Al igual que sucede en el mundo físico, la atracción en el mundo social es aquello que mantiene unidas a las personas de una u otra forma o, al menos, hace que interactúen.
Las relaciones interpersonales pueden verse influidas por varios tipos distintos de atracción y, de hecho, estas diferentes modalidades pueden contribuir a que se generen nuevas relaciones sociales.
A continuación vamos a explorar un poco más a fondo cuáles son los principales tipos de atracción de acuerdo con la psicología social.
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Los tipos de atracción según la Psicología Social
Si bien la idea de atracción es un concepto propio de la física, esta palabra suele usarse también en el campo de las relaciones interpersonales, uno de los objetos de estudio de la psicología social.
Dentro de esta rama de la psicología, junto con la antropología y la sexología, se han propuesto diferentes tipos de atracción para explicar la relación que pueden sentir dos o más personas, tanto en lo sexual y romántico como en la amistad y lo intelectual.
Podemos definir a la atracción interpersonal como una fuerza que despierta otras personas en nosotros, es decir, es el deseo que nos despiertan los demás. Decimos que nos sentimos atraídos hacia alguien cuando esa persona nos produce ciertas ganas de interactuar con ella, conocerla, mantener una conversación, convertirnos en sus amigos o, incluso, mantener relaciones más intensas como pueden ser las sexuales.
De acuerdo con Claire Hart, profesora de psicología de la Universidad de Southampton, hay una serie de factores que influyen en el surgimiento de atracción entre dos o más personas. Estos factores son principalmente la proximidad y la familiaridad, que se traducen en que, de alguna manera, tendemos a experimentar cierta fascinación, interés y mayor atracción hacia aquellas personas que vemos a menudo o con las que interactuamos con frecuencia.
Es normal que sintamos atracción hacia personas con las que nos relacionamos cada día, como pueden ser un compañero de trabajo, un amigo o incluso la dependienta de la panadería que solemos visitar. Como se dice popularmente, el roce hace el cariño, y si dos personas interactúan con frecuencia con el paso del tiempo es inevitable que surja algún tipo de vinculación, una atracción que no tiene por qué ser necesariamente de tipo amoroso.
Esto no quiere decir que no podamos sentir atracción hacia un total desconocido. Seguro que nos ha pasado en más de una ocasión que, paseando por la calle, nos hemos cruzado con una persona muy atractiva o que, viendo la televisión, hayamos visto la entrevista de alguien cuya forma de pensar, hablar y temáticas que le resultan de interés nos han llamado la atención. Podemos sentir atracción hacia alguien que solo hemos visto una vez, pero por lo general esa atracción no dura y acaba desvaneciéndose con el paso del tiempo.
Existen diferentes tipos de atracción, las cuales varían según el tipo de deseo que aparece y el tipo de relación que mantengamos con aquella persona que nos despierta interés. Cada tipo de atracción presenta sus particularidades, las cuales vamos a ver a continuación.
Las 9 modalidades de atracción entre personas
Podemos decir que, principalmente, existen hasta 6 tipos de atracción diferentes, uno de ellos subdividido en dos subtipos. Cada una tiene sus particularidades, habiendo algunas que se relacionan más con la amistad y la curiosidad y otras en las que se movilizan intereses y deseos más intensos, como el amor y el sexo.
1. Atracción romántica
La atracción romántica es un tipo de atracción que, a pesar de lo que muchos puedan pensar de primeras, no tiene que ver tanto con la sexualidad propiamente dicha. No se trata de la atracción sexual hacia alguien, sino más bien el deseo de establecer una relación romántica con otra persona. Así pues, se trata de un tipo de atracción de tipo emocional y más profunda.
Este tipo de atracción puede surgir cuando, tras llevar bastante tiempo manteniendo una muy buena amistad con alguien, de repente sentimos que queremos profundizar más, establecer una relación sentimental con esa persona. Queremos dejar de ser amigos y pasar a ser su pareja.
Por este motivo podemos decir que el amor se fundamenta en la atracción romántica, aunque también entran en juego otros tipos de atracciones que veremos en los siguientes puntos.
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2. Atracción de amistad
La atracción de amistad, o amistad a secas, es una de las más comunes de nuestra sociedad. Consiste en el deseo de compartir momentos con una persona a la que consideramos amiga y surge cuando una persona nos ofrece su confianza, nos otorga bienestar emocional y nos sentimos satisfechos quedando con ella. Con o sin interés sexual y romántico, esta atracción tiene que ver con la necesidad y las ganas de disfrutar y pasar tiempo con una persona.
3. Atracción física o sexual
La atracción física o sexual es, como su propio nombre viene a indicar, un tipo de atracción más carnal. Es normal que cuando decimos que nos atrae alguien pensemos en este tipo de atracción, que consiste en sentir un deseo intenso hacia otra persona en el sentido más físico y sexual.
En esta tipología de atracción se pueden ver mezclados el deseo, la sexualidad, la necesidad de cercanía y, en especial, el contacto físico. Hay además una serie de ingredientes neuroquímicos y hormonales que modulan a la misma, tales como la oxitocina, la adrenalina y la dopamina...
Este tipo de atracción la podemos subdividir en dos tipos: atracción sexual subjetiva y atracción sexual objetiva.
3.1. Atracción sexual subjetiva
La atracción sexual subjetiva se trata de la situación en la que nos atrae alguien físicamente pero porque le atribuimos un cierto poder o fantasía sexual. Es decir, es la atracción que sentimos hacia alguien que no tiene por qué ser necesariamente guapa o atractiva físicamente, pero que nos despierta cierta química por su forma de ser.
