Las diferencias entre psicología clínica y psicología de la salud

Dos ramas de la psicología que aunque están relacionadas con la salud, tienen muchas diferencias.

Diferencias entre psicología clínica y psicología de la salud
Un resumen de sus diferencias.

La psicología clínica y la psicología de la salud son dos disciplinas diferenciadas dentro del ámbito de la psicología. Aunque a veces podemos confudirlas por sus similitudes, presentan ciertas diferencias que conviene conocer.

¿En qué puede trabajar un psicólogo clínico? ¿Y uno de la salud? ¿Tienen las mismas competencias? ¿Los dos pueden diagnosticar? En este artículo resolveremos estas y otras dudas relacionadas con las diferencias entre psicología clínica y psicología de la salud.

Diferencias entre psicología clínica y psicología de la salud

Existen notables diferencias entre psicología clínica y psicología de la salud; de hecho, se trata de dos disciplinas que, aunque se retroalimenten e interactúen, son independientes y están bien diferenciadas.

Vamos a analizar las diferencias más imporantes entre una y otra: entre otras cuestiones, responderemos las siguientes: ¿las dos tratan lo mismo? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿En qué se centran una y otra? ¿A nivel profesional, de qué se encarga cada figura?

Objetivos

Los objetivos de estas dos disciplinas son bien diferentes; mientras que la psicología clínica trata de identificar y aplicar los principios psicológicos para prevenir y tratar los problemas psicológicos de la persona, la Psicología de la Salud tiene como objetivos mantener la salud, prevenir y tratar la enfermedad, así como identificar las diferentes causas que están originando la enfermedad.

Es decir, para entender bien las diferencias entre psicología clínica y psicología de la salud, debemos quedarnos con la idea fundamental de que la psicología clínica se encarga más de tratar la enfermedad una vez ha aparecido (o, mejor dicho, el trastorno mental) (esto incluye también su diagnóstico), mientras que la psicología de la salud está más enfocada a la prevención de la enfermedad y a la promoción de la salud.

Además, la psicología de la salud también pretende mejorar el sistema sanitario y promover la formación de una política sanitaria. Así, en este sentido, abarcaría un sistema más amplio que el paciente en sí, más propio de la psicología clínica (siempre hablando en términos generales).

¿De qué se ocupa cada una?

Algunos autores también han opinado sobre las diferencias entre psicología clínica y psicología de la salud; por ejemplo, en 1991 Marino Pérez estableció que la psicología de la salud se ocupa de asuntos psicológicos que puedan tener consecuencias fisiológicas, mientras que la psicología clínica se encarga de los problemas psicológicos en sí mismos.

En cuanto a la psicología de la salud, un matiz: el caso a la inversa también se produce; es decir, la psicología de la salud también se centra en las consecuencias psicológicas que puedan desencadenar ciertos problemas de salud o fisiológicos.

Aquí también entrarían en juego los comportamientos de enfermedad de la persona (acciones que realizan las personas cuando experimentan síntomas de enfermedad), así como la interacción del paciente con el sistema de salud a nivel institucional.

Ámbitos de intervención

Esto último que explicábamos va en lína a lo que opina otro autor, Santacreu (1991), que considera que la psicología de la salud se centra en la salud (en la promoción de ésta), así como en la prevención de la enfermedad, y además entiende el organismo (a nivel somático y psicológico) en relación a su entorno social, familiar y sanitario (dentro de ese contexto).

La psicología clínica, en cambio, se centra más en la enfermedad y la “curación”, y entiende o trata el organismo a nivel individual (psicológico y somático también). Esto no quiere decir que no tenga en cuenta el contexto y las relaciones familiares, sino más bien que es tratado más individualmente, y en cambio la psicología de la salud trata más el “sistema” sanitario donde se adentra la persona.

¿En qué se centra cada una?

Por otro lado, la psicología de la salud se centra en todos aquellos componentes o aspectos asociados a la salud y a la enfermedad física, a nivel cognitivo, emocional y conductual. Es decir, se centra en la salud y en la enfermedad física de la persona, así como en el cuidado de su salud física (que en realidad está relacionada con la salud mental).

Sin embargo, la psicología clínica tiene como preocupación primordinal evaluar, predecir y aliviar los trastornos mentales (es decir, los trastornos asociados a la salud mental, como por ejemplo un trastorno depresivo, un trastorno ansioso o un trastorno esquizofrénico).

Ámbito académico y profesional: ¿PIR o MGS?

A nivel académico y profesional, también encontramos diferencias entre psicología clínica y de la salud.

Por un lado, para ser psicólogo clínico y ejercer como tal en España, después de cursar el grado en Psicología, se debe realizar el PIR (Psicólogo Interno Residente). El PIR consiste en un examen que permite obtener una plaza como residente, a través de 4 años de formación sanitaria especializada en un hospital (que incluye rotaciones por las diferentes unidades).

Después de los 4 años de residencia PIR en un hospital, uno ya es psicólogo especialista en psicología clínica (PECPC), también denominado psicólogo clínico, y puede trabajar tanto en el ámbito sanitario público (por ejemplo en hospitales) como privado (por ejemplo en centros de salud mental).

Sin embargo, el psicólogo de la salud se equipararía más al Máster General Sanitario (MGS); este Máster se puede realizar una vez finalizados los cuatro años de grado en Psicología. Permite obtener las competencias profesionales para ejercer como psicólogo de la salud, que incluyen básicamente la promoción de la salud a través de una intervención psicológica o terapia; técnicamente (o legalmente), sin embargo, no pueden diagnosticar (cosa que sí puede hacer los psicólogos clínicos).

Referencias bibliográficas:

  • Colegio Oficial de Psicólogos de España (1997). Informe sobre Definición del área de Psicología Clínica y de la Salud. Marcos de aplicación. Formación de profesionales. Madrid. Secretaría Estatal.
  • Pérez, M. (1991). Medicina, Psicología de la Salud y Psicología Clínica. Revista de Psicología de la Salud, (3)1, 21­44.
  • Rodríguez-Marín, J. (1998). Psicología de la salud y psicología clínica. Papeles del psicólogo, 69.
  • Santacreu, J. (1991). Psicología Clínica y Psicología de la Salud. Revista de Psicología de la Salud, (3)1, 3­20.

Graduada en Psicología por la Universitat de Barcelona, con Máster en Psicopatología Clínica Infantojuvenil por la Universitat Autònoma de Barcelona. Especializada en Trastornos del Neurodesarrollo. Actualmente trabaja como Psicóloga infantil en la Associació Catalana del Síndrome X Frágil. Autora del libro "Vivir de memoria" (Editorial Círculo Rojo, 2018). Aficionada del deporte y la lectura.

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