El masoquismo se define como la perversión sexual de quien goza con verse humillado o maltratado por otra persona (De L. von Sacher-Masoch, 1836-1895, novelista austriaco). El sadismo se define como la perversión sexual de quien provoca su propia excitación cometiendo actos de crueldad en otra persona (De D. A. François, marqués de Sade, 1740-1814, escritor francés).
Diferenciando entre Sadismo, Masoquismo y Sadomasoquismo
Estas conductas que siempre hemos relacionado como algo no sano y relacionado con la perversión sexual, resulta que tienen una base psicológica, que no es muy diferente a la base que une las relaciones de pareja, que se supone que se basan en factores emocionales.
Perfil psicológico
Erich Fromm (1900), psicoanalista alemán, consideró que las personas en pareja, dependientes emocionalmente de otros, tienden a tener impulsos masoquistas y sádicos hacia su pareja, como resultado del miedo a quedarse solos, lo explica de la siguiente manera:
El objetivo del masoquista es abandonar su propia identidad individual, la que es libre, ya que considera que la condición de libertad del individuo significa la soledad, algo que le aterroriza, por ello busca a algo o a alguien a quien encadenar su yo. El sadismo comparte con el masoquismo ese miedo a encontrarse sólo cuando pierde a su objeto de sometimiento. Por lo que el masoquista y el sádico, crean la unión de un yo individual con otro, capaz de hacer perder a cada uno la integridad de su personalidad, haciéndolos recíprocamente dependientes, con un objetivo común, no encontrarse solos.
Cabe, pues, diferenciar entre el sadomasoquismo, el sadismo y el masoquismo. Para Fromm, en su libro El Miedo a la Libertad [1], los rasgos del carácter masoquistas como los sádicos tienden a ayudar al individuo a evadirse de su insoportable sensación de soledad e impotencia. Y ese miedo lo manifiestan de la tres posibles siguientes maneras.
Comportamientos masoquistas
- La persona se siente pequeña y desamparada: la persona intenta someterse a otra, al cual le concede una fuerza abrumadora sobre ella, es capaz de auto convencerse que no puede hacer nada para evitarlo, puesto que se reconoce como más pequeño y desamparado.
- Dejarse abrumar por el dolor y la agonía, las personas pensamos que hay que pagar un costo de sufrimiento, pero que al final llegará la paz interior y la tranquilidad, pensamos que es el precio que hay que pagar por no estar sólo, aún a sabiendas que ese final de felicidad no suele llegar.
- Abandonarse al efecto de la embriaguez: la persona prefiere renunciar a su propio yo, a su propia personalidad, entregándolo a otro individuo que tomará decisiones por ella, asumirá responsabilidades por ella, pero al formar parte de una persona, no se sentirá sola y no tendrá que asumir dudas en la toma de decisiones.
Comportamientos sádicos
La persona trata de dominar y de tener poder sobre otra, pero no para destruirla sino para conservarla a su lado.
En las personas tanto los comportamientos masoquistas y sádicos van oscilando en el tiempo, estos comportamientos masoquistas están presentes en las relaciones de pareja y son consideradas como expresiones de amor, los comportamientos sádicos son considerados como expresiones de celos y obsesión con la pareja.
Así que ahora, podemos reflexionar sobre nosotros y cuestionarnos si preferimos la libertad individual y hacer frente a la soledad o bien preferimos someternos a alguien o manipular a un tercero con tal de no encontrarnos solos.
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Referencias bibliográficas:
- Fromm, E. (1993). El miedo a la libertad. Obras Maestras del Pensamiento Contemporáneo. Barcelona. Planeta-Agostini