Factor de crecimiento nervioso: qué es y qué funciones tiene

Esta neurotrofina parece estar relacionada con algunos trastornos y enfermedades psiquiátricas.

Factor de crecimiento nervioso

El factor de crecimiento nervioso es una neurotrofina cuya función principal es la de garantizar el correcto funcionamiento del sistema nervioso mediante el mantenimiento y regulación de los procesos neuronales, especialmente su crecimiento y supervivencia.

Se encuentra en varias partes del organismo y se lo ha relacionado con varias funciones, algunas de ellas francamente sorprendentes. Si se desea conocer más, invitamos a seguir leyendo el presente artículo.

¿Qué es el factor de crecimiento nervioso?

El factor de crecimiento nervioso, más conocido por sus siglas como NGF o FCN, es un polipéptido que se ha mostrado especialmente involucrado en procesos como el crecimiento, desarrollo, mantenimiento y supervivencia de las células nerviosas.

Esta sustancia fue descubierta en 1956 por Rita Levi-Montalcini y Stanley Cohen, quienes observaron que esta proteína se encuentra en el sistema nervioso de los mamíferos, especialmente implicado en aquellas células quienes se encuentran conformando el sistema nervioso simpático y las neuronas implicadas en los procesos sensoriales.

¿Qué funciones ejerce esta neurotrofina?

Como se puede suponer por su nombre, el factor de crecimiento nervioso se encarga, sobre todo, del crecimiento de las células nerviosas, aunque también trabaja para mantenerlas, hacerlas proliferar y garantizar su supervivencia durante el tiempo en que se las vaya a necesitar.

Su función se vuelve especialmente importante garantizando que las células encargadas de transmitir el impulso procedente de estímulos del exterior, esto es, las neuronas sensoriales, y las del sistema simpático puedan seguir viviendo.

A continuación veremos más a fondo algunas de las funciones que lleva a cabo el factor de crecimiento nervioso.

1. Proliferación neuronal

El NGF hace que se expresen algunos genes, como es el caso del gen bcl-2, acoplándose al receptor TrkA (leído como ‘Track’). Al hacer esto, estimula la proliferación y supervivencia de la neurona.

La unión entre NGF y p75 puede dar lugar a dos procesos antagónicos, dado que puede tanto inducir la supervivencia de la neurona como su muerte programada. Esto se ha visto que varía en función del área del sistema nervioso.

2. Proliferación de células pancreáticas

Se ha visto que las células beta del páncreas pueden presentar receptores TrkA y p75, los cuales presentan afinidad hacia el factor de crecimiento nervioso.

Se ha comprobado que una disminución del NGF hace que estas células del páncreas empiecen a morirse, lo cual da a entender que este factor ejerce un papel muy importante en la supervivencia de las mismas.

3. Regulación del sistema inmunológico

El NGF promueve la regulación de procesos inmunológicos, sean estos adquiridos de forma innata o durante la vida del individuo.

El NGF es liberado en altas dosis por los mastocitos, lo cual induce el crecimiento de axones en las células nociceptivas, encargadas de detectar estímulos dañinos. Esto incrementa la sensación de dolor en áreas inflamadas.

4. Ovulación

El NGF se encuentra de forma abundante el el semen, lo cual ha hecho que varios estudios se planteen la idea de que esto induzca la ovulación en ciertas especies de mamíferos.

Aunque se ha visto que esto podría ocurrir en animales como las llamas, en humanos no se tiene tan claro si puede ejercer algún tipo de función real o si se trata de un fenómeno que antaño tuviera su importancia biológica pero ahora es algo vestigial.

5. Amor romántico

Se ha visto que personas quienes llevan en una relación amorosa durante un período no superior ni inferior a un año presentan concentraciones más altas del factor de crecimiento nervioso que en sujetos quienes están solteros o tienen pareja desde hace más tiempo.

El NGF puede estimular, de forma indirecta, la expresión de la hormona adrenocorticotrófica (ACTH) en el eje hipotalámico-pituitario-adrenal, incrementando la secreción de vasopresina.

