Las personas más importantes e insustituibles en una empresa son, a menudo, aquellas cuyas aportaciones a la organización no pueden ser resumidas en la lista de títulos y certificados de su currículum. En pocos casos esto resulta tan evidente como en el de los líderes y jefes de equipo en general, ya que este tipo de posiciones se basan, en buena parte, en habilidades prácticas difíciles de encontrar en un libro de texto o en varias páginas de apuntes.
Por eso, en este artículo veremos qué soft skills ha de desarrollar un jefe de equipo para lograr los niveles de motivación y productividad adecuados en los profesionales que tiene a su cargo.
Las principales soft skills de los líderes
Empecemos examinando el concepto de “habilidades blandas”, o soft skills. Estas son las aptitudes basadas en habilidades comunicativas y de regulación emocional que, al ser combinadas con los conocimientos teórico-prácticos orientados a un dominio concreto (por ejemplo, la ingeniería, la contabilidad, la alta cocina…) permiten resolver problemas complejos. Así, en algunos casos las soft skills son desarrolladas de manera espontánea a medida que tiene lugar el proceso de maduración psicológica, mientras que en otros es necesario entrenar aptitudes de manera autodidacta o con la ayuda de un psicólogo o educador.
En el caso de las soft skills de los líderes, estas deben ser aplicadas para hacer que varios trabajadores se coordinen y se comprometan con el resto del equipo, haciendo el mejor uso de sus conocimientos y habilidades y, a la vez, evitando el síndrome de burnout que muchas veces es producido por un estilo de liderazgo muy autoritario o unidireccional. Teniendo esto en cuenta, veamos cuáles son las habilidades blandas para llegar a ser un buen líder.
1. Asertividad
La asertividad es muy importante sobre todo a la hora de realizar críticas sobre errores que han tenido lugar y dinámicas de trabajo que son mejorables. Esto significa que este tipo de observaciones deben ser vistas no como un castigo o una humillación, sino como algo que aporta información valiosa para no volver a cometer equivocaciones, y como una muestra de hasta qué punto esos errores son graves y perjudican a la organización.
2. Empatía
La facilidad para generar una conexión emocional con los miembros de un equipo es otra de las soft skills más importantes para liderar, ya que de esta manera se comprende mejor cuál es el sistema de incentivos que está detrás de los patrones de comportamiento de los trabajadores. Por eso, la empatía es clave.
Asumir que los miembros de la plantilla trabajan solamente por el dinero es pecar de reduccionismo y dejar pasar oportunidades para motivar adecuadamente a los miembros de la plantilla y para resolver conflictos entre trabajadores.
4. Capacidad de generar confianza
Sin confianza en el proyecto que se está llevando a cabo en una organización, no hay liderazgo, en todo caso hay instrucciones que son transmitidas para lograr objetivos técnicos a corto plazo: lo justo para cobrar a fin de mes mientras no se disponga de otra manera de mantener ese nivel de ingresos.
Por eso es importante que un líder sea capaz de demostrar que hay motivos por los que mantener la confianza en lo que se está haciendo entre todos, de manera que sea posible el compromiso con le resto del equipo. Esto pasa por conectar el propósito individual con el de la empresa, de modo que el trabajo colaborativo sea visto como una manera de llegar a metas significativas para uno mismo por medio de la implicación en trabajos de equipo.
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5. Gestión el estrés
Los líderes se caracterizan por tener siempre abiertos varios frentes de trabajo a la vez, dado que su rol requiere de tener una visión global de lo que se está haciendo a nivel de equipo, departamento o empresa. Por ello, saber gestionar adecuadamente el estrés es muy importante para concentrarse en lo importante en cada momento y no dejarse abrumar por los pensamientos intrusivos, que son un elemento que arrastra a las personas hacia la procrastinación.
6. Visión a largo plazo
Si un líder se limita a orientar sus pensamientos y acciones a mantener en funcionamiento “lo que ya funciona”, los equipos a su cargo llegarán a un estado de estancamiento, ya que la proactividad siempre depende de la capacidad para adaptarse a un entorno cambiante. Por eso, es importante no sufrir un grande desgaste psicológico ante la necesidad de estar buscando siempre oportunidades para crecer o mejorar resultados.
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7. Capacidad de aprender de los errores
Aunque la posición de autoridad de un líder le puede llevar a una falsa sensación de importancia y a alimentar su ego, otra de las habilidades blandas clave para liderar bien consiste en mantener la humildad y andar siempre en busca de lecciones que aprender en los errores cometidos en el pasado. Solo de este modo el tiempo pasado en una empresa se convierte en experiencia valiosa.
8. Flexibilidad mental
Dado que el trabajo del líder consiste en mantener una visión estratégica de los medios a aplicar para llegar a una meta general, es importante evitar la tendencia de hacer las cosas siempre del mismo modo porque “siempre se han hecho así”; hay que mantenerse al día y aprender a cambiar de perspectiva.
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