A lo largo de cientos de miles de años de evolución y selección natural, el organismo humano ha ido puliendo diversas maneras de evitar situaciones que supongan peligro.
Una de ellas es algo tan básico como el desarrollo de receptores del dolor, o nociceptores, que están repartidos por muchas áreas de nuestro cuerpo, especialmente cerca de nuestra piel, que es la zona en la que con más frecuencia aparecen amenazas evitables.
Claro que, mirándolo todo desde cierta perspectiva, el dolor, más que una herramienta útil, puede resultar un suplicio... literalmente. Existen muchas situaciones que producen tanto dolor que durante un tiempo determinado invaden por completo todos los procesos emocionales y cognitivos que se están produciendo en nuestra mente y hacen que toda nuestra atención se desplace hacia un intenso sufrimiento, sin que lo podamos evitar.
Los 8 dolores peores y más intensos
A continuación puedes ver los 8 grandes representantes de esas situaciones en las que el dolor es llevado al límite.
1. Neuralgia de trigémino
Una alteración del sistema nervioso que afecta al ganglio del trigémino, que comunica con uno de los grandes nervios cerebrales. Es por eso que cuando aparece, el dolor se extiende por zonas de la cabeza: el cuero cabelludo, los labios, los ojos y la nariz.
2. Piedras en el riñón (cólico nefrítico)
Trozos de minerales petrificados arrastrándose lentamente por pequeños conductos urinarios y desgarrando partes de tejidos a su paso. No solo duele la parte herida, sino todas las áreas adyacentes, que se inflaman. Quien lo haya sufrido sabe que es uno de los dolores más insoportables.
3. Rotura de huesos
Los huesos son la estructura básica de nuestro cuerpo, y por lo tanto una lesión relativamente simple en ellos puede conllevar consecuencias catastróficas para nuestras posibilidades de supervivencia.
O al menos esto es lo que ocurría hasta hace miles de años, cuando no existían maneras de entablillar una parte del cuerpo con el hueso roto y una lesión de ese tipo conducía fácilmente hacia la muerte. Hoy en día se puede sobrevivir fácilmente a una lesión así, pero nuestro cuerpo aún no se ha adaptado a esta nueva realidad, y por eso los receptores del dolor de los huesos y las zonas adyacentes siguen atormentándonos cuando tenemos un accidente de ese tipo.
3. Migrañas
Una migraña no es un simple dolor de cabeza, es una capa de intenso dolor y "pinchazos" o "calambres" que se apodera de una gran porción de la cabeza. Además, las migrañas no dejan pensar ni ver con claridad, por lo cual la incomodidad se multiplica al ver cómo aspectos tan básicos de nuestra identidad y nuestras capacidades mentales quedan limitadas temporalmente. Es este conjunto de incomodidades lo que transforma la migraña en algo doloroso.
4. Endodoncia
La boca es una zona del cuerpo lleno de células sensoriales de todo tipo. Y, por supuesto, los receptores del dolor también se tienen mucha presencia tanto en la lengua como en las encías.
Es por eso que arrancar o taladrar molares, en especial si son grandes y de base ancha (como la muela del juicio) puede ser un suplicio si no se utiliza bien la anestesia. Afortunadamente, con anestesia es una experiencia muy molesta pero soportable. Hay que agradecerle a la medicina que podamos ser intervenidos quirúrgicamente sin pasar un auténtico calvario.
5. Cálculos biliares
De manera similar a lo que ocurre con los cólicos nefríticos, los cálculos biliares, que son objetos parecidos a pequeñas piedras, se van arrastrando por vías biliares, dándose casos en los que son tan grandes que obstruyen completamente estos conductos. Una experiencia muy dolorosa y extenuante.
6. Hernia discal
Cuando una parte de las cadenas de neuronas que viajan a lo largo de la columna vertebral son pellizcadas por una vértebra ligeramente salida del lugar que le correspondería, aparece la hernia discal. Como las lesiones afectan directamente a las fibras neuronales que le llevan información rápidamente al cerebro, el dolor es muy intenso y agudo. Para colmo, son lesiones que pueden continuar durante semanas o incluso meses.
7. Quemadura
Una quemadura supone una lesión en una región por una zona amplia de la piel en la que todos los receptores del dolor se han activado prácticamente a la vez. Además, como puede dejar la piel dañada para siempre, una mala cicatrización puede dejar secuelas muy dolorosas.
Las siguientes imágenes pueden herir tu sensibilidad.
8. Lesiones o microlesiones en los testículos
Esta es una de las formas de dolor más intensas que pueden aparecer tras accidentes más leves. Un golpe leve en esta zona de la anatomía masculina es capaz de dejar fuera de combate a cualquier hombre durante más de un minuto, aunque el dolor acostumbra a aparecer con unos segundos de retraso.
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