Feniletilamina: características de este neurotransmisor

Esta sustancia disponible en ciertos alimentos y drogas está relacionada con el amor.

Feniletilamina
La feniletilamina es una sustancia relacionada con el sentimiento de amor y la euforia.Wikimedia Commons.

Cuando pasamos por etapas concretas de nuestra vida, nuestro organismo sintetiza diferentes tipos de sustancias químicas o “drogas naturales”. La etapa del enamoramiento es una de ellas, donde se producen grandes cantidades de feniletilamina.

La feniletilamina es un compuesto orgánico perteneciente al grupo de las anfetaminas. En este artículo conoceremos sus características, sus efectos y qué factores pueden desencadenar su síntesis.

Feniletilamina: características de este neurotransmisor

La feniletilamina es un aminoácido esencial que actúa como neurotransmisor. Se trata de un compuesto orgánico que produce el cerebro, perteneciente al grupo de las anfetaminas. Se trata de una droga natural que fabrica el propio organismo, y que estimula el sistema nervioso.

A nivel químico, su estructura también se encuentra en sistemas de anillo complejo como el de la Ergolina (LSD) o Morfinano (morfina).

El enamoramiento podría deberse o iniciarse en esta molécula, la feniletilamina, que provoca exaltación, alegría y euforia. Así, se considera la sustancia bioquímica “responsable del amor”, ya que cuando nos enamoramos o cuando estamos sobreexcitados, el cuerpo aumenta su producción. Tanto es así, que se encuentran elevadas cantidades de feniletilamina en la orina durante la etapa del enamoramiento.

Esto podemos relacionarlo con la pérdida de apetito, la euforia y la capacidad que tiene una persona enamorada de prescindir del sueño, como sucede en esta etapa emocional.

Desencanto amoroso

Cuando “nos rompen el corazón” o cuando dicho amor no es correspondido, después de esa fase de euforia de la primera etapa, aparece un período de “depresión”, tristeza o letargo. Estos síntomas son muy similares a los que aparecen en el síndrome de abstinencia de una persona adicta a las anfetaminas.

En esta etapa, el individuo deja de producir feniletilamina de manera natural. Como veremos más adelante, el chocolate puede ser un buen aliado en estos momentos, ya que contiene feniletilamina.

Otras sustancias químicas asociadas

Pero siguiendo con la etapa del enamoramiento (o cuando nos corresponden emocionalmente a nivel amoroso), es entonces cuando el cerebro se inunda de esta droga natural, la feniletilamina.

Además, también aumentan los niveles de dopamina, un neurotransmisor excitatorio y responsable de las sensaciones de placer, así como los niveles de norepinefrina y oxitocina. A su vez, la dopamina influye en el área de la energía física y mental (concentración y capacidad de recuperación de los recuerdos).

Por su parte, la oxitocina es responsable de las contracciones en el útero para dar a luz y de hacer brotar leche para amamantar al bebé, además de ser un mensajero químico del deseo sexual.

Asimismo, la feniletilamina ayuda a producir otros neurotransmisores, y es la responsable de que las personas enamoradas puedan invertir mucha energía en pensar en la persona amada, o incluso en mantener relaciones sexuales sin sentir hambre o sueño, llegando incluso a perder la noción del tiempo. Es como si el cuerpo “perdiera” la capacidad de sentirse cansado, o aguantara muchas horas más activo.

Investigaciones

En los años 80 se estudió por primera vez la feniletilamina en relación a cómo influye en el sentimiento de amor. Las primeras investigaciones fueron realizadas en el Instituto psiquiátrico de Nueva York (EE.UU), por los doctores Donald F. Klein y Michael Lebowitz.

Estos investigadores sugirieron que el cerebro de un enamorado contiene grandes cantidades de feniletilamina. Además, afirmaron que esta era la responsable del cambio de reacciones en el cuerpo de la persona a nivel fisiológico, pero también a nivel psicológico.

Klein y Lebowitz, en su teoría, también afirman que la producción de feniletilamina en el cerebro puede desencadenarse por un intercambio de miradas, un roce o un apretón de manos. Cuando esto sucede, el cerebro de la persona enamorada responde con sensaciones y modificaciones fisiológicas responsable de los actos y sensaciones del amor romántico.

Estas sensaciones o respuestas son el estado de vigilia, el “atontamiento”, la falta de apetito y la felicidad extrema (o euforia). Dichas sensaciones se asemejan a las del consumo de ciertas drogas como el cannabis, setas de la risa o anfetaminas.

El enamoramiento

Por otro lado, el enamoramiento en sí no es eterno, y está limitado en el tiempo. A nivel del organismo, esto es comprensible, ya que este no podría aguantar demasiado tiempo con este nivel de activación o excitación (o si lo aguantara, acabaría resultando perjudicial). Es decir, que el enamoramiento puede durar semanas, meses o incluso en algunos casos, algunos años.

Así, el cuerpo poco a poco se equilibra de este torbellino químico y aparece una etapa más estable, la etapa del amor.

¿Qué sustancias y situaciones aumentan sus niveles?

Como hemos visto, cuando existen altas concentraciones de feniletilamina en el cerebro, se liberan también B-endorfinas, péptidos opioides que alimentan la secreción de neurotransmisores como la dopamina.

La feniletilamina puede ser producida y activada por la ingestión de ciertas drogas, alimentos o suplementos. También se desencadena por ciertas emociones o etapas (como la del enamoramiento), o por ciertas sensaciones físicas y/o placenteras que producen ciertos estímulos concretos (por ejemplo una mirada).

El deporte también produce la liberación de endorfinas, así como escuchar música que nos gusta o estar expuestos a la luz.

Algunos de los alimentos que activan la feniletilamina son el chocolate (portador de feniletilamina; produce efectos psicoactivos) o algunos tipos de queso como el llamado Stilton (una variedad lactosa). Consiste en un queso inglés, que solo se produce en tres condados ingleses (Derbyshire, Leicestershine y Nottinghamshire).

También se incluye el plátano, el huevo, la soja cruda, las lentejas, las almendras y las nueces.

Referencias bibliográficas:

  • Freyman, R. (2011). Amor ¿futuro perfecto? Ciencia Ergo Sum, 18(2), 187-191. Universidad Autónoma del Estado de México Toluca, México.
  • Saiz, M. (2015). La feniletilamina del amor. Independientes, Revista especializada en adicciones.
  • Stahl, S.M. (2002). Psicofarmacología esencial. Bases neurocientíficas y aplicaciones clínicas. Barcelona: Ariel.

Graduada en Psicología por la Universitat de Barcelona, con Máster en Psicopatología Clínica Infantojuvenil por la Universitat Autònoma de Barcelona. Especializada en Trastornos del Neurodesarrollo. Actualmente trabaja como Psicóloga infantil en la Associació Catalana del Síndrome X Frágil. Autora del libro "Vivir de memoria" (Editorial Círculo Rojo, 2018). Aficionada del deporte y la lectura.

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