Desde que en países árabes fue preparado en infusión por primera vez y posteriormente fuera exportado y difundido por Europa en el siglo XVII, el café se ha transformado en una de las bebidas más consumidas a nivel mundial.
Altamente conocido por sus propiedades estimulantes y su capacidad para combatir fatiga y cansancio, además de por otras propiedades beneficiosas, desde los orígenes de su consumo se han ido elaborando diferentes formas de preparaciones, existiendo hoy en día una amplia variedad de tipos de café que podemos tomar. Es por ello que a lo largo de este artículo veremos algunos de los más habituales y conocidos en el mercado.
- Artículo relacionado: ""Los 5 tipos de sabores, y dónde están sus receptores en la lengua"
¿Qué es el café?
Aunque se trata de un concepto ampliamente conocido, antes de hablar de tipos de café puede ser conveniente hacer una breve mención a qué es lo que llamamos café.
Denominamos como tal la bebida obtenida mediante el infusión realizada con los granos tostados (sean enteros o molidos) del cafeto o planta del café, un pequeño arbusto originario de África y Asia y que posteriormente se ha ido exportando a todo el mundo. De gusto amargo e intenso, se trata de un producto alto en cafeína, la cual tiene propiedades estimulantes y activadoras para nuestro organismo.
El tipo de sabor y propiedades de la bebida obtenida van a depender en gran medida de las condiciones en que crezcan las plantas de los cuales se van a obtener los granos, siendo por ejemplo la luz, la humedad, el clima, el método de separación de los granos y el proceso de tueste previo al molido elementos a tener en cuenta además de la existencia de diferentes especies y variedades para explicar las variaciones en cuanto a sabor y potencia.
- Quizás te interese: "Las 12 mejores infusiones para relajarse"
Tres tipos básicos en función del origen de la planta
Si bien existe una amplia cantidad de países en que se cultivan los cafetos, lo cierto es a nivel general nos podemos encontrar con tres grandes tipos de café en función de la variedad de la planta que se cultiva, siendo principalmente dos especies las utilizadas y la tercera de las opciones la combinación de los granos de ambos tipos.
1. Café arábica
El tipo de café que más se utiliza y a su vez que más apreciado resulta es el que se corresponde con las primeras variantes utilizadas para elaborar la bebida: el café arábica.
Esta especie procedente de Etiopía y con varias subespecies tiende a ser delicada y a proporcionar un grano con un sabor muy aromático y una cantidad considerable pero menor a la otra variedad existente en cuanto a nivel de cafeína. Pese a su origen africano en la actualidad suele ser más cultivado en los países de Sudamérica, Asia y Centroamérica.
2. Café robusta
Si bien tiende a ser menos utilizado a nivel general, esta variedad posee la importante característica de tener un nivel mucho más elevado de cafeína que el anterior, algo que provoca que el sabor que produce a la hora de beberse sea mucho más intenso. y con tono bastante más amargo.
3. Combinaciones
Una gran parte de los cafés que nos tomamos no proceden únicamente de una de las dos especies anteriores y sus variedades, sino que por lo general nos encontramos ante una mezcla en diferentes proporciones de ambas. La proporción exacta puede depender entre otras cosas del tipo de elaboración que se pretende realizar.
Principales tipos de café en función de su preparación
Además del tipo de cafeto del que se obtiene, resulta de gran utilidad tener en cuenta que existe una amplia variedad de tipos de café en base al tipo de preparación que llevamos a cabo con los granos o si lo acompañamos con elementos como la leche, el cacao o incluso bebidas alcohólicas. Algunos de los más conocidos son los siguientes.
1. Expresso/ Café solo
Uno de los tipos de café más básicos y sencillos, únicamente consta de un infusión de café la cual se realiza hirviendo agua en contacto con el grano. Se puede preparar en pocos segundos. Se trata de un tipo de café corto, y su tamaño suele ser de alrededor de 30 cl. Es habitual el uso de café de la variante arábiga. Habitualmente suele tener algo de espuma por encima.
2. Ristretto
Esta variante del espresso se caracteriza por tener la misma cantidad de café que el anterior pero emplear para ello una proporción menor de agua.
3. Cortado o macchiato
Uno de los más demandados por lo general, llamamos cortado o macchiato a un tipo de café espresso a la cual se le agrega una ligera cantidad de leche, que manche o tiña el café.
4. Americano
El café americano es un tipo de café derivado del espresso el cual se caracteriza por añadir una cantidad de agua mucho mayor de lo habitual en este tipo de preparación, teniendo como resultado un producto con un sabor menos potente y algo más aguado, algo que lo hace menos amargo y facilita un sabor dulce. En este caso se realizaría primero un espresso y a este se le añadiría externamente agua hirviendo.
5. Lungo/largo
El conocido como café largo es un tipo de café en el que la extracción de agua en contacto con los granos de café se realiza de manera más prolongada, lo que conlleva una mayor cantidad de infusión. Se diferencia del anterior en el hecho de que aquí es directamente la infusión la que se produce en mayor cantidad, sin tener que añadir agua externamente. Suele servirse en tazas o incluso vasos largos.