Nos pueden atraer sexualmente tanto personas conocidas, como sería el caso de amigos o de nuestra propia pareja, y también personas desconocidas, como cualquier persona aleatoria con la que nos encontramos por la calle. La intensidad de esa atracción variará de un caso a otro y, también, en función de si alimentamos tal fuerza con fantasías sexuales.
3.2. Atracción sexual objetiva
La atracción sexual objetiva se trata de esa fuerza que sentimos hacia alguien que es indiscutiblemente atractiva físicamente. Es decir, es el tipo de atracción que se manifiesta hacia alguien que es objetivamente atractivo, al margen de cuáles sean nuestros gustos y la posible química que pueda haber con ella.
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4. Atracción sentimental
La atracción sentimental se asemeja a la atracción romántica, puesto que se relaciona con el aspecto más sentimental y emocional de una relación interpersonal. Sin embargo, en este caso los sentimientos no tienen por qué ser de tipo romántico o amoroso, pudiéndose mantener una relación sentimental con un amigo, una pareja sexual o un familiar. Este tipo de atracción consiste en que alguien nos despierte sentimientos intensos, sin necesidad de establecer una relación de pareja con él.
5. Atracción sensual o sensorial
La atracción sensual o sensorial tiene que ver con el contacto físico, pero no necesariamente implica una relación sexual, sino más bien una relación de cercanía y proximidad.
Decimos que una relación es sensual cuando las caricias, los abrazos, los mimos y la cercanía toman mucho protagonismo. Una persona nos atrae sensorialmente cuando queremos experimentar con nuestros sentidos a la otra persona, queremos sentirla cerca, ya sea nuestra pareja, un amigo, nuestros hijos.
6. Atracción intelectual
Por último nos encontramos con la atracción intelectual, que consiste en el deseo de querer conocer a alguien en su faceta más intelectual, como su propio nombre viene a sugerir. Es decir, es la atracción que sentimos hacia alguien que nos interesa, que ofrece opiniones, pensamientos, conocimientos y otros aspectos del área más del saber que nos llaman la atención, que nos fascinan.
A menudo se relaciona a este tipo de atracción con la sapiosexualidad, esto es, la supuesta atracción sexual hacia personas inteligentes. Esta idea, más que una orientación sexual, es un gusto, como lo son también el que prefiramos a las mujeres rubias, a los hombres con barba o personas de una determinada raza. La atracción intelectual es un aspecto que no implica intereses sexuales, sino culturales, mientras que la sapiosexualidad es meramente un término que ciertas personas usan para hacerse notar.
7. Atracción emocional
La atracción emocional surge cuando una persona despierta en nosotros un interés basado en su manera de expresar emociones, comprendernos o conectarse a un nivel afectivo profundo. Este tipo de atracción no necesariamente implica un vínculo romántico o sexual, sino más bien una conexión en la que sentimos que esa persona nos entiende, nos hace sentir cómodos y validados.
Este tipo de atracción es común en relaciones de amistad cercana o familiares, y puede ser la base para construir vínculos más profundos en otros aspectos, como los románticos o intelectuales. Se manifiesta cuando valoramos la empatía, sensibilidad o calidez emocional de alguien.
8. Atracción espiritual
La atracción espiritual está relacionada con un interés hacia una persona basado en sus creencias, valores o su forma de interpretar el mundo desde un plano trascendental o espiritual. Es una conexión que va más allá de lo físico y emocional, centrándose en aspectos existenciales y filosóficos.
Este tipo de atracción puede darse entre personas que comparten una misma religión, filosofía de vida o simplemente un enfoque similar hacia temas espirituales. También puede surgir cuando admiramos a alguien por su sabiduría espiritual, su manera de inspirarnos o por ser una fuente de paz y guía en nuestra vida.
9. Atracción estética
La atracción estética no está necesariamente relacionada con el deseo sexual o romántico. Es un tipo de atracción que surge cuando encontramos a una persona visualmente agradable, como si admiráramos una obra de arte.
En este caso, podemos sentirnos atraídos por la belleza de alguien sin sentir deseos de establecer una relación más cercana. Se trata de una apreciación puramente visual o estética, similar a la que podríamos tener por un paisaje o una pintura. Este tipo de atracción es común y puede estar influenciada por normas culturales y cánones de belleza.
Estos tres tipos adicionales muestran cómo la atracción puede manifestarse en diferentes aspectos de nuestras relaciones, reforzando la idea de que las conexiones humanas son multifacéticas y únicas.
Conclusiones
Como podemos ver, existen muchos tipos de atracciones que van más allá de la idea popularizada de que toda atracción es necesariamente sexual y carnal. Nos puede atraer alguien por su forma de pensar, otros por su forma de ser en el plano emocional y también nos atraen las personas de una forma que queremos ser sus amigos, sin necesidad de intereses sexuales o de pareja.
Al igual que sucede en la física con el mundo material, la atracción es lo que mantiene cohesionada y unidas a las personas, hace que sientan interés las unas por las otras y quieran contribuir en su bienestar o, al menos, darse placer mutuamente. Como animales sociales que somos, es inevitable que a lo largo de nuestra vida sintamos algún tipo de atracción hacia alguien y, de hecho, es esta fuerza la que ha conseguido que nuestro entorno más cercano esté constituido de una u otra forma.
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