La dopamina y el alto rendimiento: cuando el placer se apaga

Esto es lo que la Psicología del Deporte tiene que explicar sobre la dopamina.

La dopamina y el alto rendimiento: cuando el placer se apaga
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Recuerdo perfectamente aquella tarde. El entrenamiento había terminado hacía rato, pero él seguía sentado en el borde del campo, mirando al suelo con los auriculares puestos. Tenía 17 años y un talento que cualquier entrenador firmaría con los ojos cerrados. Sin embargo, esa tarde no había brillo en su mirada. Me acerqué y le pregunté cómo se sentía. “No sé, Dani… ya no me hace ilusión.

Siento que nada me emociona como antes”. Lo dijo con la serenidad de quien se ha cansado de luchar, no por falta de pasión, sino porque el cuerpo y la mente ya no responden igual. Lo que ese joven estaba experimentando tenía un nombre que muchos deportistas desconocen: agotamiento dopaminérgico, un enemigo silencioso del alto rendimiento.

Cuando el cuerpo sigue, pero la mente se desconecta

La dopamina es una sustancia que el cerebro libera para premiarnos, motivarnos y empujarnos hacia la acción. Es el “combustible” del deseo. Cuando un deportista entrena, gana, supera marcas o recibe reconocimiento, su cerebro lo celebra liberando dopamina. Pero como todo sistema, también necesita descanso y equilibrio.

El problema aparece cuando ese estímulo es constante: competiciones cada fin de semana, redes sociales llenas de aplausos y comparaciones, exigencia diaria por rendir más, y muy poco espacio para el disfrute genuino. Entonces, el cerebro deja de responder igual. Lo que antes generaba emoción —una victoria, un elogio, una buena jugada— ya no produce el mismo efecto. Y el deportista, confundido, empieza a pensar que ha perdido la pasión.

Como Coach Mental, he visto este fenómeno más veces de las que quisiera. Jóvenes que empezaron amando su deporte y, de repente, sienten que nada los motiva. Padres preocupados porque su hijo “ya no tiene ganas”, sin saber que, en realidad, el sistema dopaminérgico está saturado. No se trata de falta de carácter o disciplina, sino de un desequilibrio biológico y emocional.

La trampa del rendimiento constante

En el alto rendimiento, se suele creer que el progreso es lineal: entrenar más, competir más, rendir más. Pero el cerebro no funciona así. La dopamina necesita altibajos para mantenerse saludable. Cuando todo se convierte en competencia, el sistema pierde su capacidad de disfrutar del proceso.

Es como si el deportista viviera conectado a una montaña rusa emocional: euforia tras ganar, frustración al perder, y ansiedad antes de cada partido. Esa oscilación continua deja al cuerpo en un estado de tensión permanente. Y cuando la dopamina cae, llega el vacío.

Un joven futbolista con el que trabajé me lo describió con una frase que nunca olvidé: “Ya no siento nada, ni cuando gano ni cuando pierdo”. Ese “nada” es el precio de haber vivido demasiado tiempo persiguiendo estímulos externos. Es la consecuencia de haber confundido motivación con dopamina.

El coaching mental deportivo ayuda a romper esa trampa. Un Coach Deportivo no solo entrena habilidades psicológicas, sino también la relación del atleta con sus propias emociones. El objetivo no es producir más dopamina, sino aprender a regularla, a conectar con lo que da sentido más allá del resultado.

Recuperar el placer: la motivación que nace del interior

La motivación deportiva sostenible no se alimenta del resultado, sino del propósito. Cuando un deportista solo busca ganar, su felicidad depende del marcador. En cambio, cuando entrena para superarse, para disfrutar del crecimiento, para aportar al equipo, la motivación se vuelve interna y mucho más estable.

Una de las primeras cosas que hago con los atletas en sesión de coaching mental es ayudarles a reconectar con el porqué. No con el objetivo (ser titular, ganar el torneo, firmar contrato), sino con el sentido. Les pido que recuerden qué los enamoró del deporte. A veces basta con una imagen: su primer balón, el olor del vestuario, la risa con sus compañeros. Volver a ese origen es una forma de resetear la dopamina, de devolverle a la mente el placer natural del juego.

Desde la neurociencia sabemos que la dopamina no solo se libera con logros externos, sino también con la sensación de progreso y con los pequeños placeres cotidianos. Por eso, en los procesos de coaching, introducimos rutinas de recuperación activa: entrenamientos con propósito, respiración consciente, visualización y pausas digitales. Todo ello ayuda al cerebro a recobrar su capacidad de disfrutar y motivarse.

