocial. Le interesa todo lo que tiene que ver con las personas y la sociedad, pero le encanta leer y escribir sobre temas relacionados con el género, la sexualidad y las minorías. Es una persona muy curiosa a la que le encantan los debates y aprender de los demás.

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