6. Carajillo
El carajillo es un café preparado como un espresso al cual se le añade además de la infusión una cierta cantidad de alguna bebida espirituosa, siendo lo más general el brandy, el orujo o el whisky. Para ello generalmente primero se hecha el licor previamente calentado, al cual se le añadirá el café y posteriormente se le pueden agregar otros elementos como azúcar. Si se emplea brandy junto con ralladura de limón, pasamos a tener el llamado café brulé.
7. Café con leche
Semejante al cortado, el café con leche supone la incorporación de leche al café, solo que en esta ocasión se utiliza una proporción igual o semejante del lácteo y el café. Tiene un sabor más dulce y mucho menos intenso, pero sigue siendo potente a nivel de presencia de cafeína.
8. Café bombón
Una versión mucho más endulzada del café con leche es la variante conocida café bombón, en el que se sustituye la leche normal por la leche condensada. Lo habitual es que se ponga primero ésta para luego agregar el café.
9. Capuchino
El capuchino es otro de los cafés más habituales, siendo semejante al café con leche con la excepción de que en este caso solo encontraremos alrededor de un tercio de café, siendo el resto leche. Por lo general gran parte de esta es espumada, y suele añadírsele de forma espolvoreada algo de cacao en polvo para darle un sabor más dulce.
10. Mocca
Se trata de una variante del café con leche en el que además de leche y café se emplea obligatoriamente chocolate o cacao en forma de sirope o polvo.
11. Café irlandés
Un tipo de espresso doble en el cual se le añade Whisky y una capa consistente de nata montada o crema. Suele servirse en copa de cóctel.
12. Café vienés
Un tipo de café que puede ser espresso simple o doble el cual se acompaña en vez de leche por crema o nata, en una proporción inferior a la del propio café.
13. Frappé
Una de las pocas variantes cuya conceptualización es directamente como café frío, el frappé se elabora con café instantáneo molido, hielo y crema de leche o nata.
14. Azteca
Poco conocido y también conceptualizado como café frío, esta variedad se caracteriza por incorporar además de café, hielo y leche una o más bolas de helado, independientemente de su sabor (pero lo general de chocolate). Prácticamente se acerca más a un postre que a una infusión.
Otros tipos
Los citados hasta el momento son probablemente los tipos de café más conocidos, pero están lejos de ser los únicos. Existe una gran cantidad de posibles variantes más o menos habituales en diferentes países o regiones, y aún hoy en día van saliendo de vez en cuando otras que incorporan nuevos aromas o ingredientes.
Los beneficios de tomar café
Sea cual sea el tipo de café, el consumo moderado de este alimento ofrece diversos beneficios físicos y mentales, respaldados por múltiples estudios científicos. En el ámbito cognitivo, la ingesta de café se asocia con una mejora en la atención, vigilancia y concentración. La cafeína, principal componente activo del café, actúa como estimulante del sistema nervioso central, lo que contribuye a reducir la fatiga y aumentar el estado de alerta. Esto es especialmente útil en tareas que requieren atención sostenida y durante períodos prolongados de actividad mental.
Además, el café contiene antioxidantes como los ácidos clorogénicos, que protegen las células contra el daño oxidativo y pueden reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Estos antioxidantes también contribuyen a la salud cardiovascular al mejorar la circulación sanguínea y reducir la inflamación.
En cuanto a la salud mental, el consumo regular de café se ha vinculado a una disminución en el riesgo de depresión. La cafeína promueve la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, que están relacionados con la regulación del estado de ánimo.
Por otro lado, un estudio de la Universidad de Harvard encontró que las mujeres que consumían cuatro o más tazas de café al día tenían un 20% menos de riesgo de desarrollar depresión en comparación con aquellas que no lo consumían.
Es importante destacar que los beneficios del café no se deben únicamente a la cafeína. Investigaciones recientes sugieren que otros componentes del café, como antioxidantes y compuestos antiinflamatorios, también contribuyen a sus efectos positivos en la salud. Por ejemplo, un estudio publicado en Frontiers in Behavioral Neuroscience encontró que el consumo de café, más allá de la cafeína, mejora la conectividad en áreas del cerebro relacionadas con la memoria de trabajo y el comportamiento dirigido a objetivos .
Sin embargo, es fundamental consumir café con moderación. La Organización Mundial de la Salud recomienda no exceder las 4-5 tazas diarias, ya que un consumo excesivo puede provocar efectos secundarios como insomnio, ansiedad y taquicardias. Además, algunas personas pueden ser más sensibles a la cafeína y experimentar efectos adversos incluso con cantidades menores.
En resumen, el consumo moderado de café puede ofrecer múltiples beneficios para la salud física y mental, incluyendo mejoras en la función cognitiva, protección contra enfermedades crónicas y reducción del riesgo de depresión. No obstante, es esencial ajustar la ingesta según las características individuales y consultar con profesionales de la salud en caso de dudas.
Newsletter PyM
La pasión por la psicología también en tu email
Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos
Suscribiéndote aceptas la política de privacidad