El poder del Lenguaje Positivo en la Automotivación

Las palabras que elegimos para comunicarnos tienen un impacto en los demás. Tal es así que las personas solemos ser muy precavidas con los términos que empleamos al mantener una conversación, ya que nuestro grado de precisión y claridad a la hora de expresarnos podría inclinar la balanza hacia la obtención de lo que deseamos o, por el contrario, no conseguirlo. El poder del lenguaje positivo ha estado en la mira de diversas investigaciones científicas en los últimos años, y estos conocimientos se han aplicado en áreas de lo más diversas, desde el marketing hasta la psicología del deporte.

Sin embargo, los estudios más recientes acerca del tema demostraron que el uso de palabras que socialmente están categorizadas como positivas no sólo podría ser beneficioso para relacionarnos con un interlocutor, es decir, como una estrategia argumentativa o persuasiva, sino que también podría servir para automotivarnos. En este artículo desarrollaremos cuáles son los efectos del uso de un lenguaje positivo y cómo puede ser crucial para potenciar al máximo nuestra motivación.

Los efectos de las palabras en los demás

Como señalábamos en un principio, es sabido que la elección de palabras que empleamos tiene sus efectos en las demás personas. Esto se debe a que existen ciertos términos que acarrean una connotación particular, dada por el lenguaje, que se nos presenta de manera arbitraria. Esto se debe a que el lenguaje nos antecede a los sujetos, está socialmente determinado, y por lo tanto va más allá de nuestra individualidad. Existen muchos estudios en el campo de la lingüística y la psicología social que dan cuenta de cómo inciden las palabras que elegimos en la conducta de los demás.

Por ejemplo, en una investigación llevada a cabo por un equipo de la Universidad Estatal de Nueva York se dividieron aleatoriamente a los participantes del estudio en dos grupos. A ambos grupos se les presentó a un conjunto de personas que habían atravesado un cáncer, y luego se les pidió que puntuaran sus reacciones y actitudes a la hora de relacionarse con ellos. Sin embargo, a uno de los grupos, se les indicó que se les presentaría un conjunto de “pacientes” con cáncer; y al otro, “sobrevivientes” de cáncer. Los resultados mostraron que los participantes a los que se les presentó un grupo de “sobrevivientes” de la enfermedad reportaron mayor voluntad para interactuar con ellos, como así también demostraron actitudes más positivas en el vínculo, en comparación al grupo al que se le presentó un conjunto de “pacientes”.

Esta es tan solo una muestra posible de que, aunque estemos refiriéndonos a lo mismo, nuestra elección de palabras puede tener un poderoso efecto en los demás.

• Artículo relacionado: "Tipos de motivación: las 8 fuentes motivacionales"

La importancia del autodiálogo positivo

Tener una visión práctica de estos hallazgos nos permite utilizar el poder del lenguaje a nuestro favor, no sólo para obtener lo que deseamos de los demás, sino para motivarnos a nosotros mismos. El autodiálogo es una forma de verbalización o declaración dirigida hacia uno mismo, con el propósito de dar instrucciones o de motivarnos. El autodiálogo ha sido estudiado de forma exhaustiva en relación a la psicología del deporte; ya que el uso de esta estrategia ha demostrado ser útil para aumentar el esfuerzo del deportista, aumentar la confianza en sí mismo durante el juego, en especial cuando se encuentra fatigado, y también para lograr un estado de ánimo más positivo. Por otra parte, el autodiálogo puede tener implicancias técnicas y tácticas. Utilizar un lenguaje positivo puede mejorar las habilidades durante las competiciones, mejorar el rendimiento y la precisión de los deportistas, tanto en deportes individuales como de equipo.

Un estudio experimental a mediados de los noventa buscó corroborar si el autodiálogo positivo y negativo producía algún efecto en la performance de un juego de dardos. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a tres grupos, uno bajo la condición de autodiálogo positivo; otro, autodiálogo negativo; y un grupo control. Los resultados indicaron que quienes se refirieron a sí mismos utilizando un lenguaje positivo fueron significativamente más precisos en el juego que quienes se valieron de mensajes negativos. Por su parte, los participantes que fueron asignados a la condición de autodiálogo negativo reportaron que esperaban mejorar más a futuro en los dardos que el otro grupo.

• Quizás te interese: "Cognición: definición, procesos principales y funcionamiento"

¿Cómo afecta el lenguaje positivo a nuestra motivación?

De esta manera, el lenguaje positivo tiene una incidencia directa en el rendimiento de las personas. Y es que, además, no es necesario reducir estos resultados al plano deportivo. Muchas otras investigaciones han probado los efectos del lenguaje positivo en las personas, lo que posibilitó el desarrollo de intervenciones psicoterapéuticas con el objetivo de propiciar el cultivo de esta habilidad. Se ha encontrado que el lenguaje positivo puede reducir la ansiedad significativamente, potenciar la confianza en uno mismo y aumentar el esfuerzo en torno a la realización de una tarea.

También cumple un rol fundamental en la motivación. Mantener un autodiálogo positivo nos brinda la posibilidad de sostener a largo plazo actividades y proyectos que sean importantes para nosotros mismos, aún cuando se presenten dificultades en el camino. Valernos de un lenguaje que resalte nuestras capacidades y que, en simultáneo, sea autocompasivo con nuestros defectos y aspectos a mejorar, puede mantener la motivación alta; pero, sobre todo, permite que no seamos tan dependientes de la motivación para conseguir aquello que deseamos en nuestras vidas. En otras palabras, este tipo de lenguaje aumenta nuestra motivación, pero asimismo abre la posibilidad de que aún en situaciones complejas, en las que estemos desmotivados, seamos capaces de perseverar en aquello que nos conduce hacia el lugar en el que queremos estar a futuro.

Al contrario de lo que pueda parecer, el desarrollo de un lenguaje positivo no resulta de la mera repetición de frases positivas, sino que es resultado de un trabajo más complejo que idealmente debe llevarse a cabo de la mano de un terapeuta. Muchas intervenciones que se utilizan en la terapia cognitivo-conductual están fundamentadas en la reestructuración cognitiva, es decir, la modificación de aquellas creencias sesgadas que ocasionan que las personas llevemos a cabo interpretaciones erróneas acerca de la realidad o de nosotros mismos. De acuerdo con Van Raalte y colaboradores, la preocupación por los efectos perjudiciales de un autodiálogo negativo es una de las inquietudes que ha incitado el desarrollo de este tipo de intervenciones. Por tal motivo, acudir con un terapeuta cuya formación se especialice en este tema será de suma utilidad para encarar una forma más amable de dirigirnos hacia nosotros mismos y, de tal manera, aumentar nuestra motivación, productividad y bienestar. ##Referencias