A su vez, la ACTH estimula la secreción del cortisol, hormona del estrés. Al incrementarse el cortisol en sangre se pueden inducir emociones como la euforia, lo cual coincide con los primeros síntomas del amor romántico.

Resultados de investigaciones

En modelos animales se ha visto que el factor de crecimiento nervioso previene y reduce el daño de enfermedades degenerativas. El NGF promueve la regeneración de los nervios en ratas. Además, en enfermedades inflamatorias, el NGF se incrementa, teniendo la función de reducir los síntomas de la inflamación.

También se ha visto que podría estar implicado en la reparación de la mielina, la sustancia que se encarga de proteger el interior de la neurona, en donde viaja el impulso nervioso. Es por esto que se ha planteado el uso del factor de crecimiento nervioso como un tratamiento para tratar y prevenir la esclerosis múltiple. También se ha planteado la opción de utilizarlo en trastornos psiquiátricos, como demencias, depresión, esquizofrenia, anorexia y bulimia nerviosa, trastornos del espectro autista y síndrome de Rett.

1. Enfermedad de Alzhéimer

Problemas a la hora de emitir señales de mantenimiento de la neurona cuando se acopla el NGF se han relacionado con la enfermedad de Alzhéimer.

Es por ello que se ha planteado, como herramiento terapéutica, el incorporar en el cerebro de los pacientes células de tejido conectivo modificadas genéticamente para que secreten el factor de crecimiento nervioso, fomentando el crecimiento de nuevas fibras neurales.

Este tratamiento con células conectivas se ha visto útil para rescatar a células nerviosas que eran vulnerables a morir a causa de la enfermedad.

En algunos pacientes se ha visto que los efectos terapéuticos del tratamiento duraron casi diez años tras la aplicación del mismo. Las células nerviosas lograron mantener un tamaño sano, y se activaron señales para promover su supervivencia.

2. Esquizofrenia

El estrés y la ansiedad son factores precipitantes en muchos trastornos mentales recogidos por el DSM-5, y las investigaciones apuntan a que un estado anímico influido por estas dos emociones afectan a los niveles de NGF, además de perjudicar las funciones cognitivas. Teniendo en cuenta esto, tiene sentido que se pueda ver un deterioro cognitivo en pacientes con esquizofrenia.

Se ha visto que los pacientes con este trastorno, una vez están bajo tratamiento con antipsicóticos atípicos, sus niveles de NGF se incrementan, aunque este efecto no se ha visto en aquellos quienes son tratados con antipsicóticos típicos. Los pacientes con antipsicóticos atípicos muestran una mejora a nivel cognitivo más significativa en comparación con los que no reciben ésa medicación.

También se ha relacionado el hecho de que el NGF intervenga en la reducción de la sintomatología negativa de la esquizofrenia.

3. Síndrome de Rett y TEA

En el síndrome de Rett y los trastornos del espectro autista (TEA) hay ciertas diferencias en cuanto a los niveles del factor de crecimiento nervioso que se puede encontrar en varias áreas del sistema nervioso de los pacientes.

En los pacientes con Rett se han observado menores niveles de NGF en el líquido de la espina dorsal en comparación con autistas, quienes presentan niveles propiamente normales.

Las terapias farmacológicas para regular el NGF en personas con síndrome de Rett se han mostrado efectivas, especialmente en áreas como el control motor y funcionamiento a nivel cortical. Además, este tipo de tratamientos mejoran la comunicación social.

4. Trastorno bipolar

En el trastorno bipolar se ha visto que los niveles alterados de neurotrofinas suponen problemas en la plasticidad cerebral. En pacientes con el trastorno se ha visto que presentan niveles reducidos de NGF, especialmente en la fasea maníaca. Esto lleva a un estado anímico irritable, mayor energía y menor necesidad subjetiva de dormir.

Los niveles bajos del factor de crecimiento nervioso se pueden utilizar como un biomarcador para conocer el estado actual del paciente.

Los pacientes con trastorno bipolar tratados con litio presentan mayores concentraciones de NGF en la corteza prefrontal, el sistema límbico, el hipocampo y la amígdala.

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