Levantarse cada día resulta casi un acto heroico para muchas personas. Posponen muchas veces la alarma, dan muchas vueltas, necesitan más tiempo que los demás para ponerse al fin en marcha.
En la mayoría de los casos no estamos ante dormilones o perezosos, pues esta dificultad los expertos la denominan dysania; para quienes la sufren, supone un auténtico problema al despertar. Lo normal en alcanzar el estado de alerta son 10 minutos, pero con esta condición pueden durar en alcanzarlo hasta 30 minutos con síntomas como aturdimiento, mal humor y sensación de confusión.
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Los síntomas de la dysania
Definimos la dysania como la incapacidad de despertarse por la mañana de forma reiterada. El individuo sabe que debe hacerlo, es consciente de que suena su despertador, pero no se siente capaz de incorporarse, porque la mente y el cuerpo la incitan a seguir durmiendo.
- Puedes sentir enfado, irritabilidad, desmotivación y frustración con respecto a lo que va a suceder el resto del día.
- Programas el despertador con muchísima antelación para poder permanecer en la cama tiempo antes de levantarte.
Causas: ¿qué nos indica la dysania?
La dysania como tal no es una enfermedad, por eso como patología no está incluida en ningún manual de alteración del sueño. Empero, sí es un síntoma que nos puede mostrar otro tipo de problemas que se relacionan con la hora de dormir o con nuestros estados emocionales. Si la dysania se vuelve invalidante, puede ser un síntoma de que el individuo está pasando por un trastorno de ansiedad o depresivo que necesita atención médica.
En el caso de que haya grandes dificultades para salir de la cama, pero finalmente sean resueltas diariamente, la dysania te puede estar alertando de que tienes algún problema con el sueño, ya que esté no está siendo reparador. Entre estos problemas puedo mencionar, el síndrome de piernas inquietas, retraso en la fase del sueño, apnea obstructiva del sueño o dormir un número escaso de horas.
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¿Qué hacer en estos casos?
Es importante descubrir cuál es el origen de la dysania para resolverla. En muchos casos suele responder a patrones inadecuados de sueño. Cada vez es más frecuente ver nuestros sueños alterados por el uso de pantallas en la cama, un evento que nos quita horas de descanso y que, por la luz azul, la producción de melatonina se ve alterada.
- Cena ligera, pero nutritiva, intenta buscar platos que sean de fácil digestión.
- Antes de irte a la cama, toma infusiones relajantes como valeriana, melisa, pasiflora.
- Antes de meterte a la cama, descomprime. Haz respiraciones, descansa tu mente y estate unos minutos en silencio
- Como no podemos bajar revoluciones de golpe, aprovecha una hora antes de acostarte para desacelerar en tu día. Deja de usar aparatos móviles y ordenadores.
- Escucha música relajante, una buena ducha, ayuda, un masaje suave en los pies, aromatizar tu cuarto, las sábanas y almohadas.
- Entra en tu cama conectando con tu cuerpo para desconectar la mente: siente el tacto de las sábanas y observa si es agradable, recréate en la sensación de tu cuerpo descansando en la posición que te encuentres más cómodo.
- No pienses en tu agenda de mañana, al día siguiente la consultarás
- Estírate en la cama, respira sintiendo como se levanta el abdomen cuando tomas aire y como desciende cuando sueltas. Cada vez que pienses en lo que has hecho o lo que has dejado de hacer, pasa del pensamiento y vuelve a fijarte en la respiración.
Melissa Santamaría
Melissa Santamaría
Psicóloga clínica/ Experta en el tratamiento de los trastornos de ansiedad, estrés y trauma/Master en Psicología clínica y psicoterapia/Doctorado en psicología clínica de la salud
En caso de que la patología sea el síndrome de piernas inquietas o apnea del sueño, su médico especialista le prescribirá el tratamiento adecuado.