La mente. Este concepto, cuyo significado y funcionamiento exacto siguen siendo a día de hoy motivo de especulación y debate tanto a nivel científico como filosófico, hace referencia al conjunto de capacidades cognitivas de las que dispone un sujeto.
Este conjunto de habilidades es la que nos permite entre otras cosas tener una identidad propia, resolver problemas simples o complejos, detectar y procesar diferentes informaciones y adaptarnos al medio.
Sin embargo, estas capacidades no se mantienen estables desde el nacimiento hasta la muerte. Por este motivo resulta de gran importancia contribuir a desarrollarlas en la medida de lo posible. Por ello, el presente artículo está dedicado a visualizar una serie de estrategias y juegos para ejercitar la mente.
Una cuestión de plasticidad cerebral
Tal y como hemos comentado, las capacidades intelectuales no son un elemento invariable a lo largo de la vida, sino que son modificadas en función de nuestras experiencias vitales, el entorno que nos rodea y el nivel de estimulación ambiental a la que tengamos acceso.
Esta modificación viene dada principalmente por la plasticidad cerebral, la capacidad del cerebro a la hora de cambiar su estructura en función de las necesidades del organismo y su patrón de funcionamiento, permitiendo la reestructuración del órgano pensante a través de la creación de sinapsis neuronales. Es esta creación de nuevas redes neuronales y fortalecimiento de las antiguas la que permite aprender y consolidar nuevos conocimientos, permitiendo desde adquirir una nueva habilidad hasta superar y recuperar el funcionamiento normal tras una lesión cerebral.
Si bien la plasticidad es mucho mayor durante las etapas de crecimiento como la infancia y posteriormente decae, se trata de una propiedad que sigue existiendo en todas las edades, siendo especialmente importante mantenerla y aplicarla en las etapas posteriores de la vida con el fin de mantener el bienestar y el correcto funcionamiento de las capacidades intelectuales.
Neurogénesis: la capacidad de renovar las neuronas
Sin embargo, para producir promover la neurogénesis (el nacimiento de nuevas neuronas) y/o un fortalecimiento o expansión de las redes sinápticas o neuronales no es suficiente con realizar un ejercicio concreto en una sola ocasión, sino que la modificación de las propias habilidades y conductas requiere de una práctica habitual que permita la automatización de las nuevas secuencias de conducta y estrategias, incorporándose a nuestro repertorio habitual.
Dicho de otro modo, es necesaria la práctica habitual con el fin de mejorar o mantener nuestras capacidades mentales, acompañando todo esto con una dieta adecuada y un estilo de vida saludable. Y, por supuesto, una manera excelente de hacer que las redes de neuronas que pueblan nuestro cerebro se vuelvan flexibles y fácilmente adaptables a los nuevos retos del día a día es utilizar juegos para ejercitar la mente: estos harán que nuestro encéfalo se acostumbre a crear una red de interconexiones rica y muy variada, lo cual nos permitirá tener una mayor flexibilidad mental.
Trece juegos para ejercitar la mente
Veamos a continuación una serie de juegos para ejercitar la mente.
1. Entrenamiento matemático
El uso de las matemáticas como estrategia para ejercitar la mente es conocido por muchos, incluyendo actividades tales como los sudokus y otros juegos tradicionales. Sin embargo, en esta ocasión el juego se basa en escoger un número completamente al azar (por ejemplo 12.345) y a partir de otros números (por ejemplo 6, 7, 8 y 9) elaborar una serie de estrategias matemáticas con el fin de llegar al número inicial. Para ello pueden emplearse sumas, restas, multiplicaciones, divisiones… Se puede complicar requiriendo la utilización de elementos concretos, como por ejemplo requiriéndose del uso de raíces cuadradas o elementos más complejos.
2. Encuentra las parejas
Otro juego para ejercitar la mente, especialmente la memoria visuoespacial, es el juego de las parejas de cartas. Se basa en desplegar sobre una mesa o superficie plana un conjunto de parejas de cartas iguales tras barajarlas (el tipo de baraja o incluso de imágenes en caso de disponer de ellas es indiferente aunque se recomienda utilizar imágenes fáciles de recordar). El juego consiste en visualizar el conjunto de cartas boca arriba, visualizando la localización de cada pareja de cartas para tras diez segundos de memorización darles la vuelta a todas.
A continuación se han de dar la vuelta a una de las cartas y a continuación recordar donde estaba situada su pareja y darle asimismo la vuelta. El juego continúa hasta que todas las parejas de cartas sean encontradas. Esta estrategia para ejercitar la mente puede dificultarse haciendo que las imágenes a recordar o reconocer sean más complejas, o incrementando el número de cartas según se termina el juego y se vuelve a empezar.
3. Lista de palabras
En esta ocasión se pretende entrenar la memoria añadiendo un componente de creación. El juego o estrategia consiste en la creación inicial de una lista de palabras sencillas, de como máximo siete ítems. Esta lista será leída por todos los participantes, pudiendo ser leída en voz alta por uno de ellos o bien se puede dejar que cada participante tenga diez segundos para memorizarla. El juego en cuestión consiste en que cada participante va a proceder a repetir la lista de palabras en el mismo orden en que fueron emitidas en la lista, añadiendo al final de ella una palabra más de su propia cosecha.
