Hablar delante de una cámara puede llegar a ser una experiencia tan estresante como compleja. Delante del objetivo, hay personas que sienten tanta presión que parecen olvidarse de habilidades sociales básicas hasta el punto que notan cómo nada de lo que hacen es espontáneo; parece que tengan que tomar el control “manual” sobre todos y cada uno de los movimientos de su cuerpo, sin poder llegar a todo.
En este artículo veremos varios consejos sobre cómo hablar delante de una cámara, ocupándonos tanto de los aspectos relacionados con los nervios como de aquellos que tienen que ver con comunicar mejor.
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¿Cómo hablar delante de una cámara?
Nuestra habilidad a la hora de adaptarnos a las exigencias del entorno no depende solo de aquello que hemos llegado a dominar en el pasado, ni de aquello que conocemos de una manera teórica, intelectual. Un ejemplo de ello es que, por ejemplo, alguien que en la mayoría de las ocasiones se muestra muy confiado y extravertido puede bloquearse completamente en un escenario o delante de una cámara.
Dicho de otro modo, nuestra capacidad a la hora de llegar a nuestras metas con eficacia depende tanto de nosotros como del contexto en el que nos encontramos. Algo tan simple como poner a una persona a observarnos puede llegar a transformar completamente nuestra manera de actuar. Y lo mismo ocurre en el mundo de los medios audiovisuales con las grabaciones utilizando una cámara, independientemente de si el contenido generado es para televisión, cine o Internet.
Así pues, si nunca te has enfrentado a una experiencia basada en hablar delante de una cámara, es muy posible que tengas algunos problemas. Afortunadamente, estos son fáciles de pulir con un poco de práctica y algo de paciencia. A continuación verás una serie de pautas sobre cómo conseguirlo. Aplícalas a lo largo de diferentes sesiones para obtener resultados.
1. Realiza ejercicios de vocalización
Delante de una cámara es muy importante vocalizar ya que las personas que te van a ver no van a poder pedirte que repitas las cosas y, por otro lado, es posible que los nervios contribuyan a que no lo hagas mucho, ya sea por los problemas de control de los músculos o por la sequedad de la boca.
Para ello, colócate frente a un espejo y entrena la vocalización, exagerando ligeramente los movimientos de la boca para acostumbrarte a esa mayor movilidad. Pasadas las primeras sesiones de entrenamiento. Grábate haciéndolo, para acostumbrarte al nuevo contexto.
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2. Calienta los músculos
Para hablar frente a una cámara hay que desinhibirse un poco. Para ello, haz un calentamiento basado en relajar todos los músculos de tronco para arriba mientras das pequeños saltos y emites sonidos aleatorios sin vocalizar ni decir palabras concretos.
3. Asegúrate unas buenas condiciones de comodidad
Cuando hables frente a la cámara, a poder ser, asegúrate de que se cumplen unas condiciones mínimas de comodidad: que no haga ni frío ni calor, que no te ciegue ninguna luz solar o artificial, y que tengas una botella de agua a mano, en caso de que se te seque la boca. Esto tendrá un impacto positivo en tu manera de comunicarte y darte a entender, ya que no te sentirás en una situación de vulnerabilidad por motivos totalmente evitables.
4. Recuerda la sucesión de ideas que vas a comunicar
No siempre es necesario memorizarse de manera literal un guión. En estos casos, pon atención en memorizar solo las ideas básicas que estructurarán tu discurso. De esta manera, será menos probable que te trabes a causa de las dudas de qué palabra utilizar, dado que todo será más espontáneo y fluido.
5. Hazte un guión básico
Prepárate una pequeña nota en una hoja de papel en la que consten los puntos principales que quieres tratar, de manera que con un simple vistazo de pocos segundos puedas refrescarte la memoria y seguir adelante. Este guión debería parecerse más a un esquema que a una serie de párrafos desarrollados.
6. No te obsesiones con el objetivo
Poner mucho cuidado en mirar al objetivo es contraproducente, porque te distrae de otras tareas más básicas a la hora de hablar delante de una cámara. Simplemente, intenta que tu mirada no se desvíe de la zona en cuyo centro está la parte a la que debes mirar.
7. Imagínate a tu audiencia
El grado de incertidumbre que puede llegar a experimentarse al hablarle a un objeto inanimado suele hacernos más propensos a dudar acerca de qué hacer y cómo proseguir con nuestro discurso. Para evitarlo, imagínate a las personas que te están viendo o que te verán. Por sentido común, lo harás de un modo realista, fial a lo que seguramente pasa o pasará cuando se emita el vídeo. De esta manera tendrás un feedback constante que te hará más fácil saber qué tono usar, qué ritmo imprimir en tus palabras, etc.
8. Toma clases de prosodia
Esta es una recomendación especial para aquellas personas que vayan a hablar delante de una cámara de manera constante. Ya sea para hacer vídeos de Youtube o para cualquier otro proyecto de varios días, semanas o meses, es bueno familiarizarte con este tipo de actividad y adoptar un estilo de habla que te resulte propio y en el que te puedas mover con facilidad.
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