En el mundo laboral, el contexto en el que los empleados desempeñan sus obligaciones diarias resulta de vital importancia para lograr unos resultados coherentes con los objetivos del equipo, el departamento y la organización en general. No todo depende de las capacidades de cada trabajador como individuo, ni mucho menos; hay actitudes contagiosas, que se transmiten a través de los miembros de la empresa, independientemente de su cargo.
Por ello, los profesionales de la psicología del trabajo han estudiado a lo largo de varias décadas los requisitos indispensables que deben cumplir los espacios de trabajo para mantener un entorno laboral óptimo y satisfactorio en cada jornada. En este sentido, aquí haremos un repaso a las principales actitudes necesarias para mantener un entorno laboral satisfactorio.
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Actitudes para lograr un entorno laboral satisfactorio
La calidad del entorno laboral la conforma tanto la relación con compañeros y superiores, como la utilización correcta de determinadas estrategias, requisitos y conocimientos adaptados a las exigencias laborales que se presentan en cada momento.
Estos requisitos pueden resumirse en una serie de actitudes personales y profesionales de las que dispone el empleado que le ayudarán a cumplir todas y cada una de las obligaciones que debe desempeñar, de la mejor manera posible y relacionándose de manera adaptativa con su entorno laboral.
1. Pensamiento crítico
El pensamiento crítico es una de las principales actitudes que deben mostrar aquellos empleados que quieran mantener un entorno laboral satisfactorio con todas aquellas personas que lo integran diariamente.
Este pensamiento crítico nos permite detectar posibles fallos de comunicación durante el desempeño del trabajo diario e identificar problemas en las instrucciones recibidas en lugar de seguirlas de manera acrítica o ciega.
Ser capaces de pensar por nosotros mismos nos ayudará a dar nuestra opinión en los momentos en las que esta sea necesaria o requerida, mostrando además capacidad de iniciativa en el lugar de trabajo.
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2. Apertura a la experiencia
La apertura a la experiencia es otro de los requisitos esenciales que demandan todas las grandes empresas en sus empleados y consiste en la capacidad de afrontar nuevos retos y no encasillarse demasiado en el propio trabajo.
Así mismo, esta actitud se caracteriza también en la iniciativa permanente de ofrecerse para llevar a cabo determinadas tareas de manera voluntaria o bien para realizar horas extra, siempre que sea necesario para el conjunto de la organización.
3. Aceptación de las imperfecciones
Algunos empleados tienen cierta tendencia al perfeccionismo, lo que influye negativamente en el trabajo realizado y en la productividad diaria, ya que pasan más tiempo del necesario llevando a cabo sus obligaciones corrigiendo de manera enfermiza cualquier posible error real o imaginado.
Así mismo, este perfeccionismo también puede deberse a un miedo exacerbado a equivocarse o a cometer un error, algo imperdonable para determinadas personas, lo que les impide avanzar y trabajar a un ritmo normal.
Aceptar las pequeñas imperfecciones que puedan producirse durante el trabajo nos ayuda a superar el miedo y superar las situaciones paralizantes ocurridas ante la posibilidad de equivocarnos.
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4. Actitud proactiva
Una actitud proactiva también nos permitirá establecer un entorno laboral satisfactorio y óptimo para llevar a cabo con diligencia todas las obligaciones que nos son requeridas a lo largo del día.
Tener una actitud proactiva consiste en tener una total disposición y orientación permanente hacia metas específicas y en asegurarse de que toda tarea tiene un objetivo y un por qué concreto.
5. Actitud asertiva
La asertividad es la capacidad de comunicar lo que debe ser comunicado en el momento necesario sin dejar pasar el tiempo, lo que redunda positivamente en los intereses corporativos de cada empresa u organización.
Las personas asertivas se caracterizan también por estar comprometidas con la labor en la que se encuentran y por ser capaces de expresar todo aquello que deba ser expresado sin ningún miedo ni reticencia.
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6. Actitud empática
La actitud empática nos permite ponernos en el lugar de los demás y valorar en todo momento puntos de vista ajenos al nuestro.
Además de eso, la empatía también consiste en no criticar innecesariamente a los demás y en tener una predisposición a colaborar y a trabajar en equipo por el bien de la empresa.
7. Escucha activa
La escucha activa es otra de las actitudes y habilidades más necesarias en cualquier ámbito laboral positivo, ya que para trabajar con éxito y de manera organizada es indispensable escucharse unos a otros tanto entre compañeros como con los superiores.
Algunos trabajadores competentes e incluso brillantes, pueden llegar a cometer determinados errores por un déficit de escucha activa en su entorno de trabajo, por eso resulta de gran importancia observar esta habilidad como una de las más importantes.
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