Empezar una relación de pareja es también virar hacia algunos hábitos y comportamientos nuevos. Esto puede quedar especialmente claro cuando nos fijamos en los hábitos nutricionales de las personas enamoradas o, mejor dicho, en la percepción que estas personas tienen sobre sus costumbres a la hora de alimentarse y cuidar lo que comen.
Es este el tema de investigación que se abordó desde la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), que ha abordado la relación entre el hecho de estar en una relación o en soltería y las repercusiones de esto sobre la tendencia hacia el sobrepeso.
El amor engorda, o al menos eso parece
Para ello, desde la SEEDO se impulsó un estudio por encuestas en el que participaron 2.314 personas, la mayoría de las cuales son mujeres de mediana edad (entre 31 y 40 años). De esta muestra poblacional, el 81% afirmaron que sí existe una correspondencia entre la existencia o no de una relación de pareja, la fase por la que pasa esta relación y los diferentes grados de ganancia de peso.
Algunas opiniones sobre alimentación y noviazgo
Los resultados en lo relativo a la cantidad de peso que las personas encuestadas dicen variar dependiendo de su situación sentimental es, de media, 4,5 kg. Concretamente, 4,5 kg. que se ganan por el hecho de pasar a tener pareja y una relación bien consolidada.
Las explicaciones que las encuestadas han dado se centra en la opinión de que el momento de búsqueda activa de pareja implica también vigilar los hábitos de alimentación para ofrecer una imagen atractiva, mientras que esta necesidad pierde importancia una vez se ha formado la relación con otra persona.
El 73% de las personas encuestadas cree que el factor sobrepeso afecta bastante o mucho a la hora de encontrar pareja estable, mientras que sólo el 38% cree que esto sigue manteniendo la misma importancia o más a la hora de mantener una relación consolidada. Además, el 42% admite que durante las épocas en las que no tienen pareja intentan cuidar más la dieta y las costumbres a la hora de comer. En esta misma línea, el 24% de las personas picotean menos en soltería, y curiosamente el 47% picotea más justo después de romper con la relación (especialmente alimentos dulces, quién sabe si con afán compensatorio para el sistema de recompensa que funciona durante el enamoramiento y otras adicciones).
Como bien sabemos, en lo relativo al sobrepeso no sólo afecta lo que comemos, sino también nuestros hábitos para mantenernos en forma haciendo ejercicio. Al ser preguntadas sobre este tema, el 33% de las personas encuestadas afirma practicar más deporte en estado de soltería, y el 35% hace menos deporte una vez ha terminado la relación.
Además, algunas de las encuestadas también asocian esta ligera tendencia hacia el sobrepeso a los episodios de estrés y preocupación facilitadas por el idilio.
El sueño tampoco es una excepción a este conjunto de cambios cotidianos que se ven afectados por la entrada en escena de un novio o novia. Un 36% dicen dormir algo menos en momentos de buscar pareja, porcentaje que se ve superado por el 44,5% que dice dedicarle menos horas al sueño al romper con la otra persona.
¡Falta investigar más!
Como casi siempre y en todos los temas relacionados con los hábitos y las dinámicas sociales. Esta investigación se hizo a través de encuestas, con preguntas preparadas a priori y con poca capacidad para recoger todas las sutilezas de las opiniones vertidas en ella. Además, es posible que haya diferencias entre lo que perciben las personas encuestadas y la realidad. Es por eso que en un futuro esperamos ver más estudios en los que se recojan datos objetivos sobre la relación entre situación sentimental y obesidad.