La imagen de una jaula de oro puede resultar bonita a primera vista para algunas personas. Sin embargo, si nos detenemos a pensarlo detenidamente, por mucho que sea dorada, no deja de ser una jaula. Un lugar en el que se mantiene atrapado un ser vivo, en contra de su voluntad y sin recursos para poder salir.
¿Habías escuchado alguna vez el concepto que hay bajo el nombre del síndrome de la jaula de oro? En el transcurso del presente artículo hablaremos sobre qué es este síndrome, cuáles son sus causas y las consecuencias que puede generar en las personas. Finalmente, planteamos algunas de las estrategias que pueden ser útiles para abordar la situación.
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¿Qué es el síndrome de la Jaula de Oro?
Es necesario partir de la base de que este síndrome, a día de hoy, no se encuentra contemplado en ningún manual de criterios diagnósticos para las enfermedades de salud mental. Sin embargo, el término empieza a ganar popularidad a nivel social.
Al hablar del síndrome de la jaula de oro, también conocido como el síndrome de la jaula dorada, se hace referencia a la sensación que tienen algunas personas de estar atrapadas en situaciones que, aparentemente, son ideales. Sin embargo, la experiencia de las personas es que esas situaciones determinadas son asfixiantes, limitantes y les quitan la energía.
Pese a que puede ser aplicado en diversos contextos y situaciones, habitualmente se emplea este concepto para hacer referencia a contextos laborales. En este sentido, se aplica ante aquellas personas que reciben un salario que se considera elevado o bueno y, aún así, la persona siente una profunda insatisfacción, frustración y falta de libertad.
También es común utilizarlo para hacer referencia a aquellas personas que no se sienten satisfechas a nivel personal a pesar de tener lo que socialmente se considera como “éxito” o determinados lujos. No podemos olvidar que la satisfacción personal va ligada al autoconocimiento y a la escucha de las propias necesidades, no a los bienes materiales.
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¿Cuáles son sus causas?
Dependiendo de cada caso, puede que varíen las causas que influyen en el hecho de que una persona se sienta atrapada en una situación determinada por buena que parezca socialmente. Es decir, hay diversos factores que pueden llevar a una persona a desarrollar el síndrome de la jaula de oro. A continuación mencionamos algunos de los más comunes.
Por un lado, es importante tener en cuenta que determinados factores sociales pueden tener un gran impacto. Las expectativas que se hayan generado a nivel familiar entorno a una situación, las creencias sociales alrededor de lo que se considera éxito o estatus pueden ser un aspecto clave a la hora de que una persona sienta presión por mantener determinadas apariencias.
Por otro lado, también se podrían destacar aspectos individuales relacionados principalmente con la esfera psicológica. En este sentido, las herramientas y estrategias que cada persona tiene pueden influir en cómo hacen frente a factores como el miedo al cambio, el miedo al rechazo y la presión social. Factores como el autoconcepto y la autoestima son cruciales.
Finalmente, no podemos olvidar que, especialmente en contextos en los que este síndrome se relaciona con situaciones laborales, el factor económico tiene un papel protagonista. Estar en un puesto de trabajo en el que la remuneración económica es alta puede suponer una dificultad añadida para cambiar la situación.
¿Qué consecuencias genera este síndrome?
Si pensamos en que este concepto se aplica en una situación laboral, es fácil pensar que las consecuencias pueden ser en este mismo ámbito. Tal y como hemos mencionado anteriormente, las personas suelen sentirse frustradas, estancadas y atrapadas en su situación laboral. Este hecho, sin duda, puede tener un impacto negativo en la carrera profesional de la persona.
Independientemente del ámbito laboral, también pueden darse graves consecuencias en otros ámbitos de la vida de las personas. El hecho de sentirse atrapado/a en una situación que socialmente se considera ideal puede generar un fuerte impacto en la salud mental y emocional de las personas.
El estrés, la ansiedad o incluso la depresión, entre otras alteraciones o dificultades emocionales y psicológicas, son consecuencias fácilmente observables en las personas que padecen el síndrome de la jaula de oro.
Con todo lo expuesto hasta este momento, es probable que también se generen dificultades a nivel relacional. Además del malestar generado por la situación en sí y la insatisfacción personal sentida, el sufrimiento puede empeorar al ver que ciertos vínculos, bien sean laborales, familiares o de amistad, se ven deteriorados o en riesgo.
¿Cómo se puede salir de la jaula de oro? Estrategias
El primer punto para empezar a cambiar la situación en la que se ha producido el síndrome de la jaula de oro es darse cuenta de que nos está sucediendo. A continuación se mencionan algunos aspectos a tener en cuenta puesto que pueden ser señales de alerta:
- Contar constantemente los días hasta el fin de semana, vacaciones o festivos.
- Sentirse sin energía, exhausto/a constantemente.
- Tender a evitar el contacto con otras personas (bien sean del entorno laboral o no).
- Sentir desesperanza y/o resignación ante la situación, pensar que no puede cambiar.
- Tener una actitud y pensamientos negativos hacia la situación problemática.
Para salir de la jaula dorada, es importante realizar introspección para permitirse conectar con la propia autenticidad. Esto posibilita saber cuáles son los propios deseos y valores para poder actuar de forma alineada con estos. En este punto, quizá es interesante también cuestionarse valores y creencias relacionados con las metas, el éxito y el desarrollo profesional o personal
Además, también es interesante trabajar en otros aspectos como la gratitud y la aceptación. Es cierto que la jaula dorada ofrece una sensación de seguridad y confort de la que puede dar miedo salir. Por ello, también es necesario trabajar con el manejo de la incertidumbre.