¿Has pasado tiempo en una relación que no te aportaba lo que realmente querías? Seguramente alguna vez te preguntaste “qué hago aquí”.
Muchas personas han vivido la experiencia de encontrarse en relaciones que no tienen mucho sentido, no entienden bien cómo es que han llegado allí y siguen sin entender cómo es que permanecen en ella.
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Ideas clave para saber si estás en la relación correcta
En este artículo te daremos 7 claves para elegir a tu pareja o que te ayudarán a valorar si estás con la persona adecuada para tí.
1. Trabaja el autoconocimiento
Antes de entrar en una relación de pareja es sensato hacer nuestra tarea de autoinvestigación y construir una relación sana con quien nos acompaña en todo momento, nosotros mismos.
Tener muy claro quienes somos y las características de nuestra personalidad tanto positivas como negativas conociendo bien nuestros gustos y en qué basamos nuestras creencias. Aprender a gestionar nuestras emociones comprendiendo todo lo que nos afecta, lo que no toleramos y que por ende no estamos dispuestos a negociar. Hemos de clarificar todo aquello que queremos y no queremos en una pareja.
Hemos de darnos el tiempo y la oportunidad de cultivar la autoestima, la confianza y respeto hacia nosotros mismos, porque, ¿qué amor y confort le puedo dar y hacer sentir al otro si conmigo mismo no lo tengo?
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2. Reflexiona sobre los valores compartidos
Es bien sabido que los pilares en una relación de pareja se fundamentan en el amor, el respeto, la confianza y la comunicación asertiva; y sí, son los valores los que abanderan una relación sana, por lo que debemos comparar nuestros valores con los de la otra persona y evaluar si encajan.
Por supuesto que donde existe el amor y actuamos desde el amor, la persona que tenemos a nuestro lado se verá impregnado de la fragancia del mismo, con el cariño, la atención, la ternura y los detalles que trae consigo, además si hablamos y actuamos desde el amor para nosotros mismos, por consecuencia la persona a nuestro lado lo recibirá también y se sentirá querida, segura y en confianza.
Es fundamental el respeto a las ideas y a los espacios individuales, no hay nada que nos haga sentir más plenos en una relación que contar con la sensación de libertad y confianza para ser uno mismo además de poder disfrutar de planes por separado.
De esta misma forma el estilo de comunicación del otro, ya que la comunicación sana y asertiva es indispensable para que podamos decir lo que queremos o lo que no nos gusta desde el cariño y con la intención de que el otro se sienta cómodo con lo que le estamos expresando, además de poder decir que no a algo sin sentirnos culpables por ello.
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3. Dimensiona el grado de atracción
Otro de los ámbitos a tomar en cuenta para elegir nuestra pareja es la atracción, esa que nos junta de primer momento y que nos hace mirar al otro con emoción, en esa forma física con el desprendimiento de sus cualidades, al hablar, al moverse, al caminar, al comer, como huele y todo eso que nos hace sentir el chispazo químico y decir: esa persona tiene algo, esa persona me gusta!.
Esta es una parte importante en la futura relación porque va a estar involucrada en el ámbito sexual de la pareja, y no, la vida sexual no va a depender del todo de que el chispazo siga siendo igual de intenso que en un principio, pero es innegable que nuestra pareja ha de gustarnos o no querremos estar con ella.
Haz la práctica de cerrar los ojos y pensar a esa persona sin su forma física, piensa en lo que habla, como lo dice, piensa en su sentido del humor, la forma en que reacciona a situaciones inesperadas, así sabemos si la persona que es realmente te gusta o no.
4. Presta atención a las preferencias
Es conveniente reflexionar sobre los gustos que tenemos en común porque es una de las cuestiones que hacen que la pareja permanezca activa, compartiendo momentos y creando recuerdos.
Las tendencias en la comida, la música, los hobbies, actividades, deportes, bailes, tipos de contenido que consumimos a través de la lectura y los medios de comunicación, etc. Todos estos componen la orquesta con la que escribimos nuestra canción, de aquí nacen los momentos que compartimos donde nos divertimos y se convierten en parte del porqué nos gusta estar con esta persona.
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5. Indaga en las creencias
Otro de los tópicos a considerar importantes son las creencias que tenemos sobre las cosas.
Lo que está dentro de nuestra cabeza constituye nuestra estructura mental; hemos de tener claro de dónde provienen nuestras ideas sobre la religión, el trabajo, sobre nuestra postura política, lo que significa para nosotros la relación de pareja y las relaciones familiares, sobre la crianza de los niños y su educación, además de nuestra postura con respecto al planeta que habitamos y lo que lo compone en general.
En la comunión de las creencias con nuestra pareja se fijará la estabilidad de la relación, esas creencias básicas sobre las que vamos a construirla y probablemente formar una familia.
6. La visión del mundo
Sin duda la forma en que vemos el mundo condiciona la manera en que actuamos y reaccionamos ante él y sus estímulos.
Si lo vemos como un lugar armonioso u hostil, si nos produce agrado o aversión y de qué manera nos sentimos habitando nuestro espacio en él. La forma en que lo percibimos influye en la actitud con la que nos desenvolvemos en el día a día ante distintas circunstancias.
Observar cómo reacciona y se comporta la persona con la que queremos entablar una relación (o que ya tenemos una). El indicador es la forma de actuar, de expresarse y relacionarse con respecto a los demás y a las situaciones del día a día, si siempre se ofende, se queja y se victimiza generando un ambiente irritante o si, por el contrario, vive la vida a gusto y busca las maneras de salir adelante y poner en práctica la resiliencia generando un clima agradable.
Esto nos muestra el humor del mar donde va a navegar nuestra relación constantemente.
7. Valora las diferencias
Detectar a tiempo las diferencias contundentes nos va a evitar entrar o permanecer en una relación dificultosa, es decir, que comprometen nuestro bienestar y principios.
No, los polos opuestos no se atraen. Todo tipo de relaciones, tanto familiares como de trabajo, de amistad y de pareja; por experiencia nos hemos dado cuenta de que estar con gente que no tenemos muchas cosas en común, sobre todo en la convivencia, puede convertir una relación en aburrida o tóxica.
Norma Conde
Norma Conde
Psicoterapeuta, Tratamiento del Estrés, Ansiedad, Depresión, Duelo, Autoestima, Gestión emocional, Terapia de pareja.
Habrá diferencias, sí, esas que nos hacen gracia y hacen que la relación sea jocosa y divertida. También las que no nos gustan tanto y pueden incomodarnos, hemos de aprender a aceptar las diferencias o con inteligencia y una comunicación de calidad saber negociarlas, entendiendo nuestros límites y entendiendo que son diferencias que no afectan las bases fundamentales de la relación.