Nelson Mandela falleció el cinco de diciembre del 2013 debido a los efectos de una infección respiratoria. El deceso del primer presidente de color de Sudáfrica y uno de los principales iconos de la lucha contra el apartheid se produjo en su casa después de un prolongado período de agonía a los noventa y cinco años de edad, siendo recogido por la mayoría de principales medios de comunicación.
Sin embargo existe una gran cantidad de personas que se sorprendieron de este hecho, afirmando que recuerdan que el expresidente sudafricano falleció en prisión e incluso declarando rememorar escenas de su funeral. No se trata de un caso aislado, sino que en otras ocasiones se ha comunicado un fenómeno semejante en el que algunas personas recuerdan cosas que en principio no han sucedido. Si bien existen numerosos casos anteriores al deceso del mandatario sudafricano, dicho fenómeno se ha denominado efecto Mandela.
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El efecto Mandela
El efecto Mandela fue llamado así por Fiona Broome, investigadora y apasionada de lo paranormal, que recibiría con gran sorpresa la noticia de la muerte de Nelson Mandela. El motivo de la sorpresa es que Broome recordaba vívidamente su fallecimiento y las consecuencias de éste, así como su funeral, muchos años antes del deceso real. Y no solo ella, sino que otras personas decían recordar lo mismo. Posteriormente el debate se trasladaría a Internet, donde numerosas personas compartirían experiencias semejantes.
Así pues, con efecto Mandela se hace referencia a aquellas situaciones en que múltiples personas parecen recordar, de una manera semejante o incluso idéntica entre sí, fenómenos que no se han producido o que no coinciden con los datos históricos reales. Para estas personas su recuerdo es real y verídico, así como también lo es el hecho de que en el presente están recibiendo información que contradice dicho recuerdo y esta aparenta ser verdadera.
Otros ejemplos de este efecto
Los recuerdos respecto al fallecimiento de Nelson Mandela no son los únicos en que ha aparecido el efecto Mandela. Otros fenómenos históricos han provocado el mismo efecto.
Otro caso en que ha aparecido el efecto Mandela puede hallarse durante la masacre en la plaza de Tiananmen ocurrida en China en julio de 1989. El cinco de julio, un ciudadano chino se sitúo delante de una fila de carros de combate, logrando bloquear su paso. Esta escena, que sería fotografiada y grabada y posteriormente emitida en numerosos medios, también causaría sorpresa para muchos de los que vivieron los hechos, que dicen recordar cómo el joven no conseguiría bloquear el paso de los tanques sino que fue arrollado por ellos, causándole la muerte.
La madre Teresa de Calcuta fue beatificada, es decir convertida en santa, durante el año 2016. Este hecho sorprendió a muchos al creer recordar que dicho suceso ocurrió en 1990, siete años antes de su muerte.
Algo semejante ocurrió con Mohamed Alí, que siguió viviendo mucho después de que una gran cantidad de personas diese por sentado que estaba muerto.
De hecho, incluso lejos de sucesos históricos de gran impacto o figuras históricas reales se han ocurrido fenómenos parecidos. En el cine, la música o el teatro pueden encontrarse casos semejantes. Un ejemplo muy común y que puede encontrarse en la mayoría de las personas puede observarse en la película de Star Wars: El Imperio Contraataca. En una de las escenas más famosas y replicadas, Darth Vader indica a Luke Skywalker que es su padre con la conocida frase “Luke, yo soy tu padre”. Sin embargo en la versión original de la cinta podemos observar que el diálogo real es “No, yo soy tu padre”, habiéndose sustituido un texto por otro en el imaginario colectivo.
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Intentos de explicación del efecto
El intento por explicar este fenómeno ha provocado un amplio debate, surgiendo varios intentos de explicación a partir de diversas teorías y perspectivas.
Algunas personas se han basado en la teoría de los universos múltiples para intentar explicar el efecto Mandela, proponiendo que el motivo de éste puede hallarse en el solapamiento de las líneas temporales de diferentes realidades alternativas. Así, se juntaría lo ocurrido en esta realidad con lo propio de otra, apareciendo en la memoria de las personas un suceso que en nuestra realidad no habría pasado todavía o que bajo ciertas circunstancias podría haber ocurrido.
Además, algunos parten de la teoría cuántica para considerar que este efecto se debe al posible desplazamiento de nuestra consciencia por dichos universos alternos. Al enfrentarnos al hecho real del universo actual, aparece desconcierto debido a la disociación entre lo recordado y lo que se está informando, siendo para el sujeto ambos recuerdos totalmente creíbles.
