Cómo superar una Amistad Rota

Consejos útiles para pasar página después de ver cómo una amistad llega a su fin.

Cómo superar una amistad rota

Tengamos más años o menos, más habilidades sociales o menos, todos hemos tenido en algún momento de nuestra vida una relación de amistad. Puede que buscáramos en esa relación compartir gustos comunes, pasarlo bien, tener un hombro sobre el que llorar, o puede que todo ello combinado.

Sin embargo, a veces es inevitable la ruptura de la relación, ya sea por una discusión fuerte, una traición, distanciamiento físico o emocional, rencores acumulados, necesidad de acabar con una dinámica tóxica, o dejar de tener afinidades.

En estos casos, puede que nos resulte complicado poder superar la ruptura. Es por ello que te traigo este artículo, en el que te describo por qué son importantes las amistades y cómo superar una amistad rota.

¿Por qué nos importa tanto que se haya roto la amistad?

Desde que nacemos, las personas somos seres sociales. Necesitamos por naturaleza sentirnos apoyados, queridos y formar parte de un grupo. Generalmente, cuando estamos con otras personas con las que tenemos relaciones sanas, nos aportan paz, risas y alegría.

Cuando somos pequeños, nuestra red de apoyo es nuestra familia. Son nuestros ídolos, nuestros modelos a seguir y acudimos a ellos cuando necesitamos apoyo y cariño. En cambio, cuando llegamos a la adolescencia, la cosa cambia: nos individualizamos, buscamos independencia de nuestra familia y empieza a ganar importancia las amistades.

Ya somos “mayores” y queremos no depender de nuestra familia, pero seguimos necesitando compañía. De esta manera, las amistades pasan a ser nuestra principal red de apoyo y se vuelven el centro de nuestra vida. Es por eso que muchos adolescentes empiezan a probar ciertas actividades o estilos, que en un principio no encajaba con su forma de ser, pero buscan agradar a su entorno.

Cuando finalmente somos adultos, la importancia de las relaciones sociales depende de nuestra propia experiencia y decisión. Hay quienes prefieren volver cerca de la familia y mantener el vínculo fuerte, pero también quienes deciden cuidar a su segunda familia, a la que eligen: los amigos. Es por eso que nos duele tanto una amistad rota, y surge un proceso de duelo.

El duelo

El duelo es el proceso natural psicológico que sufrimos tras una pérdida. Este proceso psicológico se caracteriza por emociones como tristeza y lástima, pero también pueden ser confusión, culpa y resentimiento. El duelo cuenta con una serie de fases (negación, ira, negociación, depresión y aceptación) que cada persona vive de manera distinta, no pasando por todas las fases ni en el mismo orden necesariamente.

Habitualmente, pensamos que el duelo está asociado a una muerte, o puede que vayamos un paso más y recordemos que una ruptura de pareja también supone un duelo. Sin embargo, no siempre caemos en la cuenta de que el duelo puede surgir cuando rompemos una relación de amistad, en cierta manera infravalorándola con este despiste.

La mayoría de las veces tenemos la concepción compartida socialmente de que una amistad no supone un vínculo tan fuerte como una pareja o un familiar, y sin embargo, para muchísimas personas sí que lo es.

Para que haya una amistad, en un principio se tenían que dar una serie de condiciones ideales para que decidiéramos estar con esa persona: afinidad, diversión, cariño, empatía… Con la ruptura de amistad, tenemos que decir adiós a una persona de la que disfrutábamos su compañía y teníamos un vínculo especial.

Es más, un duelo por una amistad puede ser más complicado que el surgido por una muerte de un ser querido. En una amistad rota, al igual que una ruptura de pareja, la otra persona sigue viviendo y nos toca aceptar que ha tomado la decisión consciente de que no quiere seguir teniéndonos en su vida. Y es que una amistad rota implica darle mucha importancia a una fase del duelo: la aceptación.

¿Qué hago para superar una amistad rota?

Una vez que comprendes por qué te importa tanto que se haya roto la amistad, es posible que consigas sentirte algo mejor. Sin embargo, no es suficiente para superar una amistad rota. A continuación, te dejo una serie de recomendaciones que puedes seguir para superar una ruptura de amistad.

1. Asegúrate de que no haya posibilidad de recuperar la relación

Este paso te lo incluyo por si acaso, ten en cuenta que no conozco tu caso y no sé qué has intentado y qué no. Antes de dar por perdida la relación con tu amigo/a, analiza la situación. ¿Por qué consideras que se ha roto la amistad? ¿Es algo irrecuperable?

