¿Cómo se produce el autodescubrimiento a través del coaching?

Así es como el trabajo de los coach contribuye al proceso del autodescubrimiento.

¿Cómo se produce el autodescubrimiento a través del coaching?

Buena parte de los retos que aborda el coaching tiene que ver con cambiar la manera en la que las personas se perciben a sí mismas. Y es que, aunque hay muchas formas de insatisfacción y malestar emocional que tienen causas ajenas al propio individuo, en el ámbito del desarrollo personal y la autorrealización, la mayoría de ellas están vinculadas a cómo nos valoramos y cómo proyectamos nuestra identidad hacia el futuro, aferrándonos a creencias sobre cómo deberían ser nuestras vidas y qué somos capaces o incapaces de lograr.

Por eso, uno de los pilares fundamentales del coaching es el autodescubrimiento, un proceso que implica cuestionarnos lo que creemos saber acerca de nuestro “Yo”. De hecho, eso explica por qué las formaciones más efectivas para profesionalizarse como coach mediante programas de formación son aquellas que ahondan en el autodescubrimiento, haciendo que los propio coaches pasen por una experiencia similar a aquella por la que pasarán sus clientes.

Características del autodescubrimiento a través del coaching

Estos son los principios que definen al proceso de autodescubrimiento mediante las experiencias del coaching.

1. Nadie se conoce a sí mismo por completo

El coaching trabaja desde la idea de que todos nos enfrentamos a serias limitaciones al intentar conocer nuestra propia identidad y forma de experimentar la vida. Esto hace que todos estamos sujetos a sesgos que nos llevan a tener visiones a veces muy optimistas o pesimistas sobre nuestras capacidades. Estas limitaciones y sesgos dificultan muchas veces el poder conectarnos plenamente con quiénes somos y lo que somos capaces de lograr.

2. La influencia de lo social en la construcción del Yo

Muchas filosofías asumen la idea de que el individuo existe primero, y la sociedad existe después. Para el coaching, es imposible desligar el individuo del contexto social en el que vive; es más, el modo en el que las personas “aprenden” a percibirse y a valorarse a sí mismas está mediado por las relaciones que mantienen con el resto.

3. Replantear nuestras creencias para poder avanzar

En los procesos de coaching, es común cuestionar y buscar una nueva perspectiva sobre los desafíos que surgen, incluso llegando a cuestionar las motivaciones iniciales que nos llevaron a embarcarnos en el proceso de coaching. Dar un paso atrás y examinar con objetividad y serenidad los verdaderos motivos detrás de nuestras creencias, juicios y motivaciones es fundamental. Por lo tanto, replantear nuestras creencias y suposiciones nos brinda la oportunidad de encontrar un nuevo camino.

4. La importancia de la acción y experimentación

El autodescubrimiento a través del coaching no se limita a la reflexión y la toma de conciencia, sino que también implica la acción y la experimentación. El coach anima al cliente a dar pasos concretos hacia el logro de sus metas y a probar nuevas formas de actuar y pensar. A través de la experimentación y la retroalimentación constante, el individuo descubre qué estrategias y enfoques funcionan mejor para él, fortaleciendo su autoconfianza y ampliando su conocimiento sobre sí mismo.

¿Cómo se trabaja desde el coaching para potenciar el autoconocimiento de las personas?

Estas son las principales funciones del coach al ayudar a las personas a conocerse mejor a sí mismas:

  • Preguntas poderosas: el coach utiliza preguntas abiertas y reflexivas para ayudar a la persona a explorar sus pensamientos, emociones y creencias, promoviendo así una mayor autoconciencia.
  • Retroalimentación constructiva: el coach brinda retroalimentación objetiva y constructiva sobre el comportamiento y las acciones de la persona, lo que permite identificar patrones y áreas de mejora.
  • Exploración de valores y creencias: El coach guía a la persona en la exploración y clarificación de sus valores fundamentales y creencias subyacentes, lo que ayuda a definir su identidad y alinear sus acciones con sus valores.
  • Identificación de fortalezas y debilidades: El coach ayuda a la persona a reconocer y aprovechar sus fortalezas, así como a identificar y superar sus debilidades, facilitando así un mayor autoconocimiento y desarrollo personal.
  • Entrenamiento en la autorreflexión: el coach fomenta la autoevaluación y la autorreflexión constante, alentando a la persona a examinar sus acciones, decisiones y resultados para obtener aprendizajes y crecimiento personal.
  • Exploración de metas y motivaciones: El coach ayuda a la persona a definir metas claras y significativas, y a comprender las motivaciones que impulsan su comportamiento, lo que permite una mayor comprensión de sí mismo y un enfoque efectivo en el logro de objetivos.
  • Planes de acción personalizados: En coaching, el cliente diseña planes de acción personalizados. El coach proporciona apoyo para asegurar que sean realistas y estén alineados con los objetivos y el autoconocimiento del cliente, impulsando su crecimiento y desarrollo.

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