¿Alguna vez has sentido que estás a punto de tocar fondo? ¿Que nada tiene sentido o que estás a punto de explotar y no aguantar más?
En este artículo te explico qué significado tiene tocar fondo emocionalmente y cómo salir fortalecido de él.
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Cuando pasamos por una mala época
La mayoría de nosotros hemos pasado por algún momento de nuestra vida en que la que hemos sentido que caemos, que parece que descendemos sin poder evitarlo por un pozo sin fondo; en situaciones así nos aterra llegar al final, tocar fondo y no saber si podremos salir, si tendrá salida o si nos quedarán fuerzas para intentar superar la situación.
Esas situaciones están acompañadas de mucha angustia, de una fuerte sensación de que no tenemos control sobre nada y que encadenamos desgracias y decepciones.
No es extraño que alguien llegue a la consulta de un psicólogo explicando estas situaciones y pidiendo ayuda para salir. Ante eso no es tan importante si lo que ha llevado a descender han sido tus decisiones o no saber reaccionar ante acontecimientos de tu vida, y sí lo es aceptar que has tocado fondo y desde ahí reflexionar sobre tu situación actual y mirar hacia arriba.
Mientras caemos, el miedo, los prejuicios, el desgaste emocional son tan fuertes que no vemos más opción que intentar una y otra vez agarrarnos a cualquier cosa, y todo parece mejor que tocar el fondo.
Sucede que, en esas situaciones, lo mejor que te puede suceder es precisamente aquello que más miedo provoca. Tocar fondo. Déjame que te explique por qué.
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Una aparente paradoja
Mientras caes estás sufriendo por las situaciones que estás viviendo porque no sabes cómo te has visto arrastrado por ellas, por no encontrar soluciones, o por los intentos que una y otra vez han sido frustrantes y no te han ayudado… Pero cuando tocas fondo y te reconoces en él, adquieres una perspectiva distinta.
Mientras caes sientes el vértigo de ver cómo te alejas de la salida; desde abajo ganas la tranquilidad de entender que ya has caído, que no puedes caer más y que tienes opción de quedarte ahí o pensar en cómo sales. Sólo cuando realmente tocas fondo puedes subir.
Son dos opciones igualmente válidas. De hecho, ninguna de las dos te garantiza que dejarás de sufrir o que esas situaciones no vuelvan a darse, pero sólo la segunda implica tomar conciencia de tu situación real y la decisión y el compromiso propio de salir de eso y recuperar el control de todo. Es entonces cuando empezamos a darnos cuenta de todo lo que sí está en nuestra mano para subir de nuevo y no volver a caer, y es en eso dónde nos centramos.
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El problema, visto desde la terapia
Cuando estoy en sesión y un paciente me plantea esta caída al fondo, lo recreamos, vivenciamos esa situación de desamparo y lo invito a quedarse en él todo el tiempo necesario. Esta clase de procedimientos nos ayuda a aceptarnos, entender cómo hemos llegado ahí y perdonarnos por ello.
Es entonces cuando el paciente toma conciencia de que tocar fondo no es lo peor que puede pasar, lo peor es hacerlo y no entender qué nos quiere decir esa situación.
Es una etapa de duelo en la que, si decidimos transitar por ella, podemos salir fortalecidos y con las fuerzas y convicción necesarias para empezar el ascenso.
Ningún ascenso es fácil y a veces vuelves a caer unos metros pero que eso suceda es parte del aprendizaje y cada vez que retomas el impulso lo haces más fuerte y seguro de tus posibilidades.
Es muy difícil hacer cambios significativos y duraderos sin tocar fondo, nos condenamos a engañarnos pensando que ya ha pasado, que ha sido una racha, que el “parche” ha funcionado… Y nos resulta más sencillo acomodarnos y excusarnos que tomar las riendas de los problemas. Y los problemas acaban por arrastrarnos.
Los psicólogos trabajamos esa simbología y acompañamos en la caída. La “oscuridad” de saber que no se puede bajar más permite poner los pies en suelo y desde ahí decidir cómo y cuando quieres tomar impulso y comenzar a subir. Sientes la frustración, la rabia, la ira y todas las emociones que se atropellan y te invaden. Te damos el espacio para sentirlas y dejarlas fluir, hasta que desaparecen y te sientes libre y decidido/a a subir, sin cargas ni falsas valoraciones ni expectativas.
Hasta dónde subas dependerá de ti, de tu responsabilidad y de tus ganas de transformar y cambiar las cosas para estar donde deseas estar.
A menudo pararemos en esa subida, para que mires hacia abajo y veas todo lo que has subido y cómo has aprendido a sujetarte, para disfrutar del reconocimiento de los pasos que has dado, para mirar de nuevo hacia arriba y decidir los siguientes pasos y cómo te llevan a esa cima, ese final del túnel que es tu objetivo.
Puedes superarte y lograrlo. Una vez decides subir, el cambio más importante ya lo has hecho y está en ti.
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A modo de conclusión...
Todos tenemos derecho a tocar fondo y todos los fondos tienen un final. Cuando bajas, cuando tocas fondo, y cuando subes yo te acompaño.
Jorge Juan Garcia Insua
Jorge Juan Garcia Insua
Psicólogo & Coach
“Tocar fondo se convirtió en la base sólida sobre la que reconstruí mi vida" (J.K. Rowling).