El siguiente individuo ha de recordar y decir en voz alta la lista más la palabra añadida por el anterior y a su vez añadir otra, y así sucesivamente. La estrategia para ejercitar la mente se basa en la retención de información, con un componente de distracción al tener que imaginar una palabra más y necesitar prestar atención para incorporar las nuevas palabras. Concretamente se ejercita la memoria de trabajo, especialmente la auditiva.
4. Encuentra tu símbolo
Este juego para ejercitar la memoria se basa en el mantenimiento sostenido de la atención. Se puede utilizar con símbolos, palabras, letras o números. Para llevarlo a cabo simplemente se ha de emplear un conjunto variado de símbolos y signos, en el que buscar detenidamente uno o varios ítems concretos. Técnicamente, el funcionamiento es casi idéntico al de la sopa de letra clásica. Además de atención, en este juego se puede observar la velocidad de procesamiento de los sujetos, si se mide el tiempo que tardan en realizar la tarea.
5. Juego de palabras: asociación de palabras
Este juego requiere varios participantes. En él, el primero de los sujetos dice una palabra, teniendo el siguiente participante que responder otra la cual empiece con la misma sílaba que con la que acababa la dicha por el individuo anterior. Se puede complicar añadiendo normas como el hecho de que pertenezcan a la misma familia léxica o ámbito temático, o incluso procurando darle al conjunto la forma de una historia. Se mejora la velocidad de procesamiento y agilidad mental, así como la creatividad.
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6. Encontrar las diferencias
Con el fin de reforzar concentración, capacidad de discriminación de estímulos y capacidad de focalización en detalles, el juego de encontrar las diferencias resulta de gran utilidad para ejercitar la mente. Su funcionamiento se basa en la localización de un número determinado de diferencias entre dos imágenes en apariencia iguales.
7. Puzzles y semejantes
La realización de un juego o actividad tan conocido como un puzzle también resulta una más que válida estrategia para ejercitar la mente. Concretamente, sirve de cara a ejercitar las habilidades manipulativas y visuoespaciales, al tener que operar con la situación de las piezas y colocarlas correctamente para que las piezas encajen. Para aumentar la complejidad se puede ir aumentando el número de piezas necesario, o bien pasar a puzzles en tres dimensiones como los cubos de Rubik.
8. Elaboración de una historia
Esta estrategia para el ejercicio de la mente es sencilla pero de gran utilidad**. Trata de estimular la creatividad a partir de la elaboración de una historia breve**, en la que tienen que aparecer una serie de palabras concretas escogidas de antemano. Estas palabras pueden ser conocidas por la persona que realiza el ejercicio o bien pueden ser desconocidas, en cuyo caso el desafío es mayor tanto si no recurre a ayudas externas (un diccionario por ejemplo) como si sí lo hace, permitiendo el desarrollo de estrategias para compensar dificultades.
9. Adivinanzas y dilemas
Este tipo de estrategia para ejercitar la mente resulta agradecida y amena tanto para adultos como para niños. Se basa en la resolución de acertijos y dilemas a partir del uso de la lógica y creatividad de los participantes. Se estimula asimismo el pensamiento lateral si se emplean cuestiones que no tengan una solución simple o que sea del todo correcta o incorrecta, procurando la generación de nuevas estrategias.
10. Debate
Aunque pueda no parecerlo, el debate es uno de los mejores juegos para ejercitar la mente. Participar en uno de forma regular permite entrenarse en argumentación y creación de discursos coherentes. Por ejemplo, nos obliga a pensar en las mejores réplicas a los argumentos del contrario, a priorizar algunos de nuestros propios argumentos sobre otros, a detectar falacias en las explicaciones del otro y evitarlas en nosotros, etc.
11. Ajedrez
El ajedrez es el paradigma de juego en el que la previsión de posibles escenarios futuros tiene una importancia fundamental. Se trata de un juego en el que hay que seguir unas reglas muy concretas, lo cual hace que el azar pierda protagonismo, y por eso hay que procurar pensar en una serie de posibles movimientos tanto del contrario como de nosotros mismos.
12. Cadáver exquisito
Un juego grupal en el que cada persona, por turnos, hace la parte de un dibujo a partir de lo que ha dibujado la persona del turno anterior. También puede hacerse escribiendo partes de una historia en vez de dibujando. Una excelente manera de trabajar la creatividad.
13. Recuento memorístico
Este juego es muy sencillo y además puede ser realizado prácticamente en cualquier parte. Cuando estrés en una zona en la que haya una gran cantidad de objetos o de personas, cierra los ojos y trata de contar de memoria la cantidad de alguno de esos elementos.
Referencias bibliográficas:
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Kolb, B.; Mohamed, A. & Gibb, R. (2010), La búsqueda de los factores que subyacen a la plasticidad cerebral en los cerebro normal y en el dañado. Revista de Trastornos de la Comunicación.
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Maroto, M.A. (2003). La memoria, programa de estimulación y mantenimiento cognitivo para personas mayores. Instituto de Salud Pública. Madrid.
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Martí, P.; Mercadal, M.; Cardona, J.; Ruiz, I.; Sagristá, M. y Mañós, Q. (2004). Intervención no farmacológica en las demencias y la enfermedad de Alzheimer: miscelánea. En J, Deví., J, Deus, Las demencias y la enfermedad de Alzheimer: una aproximación práctica e interdisciplinar (559-587). Barcelona: Instituto Superior de Estudios Psicológicos.