Dentro de esta corriente, otras personas parecen considerar que el efecto Mandela es el producto de la apertura de portales entre universos paralelos debidas a las colisiones entre partículas que se producen en el CERN. Ambas perspectivas se basan tan solo en la especulación, y son rechazadas por la gran mayoría de investigadores en psicología y neurociencias.
Otra corriente de pensamiento parece indicar que las causas del efecto Mandela pueden encontrarse en un intento de control y manipulación mental por parte de organismos gubernamentales, introduciendo información falsa con propósitos inciertos.
Finalmente, otra explicación que ofrecen algunas personas se basa en que vivimos en una realidad programada, en la que de vez en cuando se producen modificaciones que alteran nuestra programación interna y dejan huellas de nuestro estado anterior.
Explicación psicológica del efecto Mandela
Si bien las múltiples teorías al respecto pueden resultar de gran interés, este fenómeno resulta explicable desde la psicología. Concretamente, el origen del efecto Mandela puede hallarse en una serie de procesos mentales relacionados con un mal funcionamiento o distorsión de la memoria.
La presencia de un efecto Mandela no es indicativo de que la persona mienta respecto a lo que recuerda. Para ésta el recuerdo es muy real, existiendo el recuerdo como tal. Sin embargo, el origen de dicho efecto puede hallarse en la interferencia de otras informaciones o la creación de fragmentos de recuerdo con las que se rellena la memoria de los sucesos.
El motivo de la generación de estos recuerdos puede hallarse en que la memoria es en gran parte constructiva, recordando los principales elementos que formaban parte de una escena para luego reconstruirlos mentalmente cuando necesitamos recuperar el recuerdo. A partir de esto, resulta sencillo que la introducción de nuevos elementos a posteriori o la interferencia otros pensamientos, recuerdos o creencias puedan provocar un falso recuerdo.
Algunos de los fenómenos mentales que pueden explicar el efecto Mandela son los siguientes. Si bien pueden estar presentes como síntomas de diversos problemas médicos o mentales, no es infrecuente que aparezcan en la población no clínica. Dicho de otra forma, no tiene porqué ser indicativo de trastorno mental.
1. La confabulación
Uno de los principales elementos que podrían explicar la existencia del efecto Mandela es la confabulación, el fenómeno mediante el cual los seres humanos rellenamos los diferentes huecos presentes en nuestra memoria con recuerdos fabricados, de manera inconsciente. Este problema puede observarse entre otros en casos de amnesia y demencia, pero no resulta extraño su aparición en personas sin problemas clínicos. Este tipo de confabulaciones también son frecuentes en personas que han sufrido un trauma severo, como abusos sexuales en la infancia, generando en ocasiones la mente falsos recuerdos para proteger al individuo del dolor psíquico y el sufrimiento causado.
Así, tomando como base un recuerdo real el individuo elabora y crea distintos espacios y fragmentos de memoria. En la mayoría de los casos la generación de dichos fragmentos no es realizada con intención de engañar a los demás, sino que el propio individuo cree que su recuerdo es tal.
2. Inducción externa de recuerdos
El hecho de que múltiples personas coincidan en el mismo recuerdo puede deberse al hecho de que no resulta imposible inducir un falso recuerdo en otras personas. De hecho, se ha demostrado que procesos hipnóticos o basados en la sugestión pueden inducirlos con cierta facilidad. Mediante el lenguaje y según que tipo de preguntas se realicen respecto a una situación concreta, la persona analizada puede llegar a modificar su percepción interna de los hechos rememorados, tal y como demostró la psicóloga Elizabeth Loftus.
Es por ello que cuando se emplea la hipnosis para recuperar recuerdos hay que extremar las precauciones de cara a evitar la generación de falsos recuerdos. De hecho existen evidencias de que el uso de la hipnosis en casos de histeria durante la época de las escuelas Salpétriêre produjo en algunos casos el falso recuerdo de haber recibido abusos.
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3. Criptomnesia
Vinculado al punto anterior podemos encontrar el fenómeno denominado criptomnesia, el cual permite que un recuerdo sea experimentado como algo vivido por primera vez debido a la presencia de confusión respecto a su origen. Consideremos como propia una idea o información que hemos leído, visto u oído, de manera que podemos identificar como recuerdo algo que nos ha llegado a través de otros al confundir el recuerdo de lo que hemos pensado o percibido con el recuerdo real de los hechos.
Con ello, una persona puede identificar la creencia de otra como elaboración propia, de manera que es posible la expansión de una misma idea sin que ésta se considere como proveniente de otros.