Popularmente se dice con frecuencia que la maternidad cambia, que una mujer después de dar a luz no es la misma. Sin embargo, no ha sido hasta los últimos años, en los que han aumentado el número de investigaciones relacionadas con el tema, que se ha descubierto que durante el embarazo realmente cambia el cerebro de las mujeres.
En este sentido, la neurociencia ha demostrado que el embarazo es un periodo en el que el cerebro de las mujeres se vuelve especialmente plástico y se reconfiguran muchas estructuras y circuitos cerebrales relacionados con la memoria, la empatía y la regulación emocional.
Pero, ¿qué sucede con aquellas mujeres que durante el embarazo o el posparto sufren una depresión? Un estudio publicado recientemente aporta evidencias novedosas sobre cómo el parto y la depresión perinatal pueden producir cambios en áreas específicas del cerebro. A lo largo de este artículo hablamos de todo esto en detalle.
¿Qué es la depresión perinatal?
El concepto de depresión perinatal engloba los episodios depresivos que se producen en el transcurso del embarazo y, después del parto, durante el primer año de posparto. Es importante tener presente que la depresión es un trastorno mental y que no es lo mismo que la tristeza que se produce de forma habitual y transitoria en el posparto, también conocida como baby blues. La depresión que perinatal se caracteriza por síntomas como:
- Tristeza persistente, desesperanza, pesimismo.
- Ansiedad intensa, pensamientos intrusivos.
- Fatiga extrema.
- Sentimientos de vacío, culpa e inutilidad.
- Pérdida de interés por las cosas que antes resultaban agradables.
- Dificultades relacionadas con el sueño.
- Cambios en los patrones de alimentación.
- Molestias o dolores físicos.
- Dificultad para conectar y vincular con el bebé.
- Pensamientos de muerte, autolíticos o de hacer daño al bebé .
Además de por el elevado sufrimiento y malestar que la mujer experimenta cuando está atravesando una depresión perinatal, esta situación es importante también porque puede afectar al desarrollo cognitivo, emocional y social de la criatura.
La plasticidad del cerebro durante el embarazo y el posparto
El embarazo produce cambios indiscutibles, como los que se dan en el cuerpo, pero también conlleva cambios que van más allá de lo visible. El cerebro de las mujeres embarazadas se remodela. Estudios de neuroimagen han demostrado las modificaciones en ciertas áreas cerebrales.
Los principales cambios se dan en regiones del cerebro que se relacionan con la percepción social y la empatía. Como consecuencia, se considera que estas modificaciones están relacionadas con una mejora en la capacidad de la madre para interpretar las necesidades del recién nacido.
El estudio que demuestra que el parto y la depresión cambian el cerebro
El parto es un momento realmente importante en la vida de una madre. Hasta el momento, no se había estudiado el impacto que esta experiencia pudiera tener en áreas cerebrales tan importantes como el hipocampo –relacionado con la memoria y la regulación del estrés– o la amígdala –crucial en el procesamiento emocional—. A continuación explicamos el estudio que se ha publicado recientemente en la revista Science Advances.
Metodología
El equipo de investigadores reclutó a 88 mujeres que iban a dar a luz por primera vez que fueron evaluadas tanto al final del embarazo como en el posparto temprano. De forma similar –y en intervalos semejantes–, también se evaluaron los volúmenes del hipocampo y la amígdala de 30 mujeres (grupo control) que no estaban embarazadas con el fin de poder comparar.
Se utilizaron resonancias magnéticas de alta resolución para poder cuantificar los cambios de volumen en el hipocampo y la amígdala. Además, las participantes también completaron cuestionarios estandarizados mediante los cuales se evaluaban aspectos como la percepción de la experiencia del parto y los síntomas de depresión posparto.
Resultados principales
Los resultados fueron realmente sorprendentes. Aunque inicialmente se pudiera esperar que se produjera la reducción en estas estructuras, se observó que se producían variaciones asociadas a la experiencia subjetiva de cada mujer. Es decir, el contexto emocional y psicológico que se deriva del parto puede influir en cómo cambia el cerebro de una mujer en su camino hacia el posparto.
Por un lado, se encontró que las mujeres que presentaban más síntomas de depresión perinatal mostraban también un aumento del volumen en la amígdala derecha. Por otro lado, se observó que las experiencias de parto valoradas como más difíciles y desafiantes estaban vinculadas a incrementos bilaterales del volumen del hipocampo.
Interpretación del estudio
Tal y como podemos observar en estos resultados, no todos los cambios que se producen en el cerebro de las madres son neutros ni adaptativos. De hecho, algunos, como los mencionados previamente, pueden relacionarse con una mayor vulnerabilidad para desarrollar trastornos del estado de ánimo en el posparto.
Saber que la experiencia subjetiva del parto es tan importante para la salud mental materna –y, como consecuencia, la del recién nacido– es crucial. Estos hallazgos deberían ser la puerta de entrada a nuevas estrategias de prevención de salud mental para brindar apoyo psicológico durante el embarazo y el posparto, además de cuidados y respeto hacia las mujeres durante el parto.
Implicaciones para la salud mental materna
Afortunadamente, en los últimos años se está produciendo un incremento sobre el interés en todo lo relacionado con la salud mental materna –incluyendo aspectos como el embarazo, el parto y el posparto–. Esto es realmente necesario puesto que las cifras de depresión posparto son alarmantes y su impacto es realmente fuerte tanto en la mujer como en el entorno.
Así pues, que estudios de este tipo demuestran los cambios que se producen a nivel cerebral durante estos procesos es necesario porque aporta más conocimiento sobre las posibles vulnerabilidades a las que las mujeres hacen frente. De este modo, se puede promover la prevención temprana y la intervención puede ajustarse a las necesidades concretas de cada mujer.
De nuevo, recordemos que cuidar la salud mental de las madres se enfoca en el bienestar tanto de la mujer como de los hijos y las hijas. Es decir, que las madres sean cuidadas, respetadas y atendidas como necesitan durante el embarazo y el posparto favorece el establecimiento de vínculos afectivos seguros con sus hijos y esto es la base de un desarrollo infantil saludable.


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