Nuevas formas de sufrimiento psicológico en la sociedad actual

Tres maneras en que el malestar psíquico se transforma en nuestros días.

Nuevas formas de sufrimiento psicológico en la sociedad actual

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Casi para todos es ya bien conocido lo que significa atravesar una depresión o algún trastorno de ansiedad. Términos como burnout, duelo, ataque de pánico o trastornos alimenticios forman parte hoy del vocabulario común.

La mayoría reconoce algunos de sus síntomas, y ese conocimiento ha llevado a expandir la observación que cada persona hace de sí misma y de los demás. Sin embargo, los especialistas en salud mental hemoa ido identificando nuevas dificultades y formas de enfermar a nivel psíquico y emocional.

Con el paso de los años, el ser humano no solo evoluciona en el sentido de avanzar y mejorar, sino que también complejiza y reformula sus maneras de enfermar y de mal-estar en el mundo. ¿Quién no se ha sentido alguna vez desbordado, vacío, atrapado en rutinas sin sentido, o empujado a cumplir con exigencias externas que parecen más grandes que el propio deseo?

Las tres formas de malestar en nuestro tiempo

Se pueden señalar tres de estas nuevas formas de existir, que comienzan a constituirse en maneras singulares y complejas del sufrimiento actual:

1. Sinsentido, apatía y pseudoidentidades

Dar sentido a la vida, tener pasiones fecundas y animar la propia existencia se ha vuelto, cada vez con mayor frecuencia, una incapacidad observable en la consulta. Esto suele sustituirse por un goce en el no pensar, una apatía indiferente y la adopción de pseudoidentidades: formas de ser estándar, repetidas entre muchas personas, que obedecen a los mandatos sociales.

Uno de los grandes síntomas de la actualidad es la fatiga de existir, acompañada por los desgastantes esfuerzos de parecer personas “normales”. Esto se traduce en el uso de máscaras o fachadas para dar la impresión de estar adaptados, cuando en realidad implica una desconexión profunda con uno mismo.

Así, en la vida cotidiana pueden observarse personas que siguen sin cuestionarse nada más allá de las tendencias en redes sociales, que adoptan frases motivacionales como si fueran verdades absolutas, que moldean su imagen según filtros digitales, o que eligen sus gustos, música o modas no por un deseo auténtico sino porque “es lo que todos escuchan o consumen”.

2. Desconexión con el verdadero deseo

El sujeto hipermoderno encuentra cada vez más difícil asumir con valor la fatiga de existir y, en esa dificultad, evita y niega su verdadero deseo. Pero, ¿cómo acceder a ese deseo? El camino es a través de la experiencia de la verdad: una verdad íntima, singular, a veces extraña o incómoda, y que rara vez coincide con la imagen idealizada que cada persona tiene de sí misma.

Esa verdad no suele aparecer de manera ordenada, sino en pequeños momentos que nos desestabilizan y nos hacen perder el control: cuando se nos escapa una palabra que no queríamos decir, cuando un sueño nos inquieta, cuando olvidamos algo importante sin explicación, cuando un síntoma físico refleja lo que callamos, o cuando hacemos algo “sin querer” que deja al descubierto lo que realmente sentimos. Son esas grietas las que rompen la imagen sólida que creíamos tener de nosotros mismos y nos ponen frente a una verdad que nos obliga a convivir con la incertidumbre.

Una característica esencial del deseo es que no está bajo control ni voluntad. No se trata de algo que se elige deliberadamente, sino de aquello que hace ser a cada quien lo que es, y de lo cual inevitablemente depende.

La satisfacción del deseo —que implica pensar, crear y ser auténticos— es muy distinta del hedonismo que caracteriza a buena parte del hombre actual, aquel que busca satisfacerse de manera inmediata sin atravesar las restricciones que imponen los límites y la frustración. Esta diferencia se observa, por ejemplo, en quien crea una obra artística aunque implique años de esfuerzo y tropiezos, en contraste con quien solo busca distracción constante en series, consumo rápido o compras compulsivas.

¿Cómo saber si alguien se aleja de su verdad y de su deseo más profundo? Puede notarlo cuando evita sistemáticamente el silencio, cuando llena sus días de tareas sin sentido, cuando se siente vacío incluso después de conseguir lo que “se supone” debería hacerlo feliz —un nuevo dispositivo, un ascenso, un viaje planeado para las fotos—, o cuando prefiere ajustarse a lo que esperan los demás en lugar de arriesgarse a vivir algo verdaderamente propio.

3. Manía colectiva, descarga y acción imparable

Otra característica de nuestro tiempo, que va en dirección contraria a la capacidad de pensarse a sí mismo, es la tendencia a vivir en un estado maníaco colectivo. Se trata de una forma de vida que empuja permanentemente a la acción, la descarga, la hiperactividad: llenarse de actividades, estar intoxicado por el exceso de estímulos, nunca detenerse.

La consecuencia es que la capacidad de pensar queda reducida, porque el pensamiento profundo requiere tiempo, disponibilidad para perderse en el caos, la duda, lo real y lo incierto. En la consulta es frecuente observar a pacientes que se sienten incapaces de quedarse un momento en silencio, que confunden descanso con seguir en la pantalla, que saltan de una actividad a otra sin poder habitar lo que hacen, o que miden su valor en función de cuántas cosas logran producir en el día.

Es una especie de tragedia para la mente humana: estar tan aferrados a la realidad externa, perdiendo contacto contacto con lo más íntimo y creativo, quedando abrumados entre miles de actividades productivas, de esparcimiento o de consumo inmediato, todas alejadas de lo que verdaderamente da sentido y hace única la existencia.

Hoy en día, la curación debe consistir en reconectar con el deseo, un proceso que se realiza a través de experiencias creativas, de la posibilidad de elaborar, de crear y sostener la singularidad en lugar de caer en el conformismo. La curación a través de la palabra y el pensamiento que buscamos en distintas psicoterapias, también confronta con nuestra posibilidad de simplemente ser quienes somos, en toda nuestra amplitud y gama de emociones gratas y displacenteras.

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Tania Alejandra Zárate Tapia. (2025, agosto 27). Nuevas formas de sufrimiento psicológico en la sociedad actual. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/nuevas-formas-sufrimiento-psicologico-sociedad-actual

Psicoterapeuta psicoanalítica

Ciudad de México
Terapia online

Tania Alejandra Zárate Tapia es psicóloga y psicoterapeuta psicoanalítica con 14 años de experiencia clínica con adolescentes y adultos. Es promotora de la salud mental y el psicoanálisis, docente y redactora. Abordaje psicoterapéutico en el tratamiento de depresión, ansiedad, trastornos del estado de ánimo, dificultades con la forma de ser y la personalidad, conflictos familiares y con los vínculos de pareja y laborales, crisis en la juventud adulta, la identidad, la autoestima y el climaterio. Conflictos con la paternidad, maternidad y el embarazo.

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