Cuando pensamos en los síntomas de un trastorno obsesivo compulsivo (TOC), habitualmente nos centramos en aquellos que resultan más típicos de este trastorno. Como la limpieza constante o la necesidad excesiva de orden. Sin embargo, no todos los TOC se manifiestan de igual manera.
Aunque las compulsiones son un aspecto muy importante de esta afección, existen casos en los que las personas experimentan las obsesiones sin llegar a manifestar ningún tipo de compulsión. Es decir, ningún tipo de síntoma conductual visible. Este subtipo de TOC es conocido como trastorno obsesivo compulsivo puro.
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¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo puro?
El trastorno obsesivo compulsivo puro es una subtipo de TOC caracterizado por la presencia de pensamientos (obsesiones) que aparecen en la mente de la persona de manera repetitiva, intrusiva e incontrolable.
A diferencia del TOC tradicional, la persona que padece este tipo de afección no se involucra en rituales o conductas físicas visibles (compulsiones) relacionadas con las obsesiones, por lo que estas se acompañan de rituales mentales ocultos.
El trastorno obsesivo compulsivo puro ha sido considerado, de manera errónea, como una variante menos grave del TOC. Sin embargo, aquellas personas que experimentan los síntomas de esta afección refieren que los pensamientos intrusivos pueden llegar a ser sumamente molestos y angustiosos.
A pesar de que a estas personas se les otorga el diagnóstico de trastorno obsesivo compulsivo puro, esta variante no aparece en el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM-V) como una etiqueta diagnóstica separada o diferente del TOC tradicional.
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¿Qué sintomatología presenta?
Las personas que padecen la variante exclusivamente obsesiva del trastorno obsesivo compulsivo experimentan una amplia gama de síntomas del TOC, aunque las compulsiones obvias o visibles mediante la conducta se encuentran ausentes.
Para entender mejor en qué consiste este trastorno realizaremos un pequeño repaso de los síntomas propios de un cuadro clínico de TOC. Según el DSM-V, el toc se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones.
La persona puede experimentar las obsesiones en forma de imágenes y pensamientos intrusivos y repetitivos. El contenido de estos pensamientos puede estar centrado en temas somáticos, sexuales, religiosos o agresivos; así como en cuestiones relacionadas con el control, la simetría, la limpieza o higiene y la organización, entre muchos otros.
Como resultado de estos pensamientos obsesivos, la persona siente la necesidad de llevar a cabo una serie de acciones repetitivas conocidas como compulsiones. Estas acciones pueden ser conductuales o mentales, como ocurre en el caso del trastorno obsesivo compulsivo puro, y tienen como finalidad reducir la angustia ocasionada por las obsesiones.
Una vez conocido estos nos podemos preguntar, ¿qué síntomas caracterizan entonces al trastorno obsesivo compulsivo puro? Existen dos síntomas concretos que pueden ser utilizados para distinguir un TOC puro de uno tradicional. Estos síntomas se concretan en la presencia de rituales mentales y en la búsqueda constante de consuelo.
1. Rituales mentales
En el trastorno obsesivo compulsivo puro, la persona lleva a cabo una serie de rituales mentales diseñados para reducir la angustia. Dichos rituales pueden incluir la revisión mental constante de recuerdos o información, la repetición mental de palabras o deshacer y hacer mentalmente ciertas acciones.
2. Búsqueda de consuelo constante
Además de las compulsiones mentales, estas personas tienden a buscar consuelo de manera repetida y constante. Sin embargo, los pacientes no reconocen esta conducta como una compulsión.
Dicha conducta puede implicar una necesidad y búsqueda de seguridad en uno mismo, evitar constantemente objetos o situaciones que provocan ansiedad y demandar seguridad a otras personas.
Una complicación añadida de este síntoma es que las personas cercanas al paciente pueden no entender estas conductas e interpretar estas demandas como necesidades, no como síntomas de un trastorno, por lo que pueden llegar a cansarse o molestarse por estas solicitudes constantes de consuelo
Algunos estudios realizados con personas diagnosticadas de trastorno obsesivo compulsivo puro descubrieron que estas personas consideraban los pensamientos obsesivos como pensamientos tabú o inaceptables.
Finalmente, podemos concluir que en esta variante del TOC sí aparecen compulsiones, pero que estas toman una forma diferente que en el diagnóstico tradicional y, además, son mucho menos obvias debido a la naturaleza cognitiva de estas.
¿Es, por lo tanto, una variante distinta del TOC?
Si bien es cierto que algunas investigaciones apuntan hacia la posibilidad de que existen diferentes formas de TOC, otras sugieren que el término “puro” es inapropiado. El motivo es que las personas que experimentan estas obsesiones sin compulsiones conductuales visibles, sí que participan en rituales mentales ocultos.
Según estos estudios, el reconocimiento de estos rituales mentales como compulsiones es muy importante, puesto que puede resultar de ayuda a la hora de realizar un diagnóstico y tratamiento más ajustado.
Al comprender que dichos rituales existen, los terapeutas y profesionales de la salud mental pueden preguntar a los pacientes por estos síntomas. Sin tales averiguaciones los pacientes pueden intentar ocultarlos o, incluso, no ser realmente conscientes de su existencia.
¿Existe un tratamiento?
Los tratamientos para el trastorno obsesivo compulsivo, incluyendo su variante “pura”, suelen implicar la administración de fármacos en combinación con terapia psicológica, grupos de apoyo y educación psicológica.
1. Intervención psicológica
Tradicionalmente, se ha considerado que la terapia cognitivo-conductual resulta el tratamiento más efectivo para el TOC. Sin embargo, en el TOC puro resulta de vital importancia que el terapeuta entienda la necesidad de abordar también los rituales mentales subyacentes.
Por el contrario, si se considera que el paciente solamente experimenta obsesiones, el tratamiento no será realmente completo y eficaz.
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2. Terapia farmacológica
En cuanto a la terapia farmacológica, entre los medicamentos indicados para el tratamiento del TOC se incluyen los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (ISRS) o antidepresivos tricíclicos como la clomipramina.
La elección del tratamiento farmacológico dependerá tanto del estado del paciente como de la disposición y colaboración de este en la terapia cognitiva.
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