El periodo adolescente es una época compleja y confusa durante la cual la persona experimenta todo tipo de cambios. Tanto nuestro cuerpo como nuestra mente se transforman y nos preparan para la llegada de la edad adulta.
Todos estos cambios y transformaciones ejercen un importante efecto sobre la confianza de los jóvenes, la cual puede verse reforzada o, por el contrario, quedar notablemente dañada. Por suerte, existen una serie de pautas o dinámicas que pueden llevarse a cabo desde casa para mejorar la confianza de los jóvenes, así como su autoestima.
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¿Cómo es la confianza durante la juventud?
El correcto desarrollo de la confianza en uno mismo es de vital importancia en la época adolescente, por lo que saber cómo reforzarla desde casa puede ser de gran ayuda para ellos. Fortalecer la confianza durante su juventud ayuda a favorecer el desarrollo psicológico y la seguridad en uno mismo. Esta seguridad, es la base para que la persona pueda enfrentarse al mundo exterior de una manera saludable y beneficiosa.
La confianza en uno mismo hace referencia a la percepción que se tiene acerca de la propia capacidad para llevar a cabo cualquier acto, proyecto o para resolver cualquier tipo de problema. Habitualmente, las personas que poseen una gran confianza en ellos mismos tienden a percibir las situaciones de cambio como algo a lo que se pueden enfrentar sin miedo y generan estrategias para resolverlas con mucha más facilidad.
La consecución de unos niveles de confianza altos y sólidos sentarán las bases para el correcto desarrollo de otros constructos psicológicos de vital importancia para la persona. Entre estos constructos se encuentran el desarrollo de una correcta autoestima, así como la adquisición de una autonomía que le permita enfrentarse al mundo por sí solo y de manera satisfactoria.
No obstante, este es un proceso arduo y difícil en una época en la que los cambios están a la orden del día. Por lo tanto, la estimulación y reforzamiento desde casa puede favorecer el desarrollo de una autoconfianza sólida y positiva.
Es necesario comprender que esta ayuda no siempre va a ser bien recibida por parte de los adolescentes, los cuales sienten la necesidad de atravesar esta etapa solos o con la compañía de sus iguales, pero no con la de sus padres. Este hecho no debe generar frustración en los progenitores, estos han de entender que forma parte de la etapa por la que están pasando los hijos y que igualmente pueden ayudarles.
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8 pautas para mejorar la confianza de los jóvenes
Observar cómo crecen los hijos no es una tarea fácil, la etapa de la adolescencia es un momento delicado tanto para los hijos como para los padres, la relación entre ellos puede convertirse en algo confuso y, en ocasiones, tenso.
La necesidad de autonomía del adolescente, unida a las preocupaciones de los padres y los deseos de ayudar pueden suponer un conflicto en la relación de estos. No obstante, los padres pueden ejercer un papel activo en el desarrollo de la confianza de los hijos, sin que estos lo perciban como un acto de sobreprotección.
A continuación ofrecemos 9 pautas o sugerencias que los padres pueden llevar a cabo para potenciar la confianza de sus hijos sin que la relación entre ellos se vea afectada:
1. Reconocer y reforzar sus progresos
Aunque no lo demuestran constantemente, la opinión que lo padres tienen de sus hijos es importante para ellos. Por lo tanto, si los padres dedican mucho más tiempo ha hablar a los hijos sobre sus errores y fallos, estos pueden acabar por pensar que no saben hacer nada bien, que solamente tienen defectos.
De esta manera, hablar sobre los éxitos, aplaudiendo sus logros y reforzarlos positivamente favorecerá la seguridad y la confianza en ellos mismos y los motivará para mejorar.
2. Ser padres cercanos
Cercano no es igual a sobreprotector. Los jóvenes sienten la necesidad de saber que sus padres siempre van a estar a su lado pase lo que pase. Percibir el hogar y la familia como un refugio al que acudir cuando las cosas no van bien es sumamente importante para mantener la confianza del adolescente, aunque en muchas ocasiones los comportamientos y palabras de este digan lo contrario.
3. Pedir su opinión
Preguntar por la opinión de los hijos, así como tenerlas en cuenta, cada vez que se deba tomar una decisión en hogar les hace sentirse importantes. Saber que sus ideas se tienen en cuenta puede reforzar su confianza, y les ayudará a crear estrategias de resolución de problemas que les serán sumamente útiles en el mundo exterior.
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4. Apoyar sus intereses
A pesar de que los intereses de los jóvene no siempre se encuentran en consonancia con los de los padres, estos últimos deberán apoyarles en el descubrimiento de sus aficiones y curiosidades.
La adolescencia se caracteriza por ser una etapa confusa, en la que los jóvenes no siempre tienen claro qué quieren hacer con sus vidas o su tiempo libre, por lo que es muy probable que vayan pasando de una actividad a otra hasta que encuentren la que realmente les motiva.
En cualquiera de los casos, los padres deben de mostrarse siempre comprensivos y reforzar los intereses, puesto que esto será lo que recuerden sus hijos.
5. Pasar tiempo con ellos
Este punto se encuentra estrechamente relacionado con el anterior. Pasar tiempo con los hijos, realizando las actividades que a ellos les gusta, les ayudará a reforzar su confianza y la motivación para continuar con ello.
6. Dejar que elijan por ellos mismos
La capacidad de tomar las propias decisiones es una de las cosas que más favorece el desarrollo de la confianza, aunque después estas no salgan bien.
Aunque los padres sientan la necesidad de guiar a los hijos, estos deben percibir que poseen un alto grado de autonomía y que, como decíamos anteriormente, aunque se equivoquen sus padres van a estar junto a ellos.
7. Dejar que aprendan de sus errores
Este punto de encuentra estrechamente relacionado con el anterior, la capacidad de tomar decisiones lleva siempre asociada la posibilidad de equivocarse, por lo que, a pesar de que lo padres sospechen que algo no va a salir bien, deben permitir que se equivoque.
De la misma manera, también tienen la obligación de dejar que sea el hijo quien solucione sus propios problemas. En estos casos los padres pueden manifestarle su apoyo y pueden incluso proponer posibles soluciones, pero nunca imponerlas.
8. Ser cuidadoso con las críticas
Hay muchas maneras de decir las cosas y las críticas suelen acabar por crear una barrera entre padres e hijos. Aconsejar siempre realzando los aspectos positivos del joven es mucho más constructivo que dedicarse a examinar y juzgar su conducta o sus gustos de manera negativa.
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