Sara tiene 27 años y, hasta hace poco, pensaba que simplemente era "demasiado sensible" o "rara". Siempre sintió que socializar era un esfuerzo, que los ruidos fuertes la abrumaban más que a los demás y que necesitaba tiempo a solas después de eventos sociales.
Cuando cumplió 25 años, recibió un diagnóstico de autismo. De repente, muchas cosas empezaron a encajar: su tendencia a fijarse en detalles que otros ignoraban, su necesidad de rutinas, su incomodidad en situaciones sociales.
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Durante años, sus síntomas pasaron desapercibidos porque el autismo en mujeres suele diagnosticarse menos y más tarde que en hombres. Pero, ¿por qué ocurre esto? Sobre eso hablaremos en este artículo.
¿El autismo es diferente en mujeres y hombres?
La verdad es que sí, y hay varias razones para ello. Primero, la forma en que se presentan los síntomas varía bastante.
De hecho, en los hombres, el autismo suele notarse más porque pueden tener dificultades evidentes para comunicarse, interpretar las emociones de los demás o adaptarse a los cambios. Muchas mujeres autistas han aprendido a observar e imitar las interacciones sociales para no destacar demasiado, lo que se conoce como "camuflaje". Esto hace que su autismo pase desapercibido, incluso para ellas mismas.
Otro punto importante es que los intereses de las mujeres con autismo suelen ser diferentes a los de los hombres. Mientras que en los niños es común que se obsesionen con temas como trenes, números o datos científicos, en las niñas estos intereses pueden parecer más comunes o socialmente aceptados, como la literatura, la música o los animales. Por eso, nadie se pregunta si hay algo más detrás de esa pasión intensa.
Además, hay una mayor tendencia a que las mujeres con autismo quieran conectar con otras personas, aunque eso no significa que les resulte fácil. Muchas veces, intentan forzar esas interacciones sociales para encajar, lo que puede generar ansiedad y agotamiento emocional.
Características del autismo en las mujeres
A continuación, mencionaremos algunas señales:
1. Camuflaje social
Las mujeres con autismo suelen esforzarse por encajar en su entorno social. Pueden aprender a copiar expresiones faciales, tonos de voz o gestos para que parezca que entienden las normas sociales, aunque por dentro les cueste mucho. Esto puede hacer que pasen desapercibidas, pero a largo plazo suele ser agotador y generar estrés.
2. Intereses intensos pero "aceptables"
Las personas con autismo suelen tener intereses muy marcados. En las mujeres, estos pueden ser sobre literatura, cultura pop, psicología o incluso ciertas series de televisión. Como estos temas no llaman tanto la atención, nadie asocia esta intensidad con el autismo.
3. Sensibilidad sensorial
Muchas mujeres autistas son muy sensibles a ruidos fuertes, luces brillantes o ciertas texturas en la ropa. Sin embargo, en lugar de expresar su incomodidad abiertamente, suelen acostumbrarse a lidiar con ello en silencio, lo que contribuye a que su autismo no se detecte fácilmente.
4. Dificultades en la socialización
Aunque pueden parecer sociables, muchas mujeres con autismo tienen problemas para interpretar señales no verbales, mantener conversaciones fluidas o entender las dinámicas grupales.
De hecho, muchas veces pueden sentirse agotadas después de socializar o tener la sensación de que están "actuando" en lugar de ser ellas mismas.
5. Necesidad de rutina
El cambio puede ser difícil de manejar para una mujer autista. Las rutinas dan una sensación de estabilidad, y los imprevistos pueden generar ansiedad o incomodidad. Sin embargo, esta necesidad de estructura muchas veces se disimula para no parecer "demasiado rígida".
6. Agotamiento emocional
Todo este esfuerzo por encajar tiene un precio. Muchas mujeres con autismo sienten que no pueden relajarse en entornos sociales porque siempre están analizando lo que deben decir o hacer. Esto puede llevar a ansiedad, depresión o incluso burnout.
¿Por qué se diagnostica en menor medida?
Históricamente, el autismo se ha considerado un trastorno más común en hombres. De hecho, los primeros estudios se basaron principalmente en varones, lo que llevó a que los criterios de diagnóstico estén más ajustados a cómo se manifiesta en ellos. Como resultado, muchas mujeres con autismo terminan siendo diagnosticadas erróneamente con ansiedad, depresión o incluso trastornos de la personalidad.
Además, el camuflaje juega un papel súper importante. Al esforzarse tanto en encajar, las mujeres con autismo pueden parecer "normales" en evaluaciones superficiales. Sin embargo, este esfuerzo constante puede llevar a un gran desgaste emocional e incluso a problemas de salud mental.
Un dato importante a mencionar es un estudio publicado en 2022 y liderado porRobert McCrossin, que sugiere que la proporción real de niños y niñas con autismo es más cercana a 3:1, en lugar de la cifra tradicional de 4:1. Según este estudio, hasta el 80% de las niñas con autismo no son diagnosticadas antes de los 18 años. Esto deja a muchas mujeres sin respuestas hasta la edad adulta.
¿Qué hago si sospecho que tengo autismo?
Si al leer esto sientes que podrías estar en el espectro autista considera buscar la opinión de un profesional especializado en autismo en mujeres que tenga experiencia en este ámbito y la capacidad de realizar una valoración para obtener un diagnóstico adecuado y fiable.
Si obtienes un diagnóstico, puede ser un gran alivio entender por qué te has sentido de cierta manera toda tu vida. También te ayudará a encontrar estrategias para gestionar el estrés, la sensibilidad sensorial y las interacciones sociales sin forzarte a encajar en moldes que no van contigo.
Al final del día, el autismo no es un defecto ni algo que deba "corregirse"; es simplemente una forma diferente de procesar el mundo.
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