Es obvio que vivimos en una sociedad en la que lo contabilizamos todo y establecemos jerarquías para todo; por ejemplo, en las amistades, están las personas saludadas, las conocidas, las amigas para tomar algo, las amigas para hablar y las mejores amigas, y podríamos seguir desglosando y creando categorías.
Esta manera de pensar mediante jerarquías la tenemos tan arraigada que también la aplicamos a nuestras relaciones sexuales. Hablamos de “bases” o “fases” cuando estamos conociendo a alguien de forma afectivo-sexual y tenemos conversaciones como:
-¿Os habéis besado ya?
-No, todavía no hemos llegado a esa base...
Pero... ¿Qué pasa cuando llegamos a la “base” del sexo? ¿Cómo sabemos si hemos tenido sexo o no? ¿Qué guía utilizamos para saberlo? ¿Has tenido sexo si te has besado, o hace falta algo más? Para aclararnos hemos creado unas “fases” que diferencian lo que es una relación sexual de lo que no.
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El sexo y sus “fases”
Antes de entrar en el tema, te propongo un ejercicio. Voy a presentarte 4 palabras que rápidamente deberás relacionar con el momento de la relación sexual en el que se producen. Allá vamos:
¿Qué tal ha ido? Sencillo, ¿verdad? La mayoría de las personas relacionamos las caricias y los besos con los llamados preliminares, el coito con el sexo en sí (también cuando pensamos en una relación sexual lo primero que se nos viene a la mente es el coito) y el orgasmo lo relacionamos con el final de la relación sexual.
De esta manera, a cada práctica le damos un lugar y un espacio. Esto no está del todo mal para poder entender cómo funciona el sexo en términos generales (socialmente aprendido), pero muchas veces nos genera confusión:
-¿Lo habéis hecho ya?
-No, bueno sí, o no… no lo sé… nos besamos y nos tocamos, yo tuve un orgasmo, pero no hicimos más… ¿eso cuenta como haberlo hecho?
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¿Por qué tanta confusión?
¿Habéis tenido alguna vez esta conversación? La gran mayoría hemos tenido esa duda. El hecho de dividir la relación sexual en fases nos hace creer que hay ciertas cosas que tienen que ocurrir y que hay un protocolo a seguir: preliminares, coito y orgasmo. Esto hace que creamos que no hemos tenido sexo si no ha habido coito o que hemos tenido un sexo incompleto si no ha habido orgasmo.
Las relaciones sexuales son un proceso donde nosotros/as decidimos cuándo se acaba, el orgasmo no marca el fin. El sexo es, en realidad, un juego sexual de vaivenes donde tienen cabida todas las prácticas. Es un intercambio de intimidad, deseo y placer.
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Los preliminares no existen
Desmitifiquemos estas categorías.
Los preliminares no existen, porque como no tenemos que llegar a ningún sitio, no hay que hacer nada previo, todo entra dentro del juego sexual.
El coito no siempre tiene por qué darse, y eso no hace que no se haya tenido sexo. Relacionar sexo y coito como si fuesen casi sinónimos hace que otras prácticas queden invisibilizadas y, además, hace que el sexo sólo se entienda en parejas heterosexuales.
El orgasmo es fantástico, no lo vamos a negar, pero si empezamos a asumir que puede o no estar, disfrutaremos mucho más, nos quitaremos una carga mental. Si entendemos el orgasmo y el coito como algo que debe darse en un encuentro, pondremos a nuestra mente en “modo competitivo” y sólo estará fijada en conseguir llegar a ese punto, lo que hará que no disfrutemos al 100% de lo que está ocurriendo.
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Desde el primer beso hasta la última mirada todo es sexo
Si has tenido una sesión intensa de besos, has tenido sexo. Si has jugado a desnudarte y sólo acariciaros, has tenido sexo. Si os habéis enviado fotos sexys, has tenido sexo y si os habéis masturbado mutuamente (con o sin orgasmo), has tenido sexo.
Para acabar te propongo que, en tu próxima relación sexual, tu pareja/s y tú os prohibáis tocaros los genitales y experimentéis tocándoos todo el cuerpo desde la punta de los pies hasta la cabeza (por turnos), con caricias, besos, con las uñas, con toques suaves y apretones ligeros… Reinventa tus relaciones sexuales, olvídate de llegar al orgasmo, céntrate en disfrutar del tacto y haz que tu sexo no sea lineal y consecutivo, sino una montaña rusa de experiencias.
PsicoAlmería Centro De Psicología E Hipnosis Clínica
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Soy Gisell Chavasco, Psicóloga y Sexóloga de PsicoAlmería. Si tienes dudas en relación con el tema expuesto en este artículo o necesitas asesoramiento y ayuda a nivel personal o de pareja, tanto mis compañeras como yo estaremos encantadas de ayudarte. El primer paso es importante para el cambio, puedes contactarnos sin compromiso.