Si la posible ruptura es una discusión del momento o una traición, daros tiempo. Puede que todavía sea reciente y no haya posibilidad de hablar las cosas asertiva y calmadamente, pero que en un futuro sí sea posible y podáis perdonaros.

Por otro lado, si la causa ha sido un distanciamiento, prueba a decírselo directamente. Puede que estéis sufriendo los/las dos y ninguno/a queráis que se pierda la relación, pero no os habéis atrevido a frenarlo hasta ahora.

Si no es ninguno de estos casos y consideras que la relación es insalvable, lo siento mucho. Sé lo que es perder una relación de amistad y puede ser muy doloroso. En ese caso, te recomiendo que vayas directamente al siguiente paso.

2. Dale espacio y tiempo a tu duelo

En el caso de que la amistad no se pueda recuperar, te toca aceptar la dura realidad. Cuando hablo de aceptar, me refiero a:

  • Que dejes de luchar contra la realidad.
  • Que, a pesar de que todo tiene una causa, muchas veces no sabrás cuál es y te tendrás que quedar con la duda. Como mucho, puedes aceptar una hipótesis.
  • Que aunque lo estés pasando mal ahora, podrás seguir adelante y la vida sigue mereciendo la pena.
  • Todo esto requiere aceptar tus pensamientos y emociones, y el pasado, presente y futuro.

Lograr esta aceptación es algo difícil, y requiere su tiempo, así que respeta tu propio ritmo y atiende a tus necesidades. Dale espacio a tus emociones y pensamientos, todas tienen algo que decirte.

Las emociones que surgen con el duelo nos ayudan a reflexionar sobre lo que ha pasado, por qué ha ocurrido y cómo podríamos haberlo hecho mejor o evitarlo. Concédete esta pausa que te piden tus emociones y saca tus propias conclusiones. Puede que incluso aprendas de la situación y puedas crecer aún más como persona.

¿Y por qué es tan importante que aceptemos que la amistad está rota? Porque resistirnos al dolor solo duplica el sufrimiento y nos mantiene en él. Por eso, para que haya un cambio en nuestro bienestar, es necesario que haya aceptación.

3. No dejes de cuidarte a ti mismo/a

Las emociones y pensamientos tienen algo que decirte, sí, pero no hace falta que las atiendas las 24 horas del día. Centrarte solo en los recuerdos, pensamientos negativos y las emociones desagradables pueden agotarte mucho física y mentalmente.

La idea es que saques tus propias conclusiones a raíz de las emociones y pensamientos que te surgen. Si ya lo has hecho, y notas que solo le estás dando vueltas a lo mismo, no te está aportando nada más que sufrimiento innecesario.

Para no estar centrado/a todo el día en ellos, te aconsejo que te cuides a ti mismo/a haciendo actividades agradables. Practica tus aficiones favoritas, prepárate una buena comida que te encante, date un paseo al atardecer… Esto ya depende de tu gusto, pero básicamente haz lo que más disfrutes.

4. Apóyate en tus seres queridos

La mejor manera de llevar un duelo es hacerlo acompañado/a, hablar sobre ello y expresar nuestras ideas y emociones en voz alta. El duelo es un sentimiento común entre las personas, y es fácil que nos comprendamos los unos a los otros.

Puede que tú no hayas sido la única persona que ha perdido esa amistad, así que puedes hablarlo con aquellos que comparten tu dolor. Incluso puedes hablarlo con otras personas, es muy probable que también hayan vivido una ruptura de amistad y sepan apoyarte. Déjate querer por estas personas y céntrate en lo valiosas que siguen siendo esas amistades.

  • Esclapez, M. (2022). Me quiero, te quiero: Una guía para desarrollar relaciones sanas (y mejorar las que ya tienes). Bruguera.
  • Llamas, D. (2023). Cuidarme bien. Quererte mejor. Aprende a relacionarte de manera sana y responsable. Grijalbo.
  • Neimeyer, R. A. (2002). Aprender de la pérdida. Una guía para afrontar el duelo. Ediciones Paidós Ibérica, S.A.
  • Payas, A. (2023). El mensaje de las lágrimas. Cómo vivir la pérdida de un ser querido. Paidós.

Psicóloga

Lucía Gómez es psicóloga general sanitaria, con formación en los modelos cognitivo-conductual y sistémico centrado en soluciones. Ofrece terapia individual, de pareja y de familia, tanto de forma presencial en Málaga como online. Apasionada de la escritura y de la psicología desde joven, ha querido juntar sus dos vocaciones para aportar su granito de arena al mundo y poder ayudar a los demás.

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