Muchas veces se habla acerca del desarrollo personal como si este fuese un proceso que se da espontáneamente en las personas, como si el simple paso del tiempo impulsase este tipo de conocimientos y aptitudes de gestión emocional. Sin embargo, esto no es así.
Impulsar nuestro crecimiento personal implica adoptar una actitud activa ante este proyecto, dado que si nos limitamos a vivir el día a día sin pensarlo demasiado, no tenemos por qué retener aprendizajes significativos a partir de nuestra experiencia.
Es por ello que en la actualidad existen programas de apoyo al desarrollo personal que, desde los conocimientos de la psicología positiva, están pensados para ofrecer un apoyo a quienes quieren madurar emocionalmente. De ello hablaremos en esta entrevista a José Briceño, parte del equipo de happiens.
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Entrevista a José Briceño (happiens): ¿Qué beneficios aporta formarse en crecimiento personal?
José Briceño Núñez es Director de happiens, una entidad sin ánimo de lucro impulsada por la Fundación Humanismo y Ciencia y que ofrece una serie de cursos online basados en la psicología positiva. En esta entrevista nos habla sobre la importancia de involucrarse en proyectos de aprendizaje para promover el desarrollo personal.
¿Qué se entiende por crecimiento personal en el ámbito de la Psicología?
Desde nuestro punto de vista, el crecimiento personal abarca un tipo de trabajo centrado en personas que quieren mejorar su vida y evolucionar, sin que haya necesariamente un problema o patología grave que les perturbe.
Son situaciones en las que las personas sienten que podrían ser más felices haciendo algún cambio y trabajando algún aspecto de su vida y, al no conseguirlo por sí mismas, recurren a algún profesional o a materiales y cursos creados con este objetivo.
Desde el punto de vista del equipo de happiens, ¿cuáles son las principales habilidades y capacidades que nos permiten progresar en el crecimiento personal?
Lo primero de todo sería la honestidad y la humildad. Es necesario ser honestos, sinceros y humildes para aceptar nuestras debilidades, encontrar las posibles vías de mejora y reconocer que, para avanzar y crecer, quizá necesitemos apoyo externo.
En segundo lugar, la valentía, ya que los procesos de crecimiento personal pueden generar ciertas incomodidades y disonancias internas y externas (con el trabajo, familia o amigos), al hacernos ver las cosas de una forma distinta.
Por eso, si queremos cambiar y evolucionar, hay que ser valientes para pasar a la acción y lanzarse hacia el siguiente paso, que siempre tendrá cierto grado de incertidumbre. Podemos equivocarnos, pero aprenderemos de los errores y probaremos nuevas fórmulas.
En este sentido, otra habilidad fundamental es la persistencia. Esto no es algo que se consigue de un día para otro, ni se suele acertar a la primera; el crecimiento personal es un proceso largo y constructivo, pero también liberador y estimulante.
¿El mundo laboral puede quedar incluido dentro de un proyecto de desarrollo personal, más allá de sus incentivos económicos?
Por supuesto, el mundo laboral no está aislado del resto de elementos de la vida de una persona y es algo que hay que tener en cuenta si o si dentro de un proyecto de desarrollo personal.
Pasamos mucho tiempo trabajando y, más allá del plano económico, los sentimientos e interacciones que se generen en el ámbito laboral influyen en el resto de las esferas vitales, como la familia, los amigos o el tiempo libre. Por eso, es necesario integrar el trabajo con el resto de los aspectos fundamentales de una persona: sus valores, sus metas, sus prioridades, sus fortalezas, sus debilidades, su momento vital… Así podrá saber si está en el trabajo que realmente quiere o necesita, o implicarse proactivamente en el cambio que más le convenga realizar.
¿Cuáles son las etapas más importantes de un proceso de formación en crecimiento personal?
En primer lugar, nos gustaría comentar que desde happiens no lo vemos tanto como un proceso de formación, sino más bien como un proceso de aprendizaje, descubrimiento y crecimiento, como su propio nombre indica. La formación nos remite más a aspectos técnicos y académicos, y esto no va de conseguir un título o un diploma, sino de mejorar nuestra vida emocional y psicológica para tomar decisiones que nos lleven a ser más felices.
En cuanto a las etapas, es difícil establecer unas generales para todo el mundo, pero quizá a nivel estructural si que se pueda hablar de cuatro: autoconocimiento, planificación, acción y evaluación.
¿Cuáles son los aspectos del crecimiento personal que tienen que ser vividos y que no pueden ser aprendidos simplemente leyendo?
Todos. La lectura puede servir como punto de partida, como un estímulo inicial que despierte nuestra curiosidad por algunos temas o que nos ayude a darnos cuenta de algo. Pero si no pasamos a la acción y nos implicamos directamente en nuestro crecimiento, viviendo nuevas experiencias, tomando decisiones, cambiando comportamientos, equivocándonos y volviendo a probar o modificando la manera en la que gestionamos algo importante, no habrá muchos resultados y, los pocos que haya, se acabarán diluyendo, ya que será difícil que los interioricemos.
¿Y cuáles son los principales beneficios de haberse formado en crecimiento personal en lo relativo a la gestión de las emociones (de uno mismo o de los demás)?
Esto también es algo complicado de generalizar, ya que cada persona es un mundo y su situación de partida y objetivos personales condicionarán los beneficios que pueda obtener. Dicho esto, quizá lo más general y destacado sería un mayor autoconocimiento y una mejora de la empatía y de las relaciones.
Entender nuestras emociones y cómo nos afectan es el primer paso para hacer lo mismo con las de los demás y así conectar con ellos de forma más cercana y sincera. Por otro lado, es probable que podamos ser más conscientes y proactivos en nuestras decisiones y acciones, en lugar de reaccionar automáticamente ante una emoción. Sentir las emociones y aprender de sus mensajes, para poder gestionarlas y que nos ayuden en la toma de decisiones y la solución de problemas, es fundamental para llevar una vida plena y satisfactoria.