Políticas públicas: qué son y cómo regulan nuestra vida social

Este concepto tiene mucho que ver con el modo en el que intentamos atajar problemas colectivamente.

Políticas públicas
Este concepto tiene que ver con una importante dimensión de la vida en sociedad.

Uno de los procesos más básicos y a la vez más complejos de los sistemas políticos y administrativos es la toma de decisiones. Supone, entre otras cosas, definir problemas y encontrar posibles soluciones. Así mismo, involucra distintas necesidades, intereses y explicaciones relacionadas con los fenómenos sociales. En última instancia, la complejidad reside en encontrar la manera de “alterar significativamente la manera en la que se afrontan los problemas colectivos” (Dente y Subirats, 2014).

En la esfera pública, la toma de decisiones puede hacerse visible en el diseño y la implementación de estrategias que impacten directamente a las situaciones definidas como problema colectivo. Esto último es lo que se define como “política pública”, concepto que desarrollaremos de manera introductoria en este artículo.

¿Qué es una política pública?

La palabra “política” es un término que tiene sus orígenes en las tradiciones más clásicas de la filosofía y que puede tener muchas definiciones, según la finalidad de su uso. Las definiciones más modernas hacen referencia a los asuntos que tienen que ver con el ejercicio de poder. Y en este sentido, el término se relaciona también con la intención de resolver problemas colectivos, lo que a su vez, pone en vínculo los poderes y los gastos públicos con la vida cotidiana.

Si además entendemos lo “público” como un espacio común, donde se generan tanto conflictos como soluciones, podemos decir que una “política pública” es un conjunto de objetivos, decisiones y acciones que lleva a cabo un gobierno para dar solución a problemas que se consideran prioritarios en un contexto particular (Tamayo, 1997). Algunos ejemplos de política pública son el conjunto de medidas que se implementan para gestionar la sanidad, la educación, la cultura, el deporte, entre otros, y los costos y beneficios que esto supone.

En este sentido, las decisiones públicas y las políticas públicas son elementos fuertemente relacionados, pero que no hacen referencia al mismo proceso. El segundo es un mecanismo bastante más extenso, y que se compone de distintas decisiones.

El ciclo de construcción de las políticas públicas

El conjunto de objetivos, decisiones y acciones que componen una política pública, se lleva a cabo a través de un complejo proceso que parte de la detección de un problema. Este último tiene que resultar lo suficientemente importante como para prestarle atención política y gubernamental más o menos inmediata. Es decir, para colocarlo en la agenda de gobierno, y de esta manera, comenzar a plantear distintas soluciones que impacten significativamente la situación problemática.

El proceso de hacer políticas públicas sigue entonces distintas fases, que tradicionalmente se han dividido de la siguiente manera: definición del problema, diseñar alternativas de solución, decidir una alternativa, implantarla, evaluar los resultados obtenidos.

Sobre el proceso de análisis

Como hemos visto, la política pública es el conjunto de acciones que se ponen en marcha para dar solución a un problema colectivo, previamente identificado. De la mano con esto, podemos hablar de otro proceso: el análisis de la política pública, que ocurre cuando se evalúan los alcances y los resultados de las acciones que se han puesto en marcha. O bien, cuando se evalúan los objetivos, la actuación de los distintos actores, las redes que se generaron, los medios que se utilizaron, entre otros elementos propios del proceso de realizar una política en concreto.

Al ser resultado de un proceso, las fases aisladas de creación de la política pública no tienen sentido ni efectividad en sí mismas, sino en relación con las demás, lo que se hace visible precisamente en el análisis. Por ejemplo, es posible hacer una definición y una detección adecuada de un problema, pero errar al momento de implementar la solución. O puede pasar que exista un plan de implementación adecuado, sin que exista un problema bien delimitado, o sin que el plan de implementación se corresponda con la problemática real.

Por todo lo anterior, el concepto de política pública puede ser también entendido como un término que resulta operativo para los analistas, aunque, por la complejidad de cada una de las fases que hemos descrito anteriormente, se corresponde sólo parcialmente la puesta en marcha de cada una.

¿Quién las hace? Gobierno y participación ciudadana

Los procesos por medio de los que se llega a tomar decisiones en política pública tienen una estrecha dependencia con la actividad de distintos actores, así como con una pluralidad de necesidades e intereses.

Originalmente, y en muchos contextos, el proceso de hacer políticas públicas era una tarea reservada para los poderes políticos y para personas especializadas. Es decir para uno o varios actores considerados competentes para poner en marcha cualquiera de las fases que componen el proceso de política pública.

No obstante, y dado que muchas veces los actores especializados resultan ser ajenos a la problemática y a los impactos de su solución, el proceso de diseño, implementación, evaluación y análisis se ha movido recientemente hacia mecanismos más participativos, donde se incluye a las personas que se verán afectadas por la política en cuestión. Esto último ha hecho que los procesos de creación de políticas públicas adquieran un carácter complejo respecto a la toma de decisiones, donde pueden surgir varios espejismos sobre la participación de distintos actores.

En términos muy generales los procesos participativos han surgido luego de reconocer que el gobierno, tradicionalmente encargado de realizar las políticas públicas, así como la propia “política”, no son sino un conjunto de personas e instituciones con facultades política y legales para tomar decisiones, que impactan los espacios comunes. Con lo cual, las personas que también forman parte de dichos espacios pueden ser consideradas como competentes en términos políticos.

Referencias bibliográficas:

  • Dente, B. y Subirats, J. (2014). Decisiones públicas. Análisis y estudio de los procesos de decisión en políticas públicas. Editorial Ariel: Barcelona.
  • Tamayo, M. (1997). El análisis de las políticas públicas. En Bañón, R. y Carrillo, E. (Eds.). La nueva Administración Pública. Alianza Universidad: Madrid.

Psicóloga | Redactora especializada en Psicología Social

Licenciada en Psicología por la Universidad de las Américas Puebla (México). Máster en Investigación e Intervención Psicosocial por la Universitat Autònoma de Barcelona, con experiencia profesional en inclusión social y educativa así como docencia en psicopedagogía. Cuenta con estudios en política pública y derechos humanos y actualmente es doctoranda en Psicología Social en la Universitat Autònoma de Barcelona, donde trabaja temas relacionados con metodologías cualitativas, salud pública, salud mental, diversidad funcional y perspectiva de género.

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