Padres: el papel invisible en la química de la motivación

Los padres de jóvenes deportistas juegan un rol crucial en este equilibrio. Sin darse cuenta, pueden aumentar la presión dopaminérgica con frases como “¡Tienes que demostrar lo que vales!” o “¡Esa beca depende de ti!”. Aunque dichas con cariño, esas expresiones alimentan la idea de que el valor del deportista depende del rendimiento.

Un Coach Mental suele trabajar también con los padres, ayudándolos a comprender que la mejor forma de apoyar a sus hijos no es exigir más, sino acompañar mejor. Preguntar cómo se sintieron en lugar de cuánto metieron. Escuchar sin juzgar. Validar el esfuerzo por encima del resultado. Estas pequeñas acciones envían un mensaje poderoso: “te valoro por quien eres, no por lo que logras”. Y eso libera una motivación más sana, más profunda.

He visto jóvenes recuperar su chispa solo porque cambiaron las conversaciones en casa. Porque dejaron de sentir que todo lo que hacían era una evaluación. Cuando el entorno baja el volumen de la presión, el cerebro vuelve a respirar. Y con el tiempo, el placer —ese que parecía perdido— vuelve a aparecer.

Entrenar el cerebro también es entrenar el alma

El coaching mental enseña al deportista a ser consciente de su estado interno, a reconocer cuándo está buscando placer inmediato y cuándo está construyendo motivación real. No se trata de eliminar la dopamina, sino de reeducarla. De enseñarle al cerebro a disfrutar del proceso, no solo del resultado.

En la práctica, esto se traduce en ejercicios simples pero poderosos:

  • Respiración y presencia: antes de cada entrenamiento, tomar 3 minutos para respirar y recordar por qué se entrena.
  • Diario de gratitud deportiva: anotar cada día tres cosas que el deporte le regaló, más allá del marcador.
  • Micro-retos internos: celebrar pequeñas victorias, como mantener la calma después de un error o disfrutar de un pase bien hecho.

Estas prácticas generan dopamina de forma natural, sin agotarla. Poco a poco, el deportista aprende a asociar satisfacción con crecimiento, no solo con éxito.

Cuando el placer regresa

Meses después de aquella conversación en el campo, el joven del inicio volvió a sonreír. No fue porque ganó más partidos, sino porque volvió a disfrutar del entrenamiento. Me dijo: “Ya no busco sentir lo de antes, solo quiero sentirme en paz mientras juego”. Esa frase resume la esencia del coaching mental deportivo: transformar la búsqueda de placer en una búsqueda de equilibrio.

La dopamina no es el enemigo. Es una aliada que nos impulsa, pero que necesita descanso, silencio y sentido. Cuando aprendemos a gestionarla, el rendimiento deja de ser una carga y vuelve a ser un juego.

A veces el mayor triunfo no está en levantar un trofeo, sino en reconectar con la ilusión de jugar. Porque el verdadero alto rendimiento no nace del exceso de dopamina, sino de la calma interior de quien sabe disfrutar el camino.

Daniel Miskiewicz Perdigon

Daniel Miskiewicz Perdigon

Master en Coaching Deportivo

Profesional verificado
Madrid
Terapia online

Y ahí es donde el trabajo de un Coach Deportivo se vuelve esencial: recordar al deportista que la motivación no se busca fuera, se cultiva dentro.

“Cuando el placer se apaga, el propósito enciende la llama”.

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Daniel Miskiewicz. (2025, diciembre 3). La dopamina y el alto rendimiento: cuando el placer se apaga. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/deporte/dopamina-y-alto-rendimiento-cuando-placer-se-apaga

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Daniel Miskiewicz es un coaching deportivo con más de 5 años de experiencia que ayuda a personas y deportistas a alcanzar su máximo potencial. A través del Coaching acompaña a personas a identificar y superar sus principales interferencias mentales, establecer objetivos y metas, y desarrollar planes de acción estratégicos para alcanzar todo aquello que desean ser y tener. Como Coach puedes esperar de él un compromiso absoluto para que logres obtener claridad sobre tus metas y prioridades en la vida. Te ayudará a identificar lo que realmente quieres lograr y a establecer un enfoque claro para alcanzarlo.

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